La Jornada Semanal, 13 de agosto del 2000



Canto a un dios mineral

Jorge Cuesta

Los elementos, la alquimia de ayer y de hoy, las almas minerales, el gran ojo de Dios observando la grandeza y el fracaso de la creación y, sobre todo, el lenguaje, la forma que se consume en sí misma y encuentra su propia gloria en un instante de pasmo: ``El lenguaje es sabor que entrega al labio/ la entraña abierta a un gusto extraño y sabio.'' Poema majestuoso y apenas tocado por la crítica, puede ser considerado, junto con ``Muerte sin fin'', ``Décima muerte'' y ``Sinbad el varado'', uno de los textos emblemáticos de los Contemporáneos. En su urdimbre compleja y ajena a las concesiones, el tiempo tiende sus redes en las cuales caemos todos los que en el mundo hemos sido: ``El sabor que destila la tiniebla/ es el propio sentido, que otros puebla/ y el futuro domina.''