LUNES 7 DE AGOSTO DE 2000

* Fox ganó terreno al tricolor en las zonas rurales


La mayoría de los beneficiados por el Progresa votó por el PRI

* Se sienten comprometidos por la ayuda que reciben: Jesús Cantú

Mireya Cuéllar * Los más pobres del país siguen votando mayoritariamente por el PRI. Y los beneficiarios de programas gubernamentales como el Progresa ųel cual despliega sus acciones en las 50 mil localidades de más alta marginación del paísų, lo hacen en una proporción mayor. Sin embargo, aunque en las casillas Progresa la votación a favor del PRI se disparó en 20 puntos porcentuales, en comparación con las zonas urbanas, eso ya no le fue suficiente al tricolor para ganar.

En general, el llamado voto verde va a parar a las cuentas del PRI. En el medio rural, la votación a favor del Revolucionario Institucional es 17.6 por ciento más alta que en las zonas urbanas, en las casillas Progresa se acentúa casi en tres décimas más. Pero en una sociedad en la que la población que habita en las zonas rurales se reduce cada vez más ųdiez años atrás 40 por ciento de los mexicanos vivía en el campo, hoy es apenas poco más del 25ų, ya no es suficiente para determinar el resultado de las elecciones presidenciales.

Las votaciones del 2 de julio así lo ratificaron. El 51.1 por ciento de los sufragios que se emitieron en las casillas rurales fueron para el PRI; mientras que el resto se lo dividieron la Alianza por el Cambio, 25.2 por ciento; y la Alianza por México, 22 por ciento, de acuerdo con las cifras del IFE. Así, quien ganó más terreno en el campo fue Vicente Fox, con las siglas de agrupaciones cuya clientela electoral ha estado tradicionalmente entre la población urbana, tanto que durante los últimos años los confiados priístas decían que la influencia de Acción Nacional llegaba "hasta donde se acaba el pavimento".

De los 13 millones 575 mil 291 votos que obtuvo Francisco Labastida, 27 por ciento salieron de las zonas rurales (3 millones 652 mil 355). Los otros candidatos, Vicente Fox y Cuauhtémoc Cárdenas, obtuvieron 11 y 25 por ciento de los sufragios a su favor, respectivamente, en las urnas del campo.

En las áreas urbanas la situación es casi inversa a favor de la Alianza por el Cambio, que capto 47.9 por ciento del voto que ahí se generó. Del resto, 33.5 fue para el PRI y 15.8 por ciento para la Alianza por México.

El peso de los programas de ayuda

Cruzando cifras, respecto a cómo se votó en las comunidades rurales donde hay recursos de Progresa ųque no son para todos los miembros de ella, sino que hay una selecciónų, se detectó que donde lo hicieron quienes están fuera de dicho programa, sólo 48. 9 por ciento sufragaron por el PRI; mientras que en aquellas donde votaron los que sí reciben esa ayuda, éste se elevó a 53.5 por ciento para el tricolor. Como impacto natural, en las casillas Progresa, Fox obtuvo en promedio 23.4 por ciento de los sufragios y Cuauhtémoc Cárdenas 21.5.

A los priístas que acusan a la tecnocracia gubernamental de haberles quitado votos con el esquema de "selectividad" para la atención a la pobreza, que en los últimos años no sólo dispuso de menos recursos, sino que se enfocó a la entrega de dinero en efectivo y no de creación de infraestructura, las cifras electorales parecen darles la razón. El PRI recibe más votos en las zonas atendidas por los programas gubernamentales.

El esquema de atención a la población de bajos recursos que se instrumentó en los últimos años dejó fuera del padrón de pobres a quienes viven en las zonas marginadas de las grandes ciudades. Los informes oficiales dicen que en esas áreas habitan 2.5 millones de pobres que dejaron de comer tortilla subvencionada; 1.5 millones que fueron sacados del padrón que les daba derecho a un desayuno escolar y 400 mil familias a las que en los últimos 3 años se les retiró la lecha subsidiada. Las intenciones gubernamentales se notan hasta en los nombres que impone a sus programas, el que entrega todavía algunas tortillas más baratas se llama Fideicomiso para la liquidación del subsidio a la tortilla.

Más allá de pretender obtener indicios de irregularidades, la preocupación del IFE debe estar encaminada a desarrollar programas de promoción de la cultura democrática, "porque existe la percepción en el ciudadano de que tiene un compromiso con quien está gobernando porque le debe los programas de apoyo social; y la permanencia de dichas ayudas dependen de que el mismo partido se mantenga" señaló el consejero electoral, Jesús Cantú, cuyo equipo de trabajo realiza un análisis de los datos electorales.

El IFE, apunta, tiene que trabajar para que el ciudadano esté consciente de que la prestación de un servicio o la aplicación de un programa no lo vincula a la organización política que está gobernando, que puede decidir su voto en función de otras propuestas.

De los 115 distritos rurales que hay en el país ųelectoralmente está dividido en 300ų, el PRI ganó en 88, la Alianza por el Cambio en 20 y la Alianza por México en seis. Los distritos rurales de Aguascalientes y Baja California ųel uno, con cabecera en Jesús María y el tres, de Ensenada y alrededores, respectivamenteų fueron ganados por los candidatos a diputados de la fórmula foxista. En estas entidades la Alianza por el Cambio tuvo carro completo. Ganó la elección de Presidente, Senadores y Diputados.

Las zonas rurales del sureste del país son las más fieles al PRI. En Oaxaca, por ejemplo, de los 11 distritos en que esta dividido, diez son rurales, en todos ganó el PRI. La Alianza por el Cambio se quedó con el único distrito urbano. En Chiapas ocurrió algo similar, de los 12 distritos, el PRI fue mayoría en los nueve rurales y los dos mixtos. Fox triunfó en el único urbano.

Los candidatos a diputados de la Alianza por México que lograron amarrar triunfos en zonas rurales fueron los de Michoacán, que se quedaron con los cinco distritos encuadrados en esa categoría en la entidad. El otro distrito rural lo ganó en Zacatecas.