* Guillermo Ortiz rechaza que la apreciación del peso esté siendo inducida


Niega el BdeM que manipule el mercado de divisas

Roberto González Amador y Antonio Castellanos, enviados, Acapulco, Gro., 3 de marzo * El Banco de México rechazó hoy manipular el mercado de divisas para tratar de fortalecer artificialmente la cotización del peso frente al dólar. "La evolución del tipo de cambio ha respondido a factores espontáneos relacionados con la fortaleza de la economía", sostuvo Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del banco central.

Al hablar en el segundo día de trabajos de la 63 convención nacional bancaria, Ortiz afirmó que México tiene las bases económicas para lograr una transición estable a un nuevo periodo de gobierno, pero alertó que el gobierno y los agentes económicos no deben caer en "excesos de confianza".

El gobernador del banco central dijo que la economía del país está creciendo a una tasa de 5 por ciento en el primer trimestre de este año, un ritmo similar al registrado en los últimos tres meses del año anterior, en un entorno de baja de la inflación y tasas de interés.

En un discurso pronunciado ante unos mil asistentes al foro, Ortiz llamó la atención sobre el hecho de que la economía mexicana haya logrado recuperarse de la crisis de 1995 e iniciar una etapa de crecimiento con escaso apoyo del crédito bancario, un fenómeno que calificó de "sorprendente" y que atribuyó a la aparición de fuentes alternativas de financiamiento para las empresas.

Sin embargo, planteó, tal situación es "indeseable a largo plazo". El crédito debe reactivarse para apoyar, sobre to-do, a la pequeña y mediana empresa, sostuvo.

El gobernador del banco central insistió en su discurso sobre la necesidad de que el país fortalezca sus defensas para que no ocurra una nueva crisis de balanza de pagos como la de finales de 1994, lo cual, sostuvo, obrará en beneficio de los grupos más pobres del país.

Se refirió entonces a la preocupación expresada por distintos especialistas las últimas semanas por la apreciación que ha experimentado el tipo de cambio desde principios de 1999. A la sobrevaluación de la moneda nacional se ha atribuido una de las causas de la crisis de 1994.

"La evolución del tipo de cambio real ha respondido a factores fundamentales y espontáneos y no a su manipulación", afirmó. El tipo de cambio en enero de 1999 fue de 9.83 pesos por dólar, en tanto que esta semana se encuentra en niveles de 9.33 pesos por unidad de la divisa estadunidense.

Ortiz expuso que la fortaleza del peso obedece a un moderado déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos (se espera que este año alcance 3.5 por ciento del producto interno bruto) y al dinamismo de las exportaciones.

"Un hecho muy sugerente es que la apreciación que desde hace varios meses ha experimentado el tipo de cambio ha venido acompañada de un descenso continuo de las tasas de interés y de una importante acumulación de reservas internacionales. Estos fenómenos in- dican claramente que dicha apreciación no ha sido inducida por la autoridad monetaria".

El funcionario afirmó que la posibilidad de que haya en México una transición de gobierno sin crisis por primera vez en un cuarto de siglo "no debe dar lugar, como ha ocurrido en el pasado, a una actitud de exceso de confianza".

En particular, abundó, la posibilidad de que el país mejore la calificación que otorgan las agencias extranjeras puede provocar un incremento en las entradas de capital de corto plazo (especulativo), "lo cual debe ser manejado con extrema cautela".

En este sentido, indicó que en el pasado reciente existieron episodios en que los inversionistas de los mercados financieros y las propias autoridades se dejaron llevar por una oleada de optimismo que llevó a que se bajara la guardia y se diluyeran los elementos fundamentales de la precaución, lo cual dio lugar a severas crisis financieras.

"Es fundamental estar alerta y reaccionar con oportunidad en caso de perturbaciones tanto de origen externo como interno", expresó al aconsejar que se mantenga el manejo prudente de la política fiscal y monetaria y que, en cuanto fluya el financiamiento, no se incurra en una contratación excesiva de crédito.