DOMINGO 2 DE ABRIL DE 2000



Manu Chao, un periodista musical

El juglar no quiere adoctrinar

Prefiere hacer tocadas en las calles, las estaciones de tren, los puertos y los parques: "Me siento un poco periodista musical". Manu Chao le canta lo mismo al embrujo de Tijuana que a los zapatistas, con el tono que aprendió de sus amigos africanos en un barrio jodido de París. Es un juglar moderno que no pretende adoctrinar, dicen por estas tierras

Tania MOLINA

Yo llevo en el cuerpo un motor / que nunca deja de rolar / yo llevo en el alma un camino / destinado a nunca llegar.

Armado de una grabadora, Manu Chao viajó durante meses "para ver cómo le va a la gente del barrio" en Africa y América del Sur. Caminó por las calles y grabó sus sonidos; recopiló trozos de películas y fragmentos de música. "Tengo un pequeño estudio que llevo siempre encima y que permite tomar pequeñas instantáneas; grabar ahí donde surge la música", dice el roquero francés."Me siento un poco periodista musical"

"Es un juglar moderno, un viajero incansable que se alimenta de los lugares que visita y después se los muestra a otros sin afán de adoctrinar", dice Checo, baterista del grupo mexicano Salón Victoria.

manu-chao-alameda-1-jpg Manu se presentó en la ciudad de México hace casi diez años con la banda Mano Negra. Ahora regresa como solista.

Clandestino, esperando la última ola, es el nombre la producción musical grabada en 1998, fruto de su travesía. Está dedicado, entre otros, al Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Las voces principales son de los migrantes clandestinos "por no llevar papel". "Solo voy con mi pena/ sola va mi condena/ correr es mi destino/ para burlar la ley".

Manu nació hace 38 años, de madre francesa y padre gallego. Creció en un barrio parisino donde sus amigos eran migrantes africanos. Comenzó a cantar sus historias y canciones.

Lejos de la denuncia panfletaria, Manu Chao busca contar lo que pasa en la vida cotidiana en los barrios del sur: "Cualquiera que tenga el altavoz tiene que usarlo para denunciar todos los males que aquejan a la humanidad, y si el artista logra tenerlo, no debe pensarlo dos veces, tiene que alzar su voz por la de los que no tienen oportunidad de hacerlo".

Su obra es parecida a la del fotógrafo Sebastião Salgado quien, con la mirada puesta también en el sur, cuenta las historias de los trabajadores en la mina de oro de Sierra Pelada, los pescadores en Sicilia, los bomberos en los incendios petroleros en Kuwait, los caficultores en Colombia, los trabajadores en las plantaciones de caña y los Sin Tierra brasileños. "Quiero mostrar la dignidad de los migrantes", dice Salgado .

Los músicos jamaiquinos hacen reggae sin la intención de trasmitir un mensaje político: cantan lo que pasa en las calles de Trenchtown. Michael Thomas escribió en la revista Rolling Stone: "Los rastas son revolucionarios... Pero no están preparándose para bajar de las colinas blandiendo machetes y asaltar la Sheraton Universal. Simplemente se marginan a sí mismos del mundo de los blancos".

Manu se inscribe en un movimiento de resistencia musical en el que contar lo que pasa en las calles es hacer política. Como dijo Joe Strummer, el vocalista y guitarrista del grupo punk The Clash, en una entrevista realizada en 1986: "Nunca oímos hablar de Friedrich Engels. Lo político estaba en la calle, enfrente de nosotros. Yo lavé platos, hice omelets, cavé tumbas, limpié escusados y corté el pasto en los parques. Hice las cosas usuales que los hombres jóvenes hacen. No tenía nada que me respaldara, ni dónde vivir".

Mama was queen of the mambo / Papa was king of the Congo / deep down in the jungle / I started

bangin' my first bongo

Lo que Manu escucha en las calles, lo transforma e integra. Es uno de los precursores de un estilo de música que no tiene estilo. Canta en francés, español, inglés y portugués y utiliza palabras que va aprendiendo en los lugares que visita ("vamonos de jaleo"). Toca guaguancó, rumba, guaracha, country, ska, tecno y reggae. Las canciones en Clandestino se tejen para formar un relato.

"La letra (de los corridos) me gusta porque es lo que trato de hacer. Es casi periodismo, hablan de historias que puedes escuchar. Me inspiré mucho en los Tigres del Norte y la Banda del Recodo": "La música es alegre. A mí me gusta hacer música para pasarla bien, lo más simple posible, y esa música está de puta madre para hacerlo. Cuando oí esos vientos desafinados pensé: 'Si estás haciendo una grabación para otro tipo de música, dices: Vientos desafinados no', y con los corridos no importa, švenga! Me encantan los vientos desafinados", explica Manu a Charlynne Curiel en el libro Oye cómo va. Recuento del rock tijuanense (Instituto Mexicano de la Juventud, 1999).

En México, hay varias bandas que comparten la manera de hacer música de Manu Chao. Son los que "surgieron desde abajo", dice Pacho Paredes, baterista de La Maldita Vecindad.

Iván Pérez, trompetista de El Mezcalito, lo pone así: "Tenemos ideas en común (sobre la autogestión) y nos gusta la forma en que hace sus canciones (con fragmentos de comunicados y diferentes estilos de música). No tenemos un ritmo definido. Tocamos ska, merengue, salsa (o, al menos, creemos que es salsa)".

Iván Pérez continúa: "Más que el rollo musical (de Manu), es importante el trabajo que ha hecho durante años con movimientos sociales."

Para Checo, Manu tiene un "modo de concebir la música con más fuerza humana".

"Es un ejemplo del movimiento de contracultura, de búsqueda de independencia", resume Pacho Paredes.

"Sus canciones son la punta del iceberg. Su música no termina en el disco", dice Rafael, bajista de la banda Las Víctimas del Doctor Psiquiatra.

Llegó el cocodrilo y súper chango / y toda la vaina

de Maracaibo / en este mundo hay mucha confusión /

suenan los tambores de la rebelión

Hace 14 años, en París, Manu, su hermano Antonio, su primo Santiago Casariego y algunos otros formaron Los Carayos, luego Les Hot Pants y finalmente Mano Negra (llamado así por un grupo anarquista andaluz). Sus influencias fueron el movimiento anarco-punk (Sex Pistols y The Clash), Bob Marley, Frank Zappa y Jeff Beck, y, sobre todo, el barrio donde crecieron. La música que hacían era una mezcla de rap, hip-hop, rock y flamenco.

Al hablar de Mano Negra, Chao dijo en una ocasión: "Todos somos amigos del barrio antes de ser músicos... Queremos ser un colectivo de tíos positivos y no lo que se considera que tiene que ser un grupo de rock".

Después de que su sencillo Mala Vida el grupo se volvió un éxito en Francia y firmaron un contrato con la disquera trasnacional Virgin.

El viento viene / el viento se va / por la frontera

"Las disqueras son banqueros que nos prestan dinero; no son nuestros aliados artísticos, y no esperamos que lo sean", afirma Zack De la Rocha, cantante del grupo estadunidense Rage Against the Machine, en una entrevista publicada en marzo de este año en la revista Spin. Con estos "banqueros", músicos como Manu Chao negocian. "Explotan al mercado", señala un periodista que ha seguido de cerca el proceso musical en Estados Unidos, "tienen algo que decir y hay una disquera que sabe que hay millones de chavos que los escuchan". El último disco de Rage Against the Machine, The battle of Los Angeles, vendió dos millones de copias en un mes.

Negocios negocios... Al paso de los años, el punk se volvió rentable. En 1995, Manu Chao contaba que se negaron a ir a Inglaterra de gira porque "la discográfica decía que un grupo de rock tiene que ser rentable, o sea: un grupo anárquico, que dice cada minuto fuck".

En este estira y afloja con la disquera, Chao dice que Mano Negra ha ayudado a cambiar a la trasnacional Virgin desde dentro y le ha abierto el camino a otras bandas. Manu va contra la lógica de las disqueras trasnacionales. No limita la discusión al contenido temático de la producción: abarca todo el proceso de hacer música. Las disqueras organizan la agenda y la programación (los lugares donde tocan, las estaciones de radio y los canales de televisión que trasmiten su música y las conferencias de prensa).

"(Manu) nos ha difundido nuestro material", dice Román, del grupo mexicano Panteón Rococó.

"(Manu) se entrega a la vida y no al mercado", dice Checo. Y Román añade: "Manu no es nomás farándula".

Concierto EZ Manu Manu asevera: "No me importa vender 200 mil álbumes más. Me importa vender lo suficiente para poder trabajar y pagarnos las locuras que estamos haciendo".

Mano Negra comenzó a tocar en los barrios de migrantes. Hoy, su ex vocalista sigue defendiendo la necesidad de sacar la música de los espacios cerrados y exclusivos, y llevarla a la calle, tocar para los marginados hacer patchanka: "Hay que sacar el rock de las salas negras... Ver un concierto es bastante conservador. Ya no queremos hacer conciertos, queremos hacer fiestas".

En 1992, Mano Negra viajó en barco por la costa atlántica de América del Sur. Pararon en los puertos para realizar conciertos. Al siguiente año recorrieron Colombia en tren y tocaron en las estaciones. "Estas locuras las pagamos con lo que ganamos en la gira japonesa", recuerda Manu.

Durante tres años, en Francia, el grupo no hizo conciertos formales. Participaron en un circo apoyado por Caravane des Quartiers (Caravana de los Barrios), que llegaba a los barrios, nunca al centro de las ciudades.

Desde hace un par de años, Manu ha impulsado un proyecto llamado La Feria de las Mentiras. "La idea es tener payasos, trapecistas, predicadores, mariachis, repentistas, capoeristas, bandas municipales, cuentacuentos, televisión, talleres de artesanía, futbolín y rock'n roll" que viajen como un circo, explica el músico.

Chao quiere que la gira que este año lleva cabo por México, Ecuador, Perú, Chile y Argentina con el grupo Radio Bemba Sound System esté inscrita en esta lógica. Por ejemplo, el concierto que presentó en la Alameda, el 28 de marzo, estaba originalmente destinado a quienes ganaran el concurso organizado por una radiodifusora. Chao negoció para que fuera en un lugar abierto, donde pudieran escuchar la música quienes fueran pasando.

En una ocasión, Manu tronó: "No soy hombre de banda, soy hombre de colectivos".

"Manu sigue siendo un humano que rueda por las calles", confirma Checo.

Tú no tienes la culpa, mi amor, / que el mundo sea tan feo

En octubre del año pasado, en video, el subcomandante Marcos leyó, ante un Foro Alicia lleno a reventar: "El zapatismo y el rock algo se traen y llevan, porque, si no, entonces qué hacemos aquí el Zack (vocalista de Rage Against the Machine), el Yaotl (integrante de Tijuana No) y yo".

Era la víspera del concierto de Rage Against the Machine, a beneficio de las comunidades indígenas zapatistas. El EZLN respondió que mejor lo enviaran a los damnificados de los recientes terremotos e inundaciones.

Desde los primeros días del levantamiento indígena hubo un "encuentro" entre el movimiento zapatista y un amplio sector de grupos musicales.

"Si decimos que el zapatismo 'rebotó' en los grupos musicales de rock y produjo ahí su efecto 'otro' y 'diferente', creo que seríamos injustos. Se trata de grupos con una trayectoria de compromiso social y profesional independiente", leyó el subcomandante Marcos, con una guitarra eléctrica a su lado, en el concierto de Rage Against the Machine y Tijuana No en el Palacio de los Deportes, ante unos cinco mil chavos.

"ƑPor dónde saldrá el sol?", pregunta Manu en Luna y sol. En ese momento, en la misma canción, entra la voz del subcomandante Marcos: "Nosotros nacimos de la noche, en ella vivimos, moriremos en ella; pero la luz será mañana para los más, para todos ellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día. Para todos, la luz".

"Marcos es de la poca gente en el mundo que se ha levantado por una causa justa y digna", dijo el músico hace unos días. "Con los de Chiapas estoy de todo corazón", afirmó en 1995.

Aunque políticamente se define "perdido", sus letras sirven para que los huelguistas de la UNAM las pongan en playeras que venden para reunir el dinero de las fianzas: "Soy una raya en el mar, fantasma en la ciudad, mi vida va prohibida, dice la autoridad".

O para reivindicar los acuerdos incumplidos: "ƑA dónde van los indios de México? / En las fronteras de la realidad / La tierra que nos sueña / Mi risa es el sol de mediodía / El corazón de San Andrés / La apariencia desnuda / El tío Vivo y la Calaverita." (Canción inédita -sin música- en Ojarasca, 16 de diciembre de 1998).


WELCOME TO TIJUANA

ƑManu Chao, clandestino y marginal?

El 27 de febrero, el asesinato de Alfredo de la Torre Márquez, director de la policía de Tijuana, armó revuelo. El noticiero radiofónico Imagen informativa decidió acompañar la noticia con un trozo de la canción de Manu "Welcome to Tijuana": "Welcome to Tijuana/ tekila, sexo y marihuana/ welcome to Tijuana/ con el coyote no hay aduana"

Chao es un enamorado de nuestra ciudad fronteriza al igual que de Gibraltar: "Son dos puntitos de fiebre en el planeta".

Hace unos días, el ayuntamiento de Tijuana publicó un desplegado para protestar por las referencias a la tijuanización de la ciudad de México en los medios. Quizá a las autoridades de aquella ciudad tampoco les guste la canción de Manu, aunque él sea capaz de decir: "Me encanta cuando se hace una ciudad que es una película permanente"'.

El auge del zaparock

"Nuestros hermanos, ya están saltando / nuestras hermanas con sabor están bailando / y nuestro pueblo está disfrutando / de estar viendo que tu imperio va cayendo" (La consentida, canción de Panteón Rococó)

Como dice el subcomandante Marcos, antes de 1994 había músicos "con una trayectoria de compromiso social y profesional independiente". Sin embargo, muchos roqueros coinciden en que a partir del alzamiento zapatista hubo un auge roquero. Especialmente entre los más jóvenes, para quienes el zapatismo fue un ejemplo.

Panteón Rococó, formado hace cinco años, abrió el concierto de Manu Chao este viernes. Es una de las bandas que retomó elementos de esta resistencia: "Aplicamos nuestro 'Ya Basta' personal", dice Román.

Es de los grupos mexicanos que jalan más chavos a sus conciertos. Aún así, nunca han tocado ante un público tan numeroso como el del viernes 31 de marzo en el Zócalo.

A la izquierda de la Tierra, su primer disco, está dedicado al EZLN ... A las comunidades indígenas ...".

Lo pequeño es hermoso

Músicos y "promotores culturales" coinciden en que está chido que el gobierno, sea cual sea, promueva los conciertos masivos gratuitos, pero también opinan que hace falta una política cultural integral que, entre otras cosas, incluya crear más "espacios culturales autogestivos" donde puedan tocar los casi tres mil grupos mexicanos. Hay pocos, por un lado, porque, como dice Ignacio Pineda, promotor de El Foro Alicia, el público roquero"es más bien escaso", hay muchos grupos, pero no un movimiento autogestivo roquero.

Organizar un concierto sin que participe el gobierno o alguna gran empresa privada es casi imposible, como lo comprobaron los organizadores del concierto que se efectuó frente al Reclusorio Norte para apoyar a los huelguistas presos. Por ejemplo, para tener energía eléctrica tuvieron que colgarse de unos postes de luz. ƑY las pipas de agua que pidieron a la delegación? Nunca aparecieron.

Pineda dice que "cuando los grupos empiezan a 'pegar', se van con las grandes disqueras". Y aquí surge un nuevo problema: estos 'tiburones' musicales "restringen el margen de acción de las bandas": deciden en qué estaciones de radio son trasmitidos, quiénes los entrevistan y en qué espacios hacen tocadas. También determinan la producción: buscan canciones con tonadas pegajosas y ritmos de moda.