Definidos como los reyes del planeta, los insectos representan cuatro quintas partes del reino animal, es decir, de cada 100 animales, 80 son insectos y desde que se tiene registro -hace más de 500 años- para las diversas culturas de nuestro país han significado una fuente de alimento y distintas expresiones culturales y religiosas.

A pesar de que para un gran número de personas, la sola idea de probar un gusano, una hormiga o un chapulín puede resultar repugnante, la doctora Julieta Ramos Elorduy enaltece su papel, al investigar la diversidad existente y documentar su potencial como fuente de proteína animal, como alimento para los humanos, como medicina y como recicladores de desechos orgánicos.

Al principio, conocer cuántas especies de insectos eran consumidas en diversas partes de la República no fue tarea fácil, ya que no existía registro precedente, explica Julieta Ramos (México DF, 1940) investigadora del Instituto de Biología de la UNAM, quien ahora lleva cuenta de las 512 especies de insectos comestibles de nuestro país.

"Empezamos a estudiar lugares de México que eran considerados con de mala alimentación, ya que se pensaba que los insectos se consumían como último recurso, pero después nos sorprendimos y vimos que no era así. Inicié con el rastreo de uno de los lugares más pobres del país que es el Valle del Mezquital en Hidalgo. Encontré que era muy difícil obtener información de los habitantes, ya sea por resistencia a compartir lo suyo, por pena o porque a veces ni siquiera los conocían como insectos, sino como animalitos"

Julieta Ramos, quien estudió biología en la UNAM y realizó una maestría y doctorado en esta misma área en la Universidad Sorbona de París, Francia, se dedicó a colectar, clasificar taxonómicamente, estudiar el nicho ecológico y el grado de consumo de la población de los insectos.

De esta manera se empezó a conformar la colección científica de insectos comestibles del Instituto de Biología y la doctora Ramos Elorduy determinó también el valor nutritivo de estos, sus formas de recolección, conservación y su cultivo.

Asimismo, la especialista se enfocó en su estudio histórico a través de los códices y otros documentos y tan sólo en el código Florentino, encontró la descripción y dibujos de 96 especies, de las que algunas todavía se consumen

Debido a su gran importancia, la doctora Ramos ha tratado de promover la implementación de programas de cultivo de insectos y la incorporación de ellos de manera general en las dietas. Sin embargo, " no existe conciencia del potencial de los insectos y no se han generado esfuerzos gubernamentales ni privados que deseen invertir en ello. Hay personas que quieren cultivar gusano blanco de maguey o escamoles, pero no están dispuestos a pagar nada por una tecnología que ya se ha desarrollado".

Otra línea de investigación que ha desarrollado la especialista es el uso de insectos para reciclar desechos orgánicos, que los convierten en fuente de proteína para ser utilizados como alimento de animales. Por otra parte, Julieta Ramos también ha recolectado el conocimiento tradicional del uso de las propiedades medicinales de los insectos, que hasta ahora son agrupados en 509 especies. Sin embargo, de la mayoría "hace falta estudiar los principios activos que podrían usarse en la industria farmacéutica".

"Asimismo, hemos rastreado los insectos comestibles del mundo. Unos por bibliografía y otros por estancias en países como Perú, Venezuela, Colombia y Brasil, entre muchos otros, ya que, apunta la investigadora, los insectos se comen en todo el mundo. Actualmente se encuentran clasificadas 3 mil 687 especies de este tipo".

Finalmente, la doctora Ramos Elorduy, enfatiza la influencia que en nuestra cultura han tenido los insectos, ya que desde hace cientos de años y en algunas partes todavía, se les siguen venerando en representación de la muerte, la vida, la felicidad, la prosperidad y el amor, entre otros símbolos de la humanidad. (Mirna Servín) (Fotos: Carlos Ramos Mamahua)

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