* El quebranto de los bancos que concentra es de $100 mil millones, dice


Demanda diputado indagar a fondo el Fideliq

* El ex regente Oscar Espinosa Villarreal es uno de los responsables: Ramírez Cuéllar

Ciro Pérez * El Fobaproa de la banca de desarrollo, Fideicomiso de Liquidaciones (Fideliq), que asciende a poco más de cien mil millones de pesos, debe ser sujeto a una profunda investigación, advirtió el legislador perredista Alfonso Ramírez Cuéllar, tras señalar que el quebranto de la banca de desarrollo se ha estado pagando con recursos fiscales.

"El Fobaproa-IPAB de la banca privada, y el Fobaproa-Fideliq de la de desarrollo constituyen un despojo fiscal", indicó.

El legislador agregó que el quebranto del sistema bancario de nuestro país llega a representar casi cien mil millones de dólares, un billón de pesos, "los cuales habrán de cubrirse sacrificando el presupuesto, mientras los delincuentes andan libres sin castigo".

Aseguró que uno de los promotores y responsables de la situación de la banca goza de total impunidad y hasta dirige la Secretaría de Turismo: Oscar Espinosa Villarreal.

Explicó que Fideliq concentra parte de los quebrantos de Nafín, Banrural, Banejército, BNCI y Bancomext, que alcanza poco más de cien mil millones de pesos.

"Este fideicomiso se encuentra integrado por una fiduciaria, que es Nacional Financiera, el fideicomitente (SHCP), y el fideicomisario, que es el gobierno federal".

De esta forma, la cartera chatarra en el Fideliq suma 232 mil 200 de créditos y 98 mil 100 millones de pesos, distribuidos en siete mil créditos, con un costo fiscal de 3 mil millones de pesos para Banejército; Fiderca-Nafín, 75 mil créditos y 55 mil millones de pesos; BNCI, 20 mil créditos y 15 mil millones de pesos; Banrural, 130 mil créditos y 20 mil 600 millones de pesos, Bancomext (cafetalero) 200 mil créditos y 4 mil millones de pesos.

Sin embargo, señaló que en este monto del costo fiscal no se toma en cuenta a Banobras, otros fondos estatales y federales, y los miles de créditos siguen en poder de los bancos de desarrollo.

Es así que el Fideliq (que al igual que el Fobaproa y ahora el IPAB, tiene el propósito de incrementar el nivel de recuperación de activos) concentra "la quiebra y la liquidación de BNCI, el Fideicomiso de Recuperación de Cartera, que representa el quebranto de arrendadoras y uniones de crédito, el cafetalero y créditos financieros con recursos del Banco de Comercio Exterior, así como el saneamiento financiero de Banrural".

Asimismo, Ramírez Cuéllar especificó que el quebranto es mayor en Nafín (55 mil millones), lo que se debe, en la mayoría de los casos, pero especialmente en este, a la "discrecionalidad con la que se operó en el periodo 1991-1994, sobre todo con las uniones de crédito y bajo la dirección de Oscar Espinosa Villarreal".

Consideró que el Fideliq es una especie de banco malo, porque concentra buena parte de la cartera incobrable y el quebranto de varios bancos, en el que aparentemente se limpió a estas instituciones, "aunque el crecimiento de la cartera vencida de Nafín, Banrural, Banjército y Bancomex siga creciendo y se agudice, además del concepto de pasivos laborales, producto de las jubilaciones prematuras de muchísimos funcionarios".