Lunes en la Ciencia, 7 de agosto del 2000



El papel de los escritores de ciencia


La divulgación científica en México

Victoriano Garza Almanza

Una cosa es escribir en el contexto de la ciencia y otra escribir sobre la ciencia.

En México, todo lo que se escriba en el marco de la investigación científica, como producto de la misma, y que se publique en revistas científicas acreditadas por el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), se cataloga como artículo científico. Otro tipo de escritura científica que tiene cierto valor bajo los cánones del SNI son los trabajos de tesis, tratados, capítulos de libros especializados o conferencias para expertos.

Feggo/Difusion A lo que se escribe sobre la ciencia se le llama simple y llanamente difusión o divulgación científica. Esto comprende los libros o artículos para niños y jóvenes, opiniones doctas en lenguaje sencillo publicadas como monografías o columnas o artículos en magazines, y conferencias para legos. Su valor ante el SNI es insustancial.

En el vecino país del norte, donde el desarrollo científico y todo lo que tenga que ver con él alcanza -lo que suelen llamar- el "estado del arte", la escritura de la ciencia por la ciencia o para la ciencia ha logrado una importancia social tal que muchas universidades la han profesionalizado.

Es tanta la información científica y tecnológica que día con día se genera -y que la gente demanda-, que la necesidad de divulgar sistematizadamente los hallazgos científicos ha precisado clasificar la escritura en grandes campos, a saber: escritura científica (scientific writing), escritura de la ciencia (science writing), escritura técnica o para ingenieros (technical writing), escritura ambiental (environmental writing), escritura de la naturaleza (nature writing), escritura de la salud (health writing) y escritura de caza, pesca, exploración y similares (outdoor writing).

La escritura científica es la que publican los científicos para los científicos, mientras que los otros tipos de escritura son los que, en México, solemos agrupar bajo un mismo rubro: la divulgación científica.

Un tercer tipo de escritura relacionada con la ciencia y que emerge como noticia es la practicada por el llamado periodismo científico. En México, algunos diarios como La Jornada, La Crónica de Hoy, Reforma, El Financiero, El Norte, de Monterrey, y El Diario, de Ciudad Juárez, han desarrollado un buen periodismo científico, y algunos de ellos han brindado amplios espacios entre sus páginas a este quehacer informativo. No obstante, este esfuerzo no deja de tener un origen espontáneo, casi de amateurs, pues ha surgido y crecido más autodidácticamente que por el trabajo planeado de periodistas o de profesionales de las ciencias preparados para este propósito.

En EU, la difusión científica en diarios o revistas está dividida en periodismo científico (science journalism), periodismo ambiental (environmental journalism), periodismo de la salud (health journalism), periodismo sobre riesgos (risk reporting). Algunos de los periódicos que tienen secciones y escritores de ciencia, ambiente o salud en las filas de su personal, son Boston Globe, The New York Times, Washington Post, Nando Times, Sacramento Bee, Miami Herald y Dallas Morning News, entre otros. Pero estos diarios no únicamente dan noticias sobre resultados de las ciencias, sino que publican entrevistas, columnas editoriales, ensayos, y aspectos de la vida de los científicos y de sus centros de trabajo.

La profesionalización del divulgador de la ciencia, esto es, del que escribe sobre ciencia (astronomía, biología, física, química), tecnología (ingeniería e informática), ambiente (contaminación, impacto, biodiversidad), riesgos (toxicología, desastres), o salud (sida, cáncer, medicina, salud pública), es parte de la estrategia para el avance de la ciencia.

México no es el caso, porque no se toma en cuenta al mexicano para financiar el desarrollo científico del país, pero en algunas naciones se requiere el aval de los ciudadanos para que el gobierno pueda otorgar fondos a programas públicos como el espacial de la NASA. Por esto, el entendimiento público de la ciencia (public understanding of science) es parte esencial e imprescindible del plan nacional de desarrollo de un país para que la ciencia avance a ojos vistas.

La educación formal del divulgador científico en México -aunque exista un diplomado en la UNAM, una nueva maestría en el ITESO y un cursillo de vez en cuando aquí y allá-, no tendrá el impacto deseado en la comunidad científica, ni en la sociedad mexicana, mientras no se le tome en serio y se precie en su real dimensión.

Si no se atiende esta necesidad, el gusto que por escribir tienen algunos científicos y profesionales seguirá subyaciendo la divulgación científica mexicana. Cuando la ciencia o el ambiente deje de tener interés como tema de escritura, ese día desaparecerá la divulgación científica en México.

En tanto, lo digo como fronterizo, sin dejar de mirar al norte, universidades tan prestigiosas como Berkeley, Colorado, Texas A&M, MIT, Tufts, Cornell, Lehigh, Wisconsin-Madison y otras muchas, han desarrollado en este último decenio programas académicos y científicos sobre todo lo que tenga que ver con la comunicación de la ciencia, desde cursos, talleres, licenciaturas, maestrías, doctorados y fellowships.

ƑNo es hora de que en México abordemos seriamente la difusión de la ciencia en todas sus vertientes y que, así como existe un SNI y un SNCreadores, haya un SNDivulgadores de la Ciencia?

El autor es coordinador del Centro de Estudios del Medio Ambiente de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

[email protected]


Inicio