LUNES 29 DE MAYO DE 2000

Ť Listas que prueban la Operación Cóndor


Pérez Esquivel, "peligrosísimo" subversivo, en archivos de Brasil

Ť Desde 1973 se coordinaban las "inteligencias" de las dictaduras

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 28 de mayo Ť El premio Nobel de la Paz 1980, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, era calificado como "un peligrosísimo subversivo" en los archivos del Departamento de Orden Político y Social (DOPS) de Brasil. Otros argentinos y también paraguayos figuraban en las listas que circulaban en el ejército y los organismos de seguridad de ese país, lo cual revela el papel que cumplió en la Operación Cóndor la coordinación criminal de las dictaduras en los años 70 y 80.

El informe sobre Pérez Esquivel data de 1976 y forma parte de archivos de la dictadura brasileña encontrados en Porto Alegre, estado de Río Grande do Sul. El año pasado, Pérez Esquivel relató la historia de su captura, interrogatorio y posterior liberación en Brasil en el prólogo que hizo para el libro de esta corresponsal, Los años del lobo: Operación Cóndor (AR. 1999).

"En febrero de 1975, junto con la doctora Hildegard Goss-Mayr de Austria, y presidenta de International Fellowship of Reconciliation (IFOR), una persona comprometida con los pueblos y cofundadora del Servicio Paz y Justicia en América Latina (SERPAJ-AL)", Pérez Esquivel viajó a Sao Paulo, para reunirse con el cardenal Pablo Evaristo Arns, arzobispo de ese estado, a fin de trabajar sobre un encuentro de obispos latinoamericanos sobre No Violencia Evangélica, como fuerza de liberación.

"Al llegar al aeropuerto fuimos detenidos, junto con el Dr. Mario Carvalho de Jesús, abogado sindicalista, que nos esperaba, y llevados al cuartel de la policía militar por miembros del famoso DOPS. Nos separaron y nos llevaron al calabozo, donde nos interrogaron. Me pusieron un capucha negra, cuya base levantaban cada tanto para que pudiera ver algunos informes de la policía de Paraguay, Argentina, Bolivia, sobre dirigentes sindicales, organizaciones sociales y religiosas. Nos preguntaban bastante sobre nuestros vínculos con la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT), con sede en Venezuela. También sobre un campesino paraguayo, de apellido Coronel, sobre dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB), entre otros.

"Mientras me interrogaban pasaban música y se escuchaban gritos y golpes de gente torturada. Tres personas nos interrogaban: uno era el 'duro', que decía que nos iba a fusilar si no hablábamos, otro, 'el bueno', quien se mostraba comprensivo y decía que nos ayudaría si le confesábamos nuestros 'contactos' y a quién íbamos a ver a Sao Paulo. El tercero tenía la mision de no dejarme sentar, ni tomar agua, ni apoyarme en la pared. Así pasé toda la noche. El cardenal Arns, al ver que no llegamos, hizo averiguaciones y supo que nos habían detenido en el aeropuerto. Entonces realizó una marcha pública para reclamar nuestra libertad. Al día siguiente nos liberaron y nos obligaron a abandonar el país".

Pero no fue sólo en Brasil que vivió una situacion similar el Nobel de la Paz. El hecho más grave sucedió en Ecuador, adonde había viajado en agosto de 1976 para reunirse con monseñor Leónidas Proano. "El 4 de agosto, estando ya en la diócesis de Riobamba, nos llegó la noticia del asesinato de monseñor Enrique Angelelli, obispo de La Rioja, en Argentina -a quien esperábamos en la reunión-, lo que provocó una gran congoja entre los participantes. El 12 de agosto, cuando estábamos reunidos, invadieron la Casa de la Santa Cruz unos 70 hombres con armas largas, granadas, máscaras para gases lacrimógenos y nos detuvieron a todos. Nos llevaron al cuartel de la policía, en la ciudad de Quito, y nos acusaron de subversión y conspiración.

"Según informes que nos llegaron después de nuestra liberación, varios gobiernos habían avisado a la dictadura militar ecuatoriana que el grupo reunido en Riobamba eran obispos de la Teología de la Liberación, y que la reunión era 'subversiva'".

Pero es "estando luego en prisión, encerrado en los 'tubos' de la Superintendencia de Seguridad Federal, un centro de tortura de la Policía Federal Argentina en ese entonces, pude saber en carne propia lo que era la Operación u Operativo Cóndor, cuyas garras me habían rozado en Brasil y Ecuador. En otro 'tubo' se encontraba un joven, Luis P., que el ejército brasileño había secuestrado en San Salvador de Bahía a pedido del gobierno militar argentino y se lo había entregado. Logramos avisar a su esposa, pero nunca supe qué sucedio con el joven".

Además de Perez Esquivel, "el peligrosísimo subversivo" que fue detenido también en Chile y a quien se impidió la entrada a Uruguay y Paraguay, en los archivos del DOPS se encuentran muchos nombres de argentinos, paraguayos y uruguayos. De un listado de 149 argentinos, 22 de ellos están desaparecidos, confirma hoy el diario Clarín. En los archivos se encontró una carta comunicando al gobierno de Brasil sobre la "muerte por error", en la argentina Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), del músico brasileño Francisco Tenorio Juniors, secuestrado el 18 de marzo de 1977, en Buenos Aires cuando realizaba una gira. La carta la firma el ex capitán Jorge Tigre Acosta, ahora detenido por el robo de bebés nacidos en campos clandestinos de detención durante la última dictadura argentina (1976-83).

Otros papeles del DOPS revelan que aún cuando el Cóndor comenzó formalmente en 1975, ya en 1973 los servicios de inteligencia brasileños cooperaban con los de Argentina, donde todavía no había comenzado la dictadura, pero ya actuaba la siniestra Alianza Anticomunista Argentina, en lo que fue un adelanto del terror que se instaló a partir de 1976.