Luz Jiménez: transmisora y traductora de conocimiento

Gloria Hernández

Julia Jiménez González, "Luz" (1897-1965). Fue modelo de un numeroso grupo de artistas estudiosos de lo mexicano durante la primera mitad del siglo XX.
Durante los años veinte empieza a posar para los estudiantes de la Escuela al Aire Libre de Coyoacan. Aparece en un óleo temprano de Fernando Leal sobre la lucha zapatista. Después lo hace para Ramón Alba de la Canal y Francisco Díaz de León. En 1921 llega Jean Charlot a México y descubre a Luz Jiménez como modelo; con el tiempo será su amiga y comadre. Ese mismo año regresa a México Diego Rivera y no se pierde de Luz, "india pura de las tierras que circundan el Valle de México al sur".
Cuerpo robusto de color moreno y rostro redondo con reminiscencias olmecas. También es "modelo" de existencia de las mujeres que luchan en el trabajo cotidiano. A pesar de ser una modelo de éxito entre los artistas de la escuela mexicana de pintura, Luz no capitalizó esa participación, siempre sobrevivió de su trabajo de modelo y como vendedora de objetos artesanales.
Una de sus aspiraciones era ser maestra, proyecto de vida que la guerra de revolución echa por tierra pues sólo cursa cuatro años de la primaria en la Escuela Concepción Arenal (1908-1912). Los enfrentamientos entre federales y zapatistas en la zona de Milpa Alta, en el año de 1916, tuvieron como consecuencia que los habitantes del lugar se vieran obligados a moverse hacia la ciudad y dispersarse en ella. Luz no sólo debe abandonar su lugar de origen sino también hacerlo perdiendo a los varones de la familia.
Al fin y al cabo sí fue maestra, a manera de fuente viva de información. Por su posesión del náhuatl como lengua materna, sirvió de informante y testimonio vivo para antropólogos como Fernando Horcasitas y Miguel León Portilla. Conocía leyendas antiguas que transmitió para que otros las escribieran, leía códices para sus conocidos intelectuales, mismos a quienes llevó a conocer las tradiciones de su pueblo.
En "La maestra rural" (1932), uno de los murales que pintó Diego Rivera en la Secretaría de Educación Pública, Luz se muestra en su papel de transmisora y traductora de conocimiento, tanto en un reflejo de lo que fue de viva voz y presencia, como en sus representaciones plásticas por toda la ciudad de México, donde Luz, desnuda, de pie, sostiene con cada brazo y a los lados de la cintura, dos cántaros que derraman agua por sus bocas. O bien, dándole una vuelta al monumento Alvaro Obregón, descubrimos que las esculturas femeninas son nada menos que la figura de Luz.
En "La Maestra Rural" la vemos dispuesta a enseñar, en pleno campo, al aire libre, con un libro en la mano y los estudiantes formando un círculo, representación del trabajo de las mujeres, desde el implícito como fuentes de vida biológica y más allá, como puentes de lo social, el trabajo de educar, de humanizar, alimentar el espíritu, enseñar a pensar. Que éste fue el principal trabajo de Luz, modelo real de la mujer mexicana.