LUNES 15 DE MAYO DE 2000

* Se reúnen con Salazar Mendiguchía


Exigen ejidatarios de Marqués de Comillas proyectos de desarrollo

* Tienen conciencia ecológica, pero necesitan sobrevivir, dicen

Angeles Mariscal, corresponsal, Marqués de Comillas, Chis., 14 de mayo * Habitantes de al menos 19 ejidos ubicados en la región de Marqués de Comillas, en la zona de amortiguamiento de la reserva de la biósfera Montes Azules, reconocieron que se ha devastado más de 80 por ciento de este territorio que antes fue selva y hoy se ha convertido en potreros y campos de siembra de café y maíz, y en donde es práctica común el tráfico de maderas preciosas.

En lo que antes fue Ocosingo y ahora se ubican los municipios Marqués de Comillas y Zamora Pico de Oro, en esta época de siembra se observan miles de hectáreas devastadas por las quemas agrícolas.

A lo largo de la carretera fronteriza y en los caminos vecinales, miles de árboles de más de 30 metros de altura, principalmente de caoba, cedro y otras maderas preciosas, están convertidos en ceniza o forman parte de incendios activos provocados por los habitantes de la región, que pretenden cambiar el uso del uso del suelo a uno que les sea redituable.

En este panorama, que llena de humo y ceniza los caminos, el candidato de la Alianza por Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía, convocó a una reunión con los representantes ejidales, en la comunidad Revolución Agraria, caracterizada por ser la única en la zona que mantiene vigente un proyecto de conservación ecológica.

Aquí, los 200 ejidatarios determinaron otorgar 20 de las 50 hectáreas de terreno que les corresponden para la reforestación y preservación de especies naturales de la región, ya que es la única que da cobijo anualmente a decenas de nidos de diversas especies de guacamayas, a las que mantienen por medio de los recursos obtenidos por la cooperativa comunitaria.

A este lugar ųubicado en las orillas del río Lacantún, que sirve de frontera natural entre la reserva Montes Azules y Marqués de Comillas, zona de amortiguamiento de la primeraų llegaron más de 50 representantes de 19 ejidos, creados durante la campaña colonizadora que impulsaron las autoridades federales en la década de los setenta.

Carlos Olaff, representante del nuevo municipio Zamora Pico de Oro, criticó a las autoridades encargadas de preservar la ecología, quienes a través de diversos "y dispersos programas pretenden reforestar más de un millón 800 mil hectáreas, sin ofrecer alternativas a las comunidades que vivimos de la agricultura y la ganadería".

Sin precisar cifras, dijo que año con año se queman miles de hectáreas de terreno para formar nuevos potreros o ampliar los terrenos agrícolas. "Aquí la mira es acabar con la selva; conciencia ecológica tenemos, pero también necesidad de sobrevivencia", apuntó.

Juan Marroquín, de la comunidad Quiriguicharo, en donde se ubican los principales aserraderos clandestinos, que constituyen otra de las principales fuentes de recursos de la región, dijo: "hemos llegado a saber que estamos acabando con nuestro entorno, pero mientras no tengamos otros ingresos, no se va a poder conservar nada. Necesitamos vivir".

Los representantes de Boca Chajul, Boca de Galacia, El Pirú y Flor de Marqués criticaron a las instituciones encargadas de la preservación, que esporádicamente les pagan para sembrar árboles, "pero no plantean programas de subsistencia para la población ni proyectos de desarrollo integral".

Señalaron que en la región la tasa de crecimiento poblacional supera en más de 500 por ciento a la del resto del país, lo que provoca una mayor presión en la tenencia de la tierra. "La gente aquí sabe que el gobierno aplica criterios de población para otorgar el presupuesto. Así, mientras más hijos tengan, (habrá) mayores apoyos, aunque a la larga los niños que nacen tienen más necesidades y se debe abarcar mayor espacio de selva para actividades agrícolas y ganaderas", explicó Francisco Jiménez Pablo.

Cansados de que los acusen de "devastadores de la selva", e incluso de tener en su contra varias averiguaciones previas por la comisión de delitos ecológicos, los representantes de las comunidades de Marqués de Comillas exigieron un programa de desarrollo regional, que contemple las características y las necesidades particulares de la zona.

Luis Hernández Dávila, comisariado de Revolución Agraria, señaló: lo que más ha afectado la zona de amortiguamiento de Montes Azules "es la falta de continuidad en la política forestal agropecuaria, que se hace y deshace al capricho del gobernante en turno".

"Nosotros no somos ningún experimento, tenemos pocas alternativas para mejorar las condiciones de vida. De concientización no vamos a vivir, y mientras la gente no tenga otras formas de desarrollo, seguirá devastando la selva, tirando árboles, construyendo potreros, sembrando y teniendo más hijos", acotó.