Lunes en la Ciencia, 24 de abril del 2000



Quienes piensan que es una sustancia medicinal inofensiva están equivocados


Efectos de la mariguana en la salud

Carlos A. Hernández-Avila

En general, para entender los efectos del uso de cualquier sustancia que modifique el funcionamiento mental, como lo es la mariguana, se debe considerar que éstos son el resultado de una interacción compleja entre factores diversos. Así, los efectos de una sustancia psicoactiva en el cerebro dependen de la dosis, de la pureza y de la ruta de su administración. El estado de ánimo y emocional del individuo también son factores importantes, ya que los efectos de la sustancia variarán dependiendo de si el individuo se encuentra alegre, triste o enojado. Otros elementos importantes son la estabilidad y la salud mental de aquél. Por último, las expectativas del individuo sobre los efectos de la droga, así como el contexto físico y social en el cual las consume, son también elementos esenciales para entender los efectos subjetivos de las sustancia psicoactivas.

feggo Los efectos subjetivos de la mariguana incluyen una sensación inicial de euforia que se sigue de somnolencia. En las sociedades occidentales, aunque un número importante de personas que fuman mariguana aseguran hacerlo para aliviar una variedad de síntomas y molestias físicas, en la mayoría de los casos la usan por sus efectos euforizantes. De hecho, el consumo de mariguana produce la activación los mismos centros neuronales en la región mesolímbica del cerebro que son activados cuando se consume heroína, cocaína o se ingieren bebidas alcohólicas. Estos centros en el cerebro se encargan de mediar los efectos euforizantes y adictivos de estas sustancias.

Los fumadores de mariguana describen que después de consumirla se acentúa su percepción auditiva y visual. Estos describen percibir con mayor agudeza los detalles de lo que ven o escuchan (luces, colores, música). En consecuencia, los fumadores de mariguana tienden a enfocar su atención en estas percepciones, excluyendo otros estímulos. Con dosis mayores pueden producirse distorsiones en la interpretación de la imagen corporal. Esta distorsión de la imagen corporal puede ser negativa o positiva, dependiendo de la personalidad, de las características y de la imagen corporal previa del usuario de esta sustancia. Un problema importante es el que las personas que abusan de la mariguana frecuentemente sufren de pobre salud mental y de trastornos asociados de la imagen corporal. El uso de la mariguana tiende a exacerbar estos problemas. La mariguana también puede producir una sensación de despersonalización (el sentirse separado del cuerpo) y una distorsión marcada de la percepción del tiempo.

Aunque algunos fumadores de mariguana novatos describen el experimentar los efectos subjetivos desde la primera vez que la usan, otros pueden no experimentar efecto alguno. Este fenómeno tiene que ver con las expectativas que los usuarios de mariguana tienen del efecto del fumarla. Este fenómeno se ha observado claramente en investigaciones llevadas a cabo con fumadores de mariguana experimentados a los que, sin saberlo, y creyendo que se trataba de mariguana, se les dio a fumar un placebo. Estas personas reportaron experimentar algunos de los efectos subjetivos del fumar mariguana fumóndolo. Lo anterior sugeriría que los efectos subjetivos del fumar mariguana y muy probablemente los de otras sustancia adictivas estaría modulado por un proceso de aprendizaje y por las expectativas del usuario.

Las personas que hacen uso frecuente de la mariguana pueden llegar a tolerar dosis elevadas antes de experimentar efecto alguno. Estos individuos pueden aparentar no estar intoxicados cuando en realidad sí lo están. Hasta hace poco se consideraba que esta sustancia no producía lo que se conoce como un síndrome de dependencia. Este se caracteriza, entre otras cosas, por la búsqueda compulsiva de la droga, uso de dosis crecientes, malestar físico y psíquico cuando el individuo intenta dejar de usar la sustancia y problemas familiares, laborales y/o sociales relacionados con el consumo de la droga. Estudios epidemiológicos y clínicos han demostrado la existencia de un número creciente de pacientes que experimentan niveles elevados de adicción o dependencia a esta sustancia.

Existen estudios que sugieren que aproximadamente 9 por ciento de las personas que abusan de la mariguana experimentan un síndrome de dependencia a ella. Esta cifra parece ser pequeña, pero si se compara con el porcentaje de personas que experimentan un síndrome de dependencia al alcohol entre las personas que abusan de éste (aproximadamente 5 por ciento), se podrá apreciar el potencial adictivo de esta sustancia.

El uso crónico de esta sustancia frecuentemente se asocia con el desarrollo de apatía intensa, ansiedad y depresión severa, así como de reacciones paranoides y alucinaciones auditivas y visuales. Se ha descrito también el desarrollo de déficit cognoscitivos importantes, con un decremento de la habilidad para concentrarse y recordar actos recientes y para aprender nueva información. Este efecto es particularmente nocivo en niños y adolescentes que fuman mariguana debido a la interferencia que esta sustancia ejerce en su desarrollo escolar y psicosocial.

Estudios epidemiológicos llevados a cabo en Estados Unidos, donde desafortunadamente las personas de origen hispano y afroamericano tienden a estar sobrerrepresentadas entre las personas que sufren de problemas adictivos, han mostrado que el uso de la mariguana, al igual que el del tabaco y el de las bebidas alcohólicas durante la niñez y la adolescencia, incrementa el riesgo en edades posteriores para el desarrollo de adicción a drogas "fuertes", tales como la cocaína y la heroína. Así, los niños y los adolescentes que entre las edades de 12 y 17 años consumen mariguana, tienen un riesgo 85 veces mayor que el de los jóvenes que no la consumen de posteriormente utilizar drogas "fuertes". Se ha descrito también que aproximadamente 60 por ciento de los niños o adolescentes que han consumido mariguana antes de los 15 años eventualmente consumirán cocaína. Además, entre más joven es el niño o el adolescente cuando consume por primera vez la mariguana, mayor es el riesgo de que posteriormente utilice drogas "fuertes".

Como se puede apreciar, aquellos que piensan que la mariguana es una su..stancia medicinal inofensiva están equivocados. Sus efectos deletéreos sobre la salud pueden sobrepasar sus efectos benéficos. Más que mitificar y promover su uso, lo que hace falta es desalentar su consumo por medio de campañas preventivas y educativas vigorosas. Prevenir la diseminación del uso de la mariguana y de otras sustancias adictivas (tabaco, alcohol y otras drogas) entre los grupos más vulnerables a sus efectos, como son los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes, debe convertirse en un objetivo estratégico de los programas de salud del país si es que alguna vez queremos salir del subdesarrollo.

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