Lunes en la Ciencia, 24 de abril del 2000



ƑPor qué se extinguieron los mamuts?

Jerjes Pantoja Alor

Me apasiona el tema de las grandes extinciones faunísticas que ha sufrido la Tierra en su larga historia. Esto viene a colación porque hace unos días tuve la oportunidad de asistir a una conferencia en el antiguo Museo de Geología de la calle Ciprés, en la ciudad de México, donde se exhiben magníficas osamentas de mamuts, situación que también me recordó una excelente conferencia -expuesta por el doctor Peter Schaaf y colaboradores del Instituto de Geofísica de la UNAM, en octubre de 1998, durante el desarrollo del 16 Coloquio Latinoamericano de Geociencia- que versó sobre fechamiento isotópico de las rocas con osamentas fósiles de mamuts de Tocuila, población ubicada en la ladera oriental del valle de México. Las muestras de carbón radiogénico dieron una edad de 10 mil 200 y 12 mil 615 años. La roca que encajonó o sirvió de tumba a los mamuts tiene una edad, determinada por el método de Estroncio y Neodimio (Sr/Nd) de unos 14 mil años, o sea, en el Holoceno (de 100 mil años a la fecha). Estas fechas marcan el tiempo que corresponde al final de la última glaciación (Wisconsiniana). Las evidencias indican que los mamuts fueron muertos por cazadores, o por la actividad volcánica explosiva; sus huesos fueron arrastrados por un lajar (derrame de lodo volcánico) proveniente del Popocatépetl. El hecho debe ponernos a meditar sobre el alcance de la actividad volcánica del coloso y el riesgo volcánico de la ciudad de México.

MAMUT A principios del siglo XIX, muchos paleontólogos atribuían la desaparición del mamut al gato dientea de sable, a los armadillos gigantes y otros mamíferos, así como a eventos catastróficos, como el diluvio universal (Ƒcambios del nivel del mar, inundaciones?) o fuego caído del cielo (Ƒnubes ardientes?).

Ahora bien, en las últimas décadas, los geólogos y los paleontólogos han debatido sobre la causa de la desaparición de los grandes mamíferos (megafauna), confrontando toda una gama de evidencias que conducen a diferentes hipótesis, desde luego, para explicar su desaparición; debo decir que hasta hace poco, se manejaban básicamente dos teorías: una, la exterminación de la megafauna por el hombre; la otra, su desaparición por un cambio climático, incluidos en este último los enfriamientos (casa azul) y calentamientos (casa verde) producidos por eventos volcánicos. En lo personal, por tiempo había mantenido estas ideas. Sin embargo, hace unos días, al leer un artículo en una prestigiada revista científica estadunidense, con sorpresa me entero de una nueva hipótesis, en la cual catastróficas epidemias -Ƒhiper-epidemias?- transportadas por las corrientes migratorias del hombre de durante la Edad del Hielo, es la causa de la desaparición de los grandes mamíferos del Pleistoceno y del Holoceno. La evidencia que presentan los postulantes de esta teoría se apoya en los siguientes datos: la coincidencia de la desaparición de la gran fauna con los arribos de los primeros pobladores a Australia e Indonesia (hace 50 mil años), a América del Norte (entre 10 mil y 15 mil años), a América del Sur (entre 12 mil y 14 mil años), y al noreste de Eurasia (hace 10 mil años), además de otras partes del planeta. Concretan su idea con investigaciones y datos que indican que en ese lapso desaparecen de América y Eurasia más de 130 especies, especialmente mamíferos.

Qué tan viable o creíble es ésta nueva teoría es algo que necesita de mucha investigación entre antropólogos, arqueólogos, geólogos y médicos patólogos. Si se trata de hiper-epidemias causadas por virus, Ƒcuáles son los datos?, Ƒse detectan en las osamentas fósiles? ƑEran los utensilios o el hombre en su cuerpo el portador? También debe investigarse sobre las técnicas de exterminio que usaron nuestros ancestros, quienes mataban más de lo que necesitaban de alimento.

Para quienes nos desarrollamos en un ambiente rural y nos enfrentamos a epidemias como la aftosa y la encefalitis equina, que diezmaron los hatos del país, la nueva hipótesis me-rece mucha credibi-lidad. Por lo tanto, valoramos la importancia de las investigaciones paleontológicas y geocronométricas que realizan nuestros investigadortes en la UNAM. Con lo antes expuesto comprendo algo sobre la extinción de los grandes mamíferos en el Valle de México y empiezo a tenerle pánico al Popocatepetl, más a una guerra bacteriológica, y terror a las nuevas epidemias que afectan al Homo sapiens.

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