* Miembros de la industria piden que la SCJN haga cumplir la Constitución


Permitir el doblaje, retroceso contra la soberanía y los derechos de autor

* Llamado de la actriz María Rojo para impedir lo que ''casi sería la puntilla del cine nacional''

* Los ministros no deben equivocarse otra vez, como con el anatocismo, dice Rascón Banda

Raquel Peguero * Un llamado a la comunidad cinematográfica a que se ''reúna para tomar medidas y no tengamos después que lamentar lo que sería casi la puntilla para el cine mexicano", fue lanzado por la actriz María Rojo, ante la posibilidad de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determine la inconstitucionalidad del artículo 8o. de la Ley Federal de Cinematografía, que permitiría la exhibición de películas habladas en otro idioma, doblarlas al español (La Jornada 3/03/00).

Consultada por este diario, al igual que el diputado panista Javier Corral, el presidente de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), Víctor Hugo Rascón Banda, y los cineastas Felipe Cazals, Luis Estrada, Juan Antonio de la Riva y Alejandro Springall, los entrevistados coincidieron en que una resolución en ese sentido atentaría no sólo contra los derechos de autor, sino contra la soberanía y sería un retroceso muy grave que echaría para atrás el proyecto de reactivación de esta industria. He aquí sus opiniones:

María Rojo: La comunidad cinematográfica tiene que expresar su desacuerdo, que me imagino es generalizado, por este posible fallo. Como actriz que forma parte de esa comunidad estoy con ellos y ojalá podamos hacer algo. Es lamentable que no se tome en cuenta la lucha de la industria cinematográfica por su ley y que antes de que se expida el reglamento, que lleva un retraso de más de diez meses, se propine un golpe final con esa posibilidad. Parecería que la intención es acabar con nuestro cine y tenemos que hacer que la Suprema Corte y la sociedad mexicana adquieran conciencia para unirnos y demostrar y explicar, si así se nos pide, lo lamentable que sería tomar una decisión de esa magnitud.

ƑFalacia por pereza?

Javier Corral: De ocurrir un acuerdo de la SCJN en ese sentido, se habrá generado una de las decisiones más preocupantes no sólo sobre la independencia y la autonomía del Poder Judicial en México, sino también sobre su compromiso con lo nacional. Confirmaría que ni la ley ni las instancias jurisdiccionales son ese resquicio de soberanía que necesita una nación frente al proceso de globalización que elimina no sólo la frontera económica sino la identidad cultural. Sería un atentado contra la Constitución, que desconocería los convenios internacionales que México ha suscrito en materia de derechos de autor, como el de Berna, en el capítulo específico del respeto a la versión original como derecho cultural fundamental de toda persona y, sobre todo, de los creadores, autores y directores en materia de cine. Lo más grave es que, una vez más, Hollywood y sus operadores internacionales, algunos de ellos lamentablemente mexicanos, ha logrado presionar indebida y groseramente porque este tema se dio desde que empezó la reforma a la ley, con una campaña de desprestigio y manipulación en la que contrataron a agencias de estrategia y mercado para difundirlo. Este asunto pone de relieve la necesidad que México tiene de echar fuera del gobierno a esta camarilla antinacional que está en el ámbito federal al servicio de Washington y de Nueva York, en las grandes decisiones económicas. Es increíble que hasta que Holywood no revisó el reglamento, eso no avanzó en firme.

Víctor Hugo Rascón Banda: Tengo confianza en que los ministros de la Corte lean el material que les entregamos María Rojo y yo y con el que les ahorramos el trabajo. Les decimos cómo no pueden equiparar la televisión con el cine y, si la tv viola la ley al permitir el doblaje, no quiere decir que la ley de cine lo haga también. En el reglamento de la ley de radio y televisión está previsto que no haya doblaje para películas y series extranjeras, pero se viola y ellos esgrimen ese argumento. Primero que lean la ley y demás disposiciones para decir que injustificadamente se priva al espectador de un derecho. Creo que los ministros no han leído la ley de derechos de autor, la convención de Berna y todos los tratados internacionales que ha suscrito México y que tienen nivel constitucional y ellos deben vigilar, pues se están yendo con el razonamiento de Ignacio Burgoa y todos sabemos cómo piensa y es leguleyo del amparo. Los ministros no pueden irse por esa falacia, por pereza, quizá lo hagan porque él cita artículos de la Carta Magna y no otras leyes y tratados. Sabemos que el interés de los distribuidores es económico. Lo que quieren es ir a las poblaciones pequeñas y apoderarse de ese mercado. Apenas regresé de la comisión binacional que se efectuó en Los Angeles y ahí los distribuidores y exhibidores plantearon cómo quieren aumentar su mercado. Ese es un interés mezquino, económico y con afán de acaparar. Ahí les dije que, si el candidato oficial Francisco Labastida ha dicho que va a buscar que los mexicanos aprendamos inglés, que se esperen a que ponga sus laboratorios para que nos enseñen y se puedan entender las películas en su idioma original y no violen las leyes. Los ministros no deben equivocarse otra vez, así como les dieron la razón a los banqueros, recientemente, para que se capitalizaran los intereses sobre intereses, lo que conocemos como anatocismo. Eso no se los perdona la sociedad; ahora harían lo mismo si votan por el doblaje, pues les darán la razón a las trasnacionales de EU que penetran con su cine la conciencia de los mexicanos. No quisiera pensar que hubo un gran cabildeo, como cuando se aprobó la ley del cine, en la que aportaron grandes sumas de dinero. Ni que eso llegó a la SCJN porque entonces ya no hay soberanía y el último poder sagrado, el Judicial, serviría a Washington y no a México. Espero que conserven un mínimo de dignidad y de compromiso con la Constitución. Me parece aberrante que la Corte sucumba ante los embates del imperialismo económico de EU, cuando es el último reducto de la legalidad que tenemos los mexicanos.

El reino de las argucias legales

Felipe Cazals: No sólo es inequitativo para nosotros, sino atentatorio contra los derechos autorales de actores, guionistas y no digamos de los directores que le impusieron un tono y una intención a las películas basadas, precisamente, en el lenguaje original. La Fox, Buenavista Columbia Tristars y United International Pictures no hacen más que repetir el criterio histórico de los estadunidenses que consiste en avasallar el derecho a informarse y cultivarse de otra manera que no dependa de ellos. Lo oprobioso es saber quiénes son los mexicanos que facilitan esta labor y hubo sospecha de que son los mismos que arrinconaron al cine mexicano en lo oscuro del TLC. La batalla por impedir el doblaje es, en este momento, el equivalente a la lucha por la libre expresión de los artistas cinematográficos.

Luis Estrada: Esto forma parte de una política de aniquilamiento que no se puede ver aislada de todo lo que ha ocurrido en los últimos 20 años alrededor del cine y las industrias culturales, que había sido una bandera histórica de parte, no sólo de los involucrados en hacer el cine sino también del espectador para quien significa una noticia dramática. No podemos verlo aislado frente a los poco alcances que tuvo la ley. Y en el reino de las argucias legales, ante los amparos y la no claridad sobre el reglamento, significaría la puntilla de un maquiavélico plan para acabar con el cine. Si esto llegara a ocurrir, sería aterrador.

Juan Antonio de la Riva: Sería un retroceso gravísimo que se perdiera, ya que la integridad de las obras cinematográficas, se sacrificaría en aras de la comercialización. Sería lamentable que la SCJN favoreciera esa posibilidad, porque le estarían dando la espalda a algo ya conseguido en la ley. Sería un antecedente de consecuencias que todavía no podemos imaginar. Es terrible, cuando todavía no se emite el reglamento ųpara saber hasta dónde está protegido el cine en el ámbito legalų que aparezcan estos amparos y nadie anteponga, en términos jurídicos, la defensa del cine nacional.

Alejandro Springall: Es echar para atrás un proyecto de reactivación de la industria, porque en cuanto el cine de Holywood hable como nosotros, qué necesidad tendremos de actores mexicanos. Atentaría contra el derecho de autor, del director, del intérprete. Además, la pantalla grande está más cerca del arte y como tal hay que respetar a los autores; no es sólo una cuestión de comercio, va más allá. Es como si para traer a la Mona Lisa a México tuviéramos que vestirla de tehuana, para poderla entender.