VIERNES 2 DE JUNIO DE 2000

* Respuesta seria, exigen sobrecargos a la firma


Declarar inexistente la huelga, pidió Aeroméxico a la JFCA

* Poco conciliadora, la actitud de ASSA, acusa la empresa

Fabiola Martínez * La representación jurídica de Aeroméxico solicitó ayer a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) declarar inexistente la huelga que los sobrecargos de esa aerolínea comenzaron el primer minuto de este jueves.

Alejandra Barrales, secretaria general de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), confió en que el trámite promovido por Aeroméxico sea parte de un "proceso común" al que acude la mayoría de los empresarios para intentar dejar sin sustento un conflicto laboral; éste involucra a casi mil 500 trabajadores.

En tanto ųmediante un comunicado de prensa distribuido por la compañía Comunicación Integralų, el director general de Aeroméxico, Alfonso Pasquel, manifestó que la firma "ha mantenido en todo momento la mejor disposición para llegar a un arreglo... pero sentimos que la postura de ASSA ha sido poco conciliadora y poco clara; sus demandas rebasan las posibilidades de nuestra empresa y amenazan su salud financiera".

Sobre el tema de la jubilación, Pasquel aseveró que Aeroméxico ha ofrecido un paquete "muy atractivo mediante el cual la aerolínea aportaría 2.5 por ciento de la nómina y la sobrecargo contibuiría con uno por ciento de su salario"; mientras que para la construcción de la guardería, otro de los puntos en litigio, declaró que hasta el momento la empresa ha erogado 750 mil pesos, correspondientes a los estudios preliminares y el proyecto ejecutivo del inmueble, por lo que esa demanda de los trabajadores queda sin sustento.

Al término de una breve reunión con Alejandro Iberry, director de Servicios y Mercadotecnia de Aeroméxico, y Carlos Doschler, asesor de la empresa, Barrales informó que se estableció un plazo de 24 horas para que ambas partes preparen sus respectivos argumentos y cálculos financieros de lo que representa el conjunto de peticiones del sindicato.

Lo anterior, en virtud de que se han emitido cifras totalmente distantes en torno a las pérdidas y al costo que representaría aprobar la solicitud de incremento salarial de 16 por ciento, la construcción de una guardería y un programa de jubilación, entre otras prestaciones, a favor de los sobrecargos en huelga.

Declaró que empresa y sindicato ratificaron en esta primera reunión posterior al inicio de la huelga la voluntad de llegar a un acuerdo en el "que se intercambien números, cifras y datos para situar en su debida dimensión el costo de nuestras peticiones",

Alfonso Pasquel acudió también a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), pero no se entrevistó directamente con los representantes de ASSA.

Sobre ello, Barrales aseveró que no es prioridad dialogar con Pasquel, sino obtener de la empresa una respuesta seria y documentada en torno a su negativa.

De acuerdo con cálculos del sindicato, el aumento y las prestaciones que demandan tendrían un costo anual de menos de 30 millones de pesos y representarían 1.2 por ciento del gasto de nómina.

En tanto, la empresa habla de una erogación por esos conceptos de por lo menos 200 millones de pesos.

De la solicitud de Aeroméxico para que se declare inexistente la huelga, el abogado de ASSA, José Luis Mendoza, aseveró que han cumplido con todos los requisitos que marca la ley en el proceso previo y posterior a los dos emplazamientos: uno, por revisión salarial, y, otro, por violaciones al contrato colectivo.

En principio, indicó, se dirigió el pliego petitorio al patrón en el tiempo que marca la ley, se agregaron peticiones concretas y se anunció la huelga en el escrito. Además, esa decisión fue aprobada por la mayoría de trabajadores y las peticiones se enmarcan perfectamente en lo que establece el artículo 450 de la Ley Federal del Trabajo, relativa a la revisión contractual y reparación al contrato por violaciones a diversas cláusulas.

Por lo pronto, la JFCA informará al sindicato hoy de la demanda referida y se prevé que la audiencia para desahogar lo relativo a la misma se celebre el próximo lunes a las 10 horas en las instalaciones del tribunal laboral.

Barrales agregó que seguirán presionando de diversas formas para obtener una negociación "seria y fundamentada".

Para hoy, se prevé un plantón de sobrecargos frente a los mostradores de esa aeromexico-huelga-2-jpg compañía en el aeropuerto capitalino y la realización de gestiones entre los sindicatos de Estados Unidos y algunos más con representación en los países cuyas líneas aéreas mantienen códigos compartidos con la empresa mexicana en huelga.

"Buscaremos más opciones de presión y apoyo internacional para lograr que se veten las alianzas y venta de boletos de diversas aerolíneas extranjeras con Aeroméxico", advirtió.

Abundó: "La requisa, en efecto, descalifica nuestra huelga, lastima y desconoce los derechos de los trabajadores y violenta los derechos de las mismos consagrados en la Constitución; sin embargo, descartamos afectaciones a los servicios que ofrecemos al pasajero, porque nuestras diferencias no son con ellos, sino con la empresa".

En tanto, la Comisión Federal de Electricidad ratificó ayer que concedió una licencia de ocho días, a partir del miércoles, al director de administración de la paraestatal, Gerardo Ruiz Esparza, quien fue designado administrador de la requisa de Aeroméxico.

Ruiz Esparza informó que hasta las 20 horas de ayer se realizaron, sin contratiempo, 267 vuelos efectivos, nacionales e internacionales, que movilizaron a 18 mil 603 pasajeros.

Lindas, delgadas, de buen vestir...

Fabiola Martínez * Para la línea aérea "más puntual del mundo" ųsegún reza el eslogan de Aeroméxicoų es imprescindible que las sobrecargos sean preferentemente jóvenes y esbeltas, con excelente presentación, puntuales al extremo y con disponibilidad de sonreír siempre al pasajero, aun cuando se encuentren en la séptima hora de vuelo en una misma jornada.

Deben también alistarse por lo menos dos horas antes de cada vuelo asignado y presentarse a firmar su entrada con su uniforme azul marino pulcro, el cabello recogido, maquillaje "discreto" y obligatoriamente con las uñas profesionalmente arregladas. A quienes se han excedido en el peso, la empresa les "recomienda amablemente" ponerse en línea, pues de lo contrario corren el riesgo de no ser incluidas en la siguiente tripulación.

La mayoría del personal contratado por la aerolínea ųactualmente en huelga "de derecho"ų son mujeres: unas mil 200 sobrecargos, cuyas edades oscilan entre 20 y 30 años; sin embargo, luego de diez años en vuelo, muchas de ellas se sienten "verdaderamente agotadas" en forma constante, pues su trabajo requiere el triple de esfuerzo de una labor en tierra.

La razón es sencilla: el avión siempre está a cinco grados de inclinación y la presurización propia de las alturas, así como los despegues y los aterrizajes, les demandan un esfuerzo extra en los sistemas respiratorio, digestivo y circulatorio.

Al mes, un sobrecargo ųcon salario promedio mensual de 9 mil pesos y 3 mil pesos de pago por viáticosų realiza como máximo 75 horas de vuelo, motivo suficiente para que al cabo de unos diez años de antigüedad en el ramo surjan problemas en cadera y columna, otitis, constantes enfermedades respiratorias (ante los cambios bruscos de temperatura), estrés, depresión, fatiga y hasta casos de esterilidad, por los cambios bruscos y frecuentes que experimenta a diario su organismo.

Sin embargo, señalan, nada de ello se reconoce en el Seguro Social como enfermedades por riesgo de trabajo y, cuando el agotamiento domina, sólo queda el retiro, aun cuando se es muy joven.

Por ello, afirman los sobrecargos en huelga, es imprescindible contar con un esquema de jubilación y finiquito por retiro en parámetros similares de los que gozan los pilotos, en un rango de 20 meses de salario integrado y otros beneficios.

Y es que, además de la corta vida laboral efectiva del sobrecargo, muchos de ellos con más de 20 años en vuelos provienen de la empresa que sustituyó a Aeroméxico. Actualmente, el máximo de antigüedad en la aerolínea se ubica en 11 años.

También les resulta fundamental contar con una guardería en servicio las 24 horas del día para los hijos de unas 500 sobrecargos, en su mayoría mujeres solteras, divorciadas o cabezas de familia, que les permita dejar a sus hijos "en buenas manos" en las horas o días de ausencia de casa.

"Nos gusta nuestro trabajo, viajamos, conocemos gente, lugares, pero definitivamente es un mito que seamos trabajadores con salario y condiciones laborales de excelencia. También es un mito que seamos un bonito adorno para el avión: somos encargadas de la seguridad a bordo, no sólo las que servimos la comida y el café", expresaron.

"šQué cabrón es el gobierno!"

Fabiola Martínez * Unos minutos después de conocer la decisión del gobierno de requisar Aeroméxico y así continuar con la operación de la empresa, los sobrecargos, en asamblea, cambiaron su semblante de entereza por "molestia y frustración" al ver acercarse el fantasma de 1998, cuando la huelga de seis días sólo se llevó "por derecho". Una vez más, esa alternativa para hacer valer el respeto a su contrato colectivo se había quedado en el camino.

En punto de las 11:55 de la noche del miércoles, cuatro representantes de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, acompañados por un notario público, se presentaron tranquilamente en la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación para entregar, dos minutos después del comienzo de la huelga, la carta firmada por el presidente Ernesto Zedillo, mediante la cual se informaba de la requisa.

Como si se tratara de un trámite oficial ordinario, los representantes del gobierno federal entregaron la carta y se retiraron. Mientras, unos 300 sobrecargos aguardaban a su secretaria general, Alejandra Barrales, quien, visiblemente molesta, tomó el micrófono para informar a la asamblea: "Se nos está obligando cordialmente a participar en la requisa".

"Es molesto que de un plumazo (el gobierno) desaparezca un movimiento laboral legal y honesto. No nos queda más que recontratarnos con la requisa; no nos interesa parecer valientes, sino inteligentes".

Luego, presentó todos los escenarios posibles, y argumentó que la única vía disponible en esos momentos era la recontratación, aun cuando de manera alterna pudieran realizar toda clase de movilizaciones e incluso buscar el apoyo de sindicatos extranjeros para que "se logre vetar la venta de boletos de Aeroméxico en aquellos países".

Los rostros de los sobrecargos que se hallaban en el auditorio del sindicato y los que permanecían sentados en la escalinata del edificio sólo atinaban a mover la cabeza en señal de rechazo a la medida gubernamental y a preguntarse: ƑPor qué otra vez la requisa? ƑQué nosotras no tenemos derecho de huelga? šQué cabrón es el gobierno!, soltó una de ellas.

Al final, se aceptó lo ya previsible. La huelga de sobrecargos de Aeroméxico se limitaría al derecho; la aerolínea seguiría operando normalmente y los trabajadores (en su mayoría mujeres) sostendrían su movimiento sólo en este contexto, ya sin la fuerza de la paralización de actividades.

Unas horas después, los sobrecargos ya se alistaban para cubrir sus turnos ordinarios y, literalmente, se fueron "a volar bajo protesta".