La Jornada miércoles 26 de enero de 2000

* Astillero *

* Julio Hernández López *

En Culiacán Francisco Labastida Ochoa arremetió contra el diario Noroeste, que dirige Manuel Clouthier Carrillo (hijo del Maquío) al considerar que ese medio se ha convertido en "vocero de un partido" (el PAN, aunque no lo precisó así) por haber dado a conocer la larga lista de promesas que Labastida incumplió como gobernador y ahora ofrece como candidato presidencial.

En la ciudad de México, presuntos periodistas (sobre todo presuntos fotógrafos y camarógrafos) fueron utilizados por titiriteros todavía desconocidos para obstruir el intento del rector Juan Ramón de la Fuente de adentrarse a territorio de la UNAM.

En los dos casos hay suficientes evidencias como para señalar que el poder está desarrollando una obsesión peligrosa respecto del periodismo: en Sinaloa, demostrando a temprana hora el talante intolerante de quien busca cotejar su obra como gobernador frente a otros candidatos que ocuparon similar puesto y que, en todo caso, tiene en su propia tierra suficientes ejemplos de maltrato a periodistas; en la UNAM, con las facciones del poder priísta peleando con gafete falso de periodistas por el control (apeteciblemente redituable) del tramo que creen que es el final del paro universitario.

Las preguntas incómodas

En su tierra natal, al candidato presidencial del tricolor le han molestado las preguntas de periodistas respecto de lo que hizo o dejó de hacer cuando fue gobernador de Sinaloa, en materias en las que ahora desea aparecer como joven promesa, es decir, en la lucha contra la corrupción, contra el narcotráfico y contra las concertaciones partidistas.

El Noroeste, en particular, ha recopilado pruebas de que Labastida no cumplió como gobernador lo que ahora promete como candidato. Una apretada síntesis de lo publicado en el diario del cual Manuel Clouthier Carrillo es director y accionista mayoritario, señala que Labastida "cuando fue gobernador solapó a alcaldes priístas acusados de malver- sación de fondos públicos, y además, esa época estuvo caracterizada por el fraude electoral y por un Congreso manipulado por el mandatario, según denuncias de la oposición".

Un texto firmado por Yadira Carrera recuerda que el 28 de octubre de 1992, en el Periódico Oficial del Estado de Sinaloa, se estableció una modificación al Código Penal con la que se disminuyó de 12 a nueve años de cárcel la pena aplicable al delito de peculado que, según los actores políticos de la época, "fácilmente podría haberse aplicado a varios alcaldes del periodo de Labastida".

ƑQuién dice que no se puede

proteger a los corruptos?

El reportaje hecho en el Noroeste detalla con amplitud las evidencias de pillerías cometidas en particular en los casos de los alcaldes priístas de Navolato, Ahome y Escuinapa. Como la mayoría priísta aprobaba las cuentas públicas sin tomar en cuenta las pruebas de los desfalcos en esos y otros municipios, diputados de oposición tomaron la tribuna del Congreso local y estuvieron en plantón durante 20 días del mes de junio de 1993, en protesta por la aprobación "amañada" de las cuentas de los alcaldes labastidistas.

Narco y concertaciones

También se recuerda el florecimiento del narcotráfico durante el gobierno de Labastida y la manera blandengue como enfrentaba ese crecimiento. Muy conocido es ya el episodio de la toma militar de Culiacán, y el apresamiento de la mitad de los policías estatales mientras el gobernador Labastida pescaba y buceaba en Baja California Norte. Otro punto que la voz sinaloense da por verdad histórica es la concertación de Mazatlán para los panistas con tal de que le dejaran al PRI la alcaldía de Culiacán.

Por ello, el pasado lunes, Labastida reaccionó airado cuando escuchó al director de Noticieros Hoy, Alfonso Millán, en el aeropuerto de Los Mochis, preguntarle sobre lo publicado "en la prensa local, en un periódico importante de amigos de usted", donde "le han criticado severamente", llegando incluso a los linderos de "la agresión personal".

Ser cuates o no ser cuates

Labastida hizo como que creía que la referencia era a un desplegado del PAN con el que se le había recibido pero, luego, tomó el punto real relacionado con el Noroeste. El diálogo merece su reproducción textual, por cuanto podría constituir un adelanto firme de la manera como el posible Presidente de la República buscará relacionarse con la prensa y cómo reaccionaría frente a reportajes puntuales y puntillosos que no le gusten y a los que prefiera enfrentar con subjetividades declarativas y no con respuestas directas sobre los hechos denunciados:

ųPero no es de mis cuates, Ƒeh?... ųreviró Labastida.

ųƑNo es de sus cuates? ųrepreguntó el reportero cómodo.

ųNo, no es de mis cuates... Es un periódico que, bueno, cada quien tiene sus preferencias políticas, y yo se las respeto. Tengo la impresión de que este periódico está cometiendo el error de convertirse en vocero de un partido. Pero es su elección; es su decisión, muy libre de tomarla, y yo lo entiendo. Yo espero que ello no obnubile y elimine de alguna manera la objetividad para ver las cosas, porque me parece que los medios de comunicación, si alguna virtud tienen, es que deben de mantenerse independientes. Uno le puede tener simpatía a alguien, o animadversión a alguien, pero no hay que perder la objetividad, porque cuando se pierde la objetividad, y se convierte en un órgano de partido, automáticamente las preferencias por ese órgano de información caen.

"No recuerdo"

Las palabras del candidato priísta fueron respondidas por el diario aludido en un editorial en el que se asegura que "Labastida Ochoa llama 'periódico de un partido' a quien le da, desde que es candidato presidencial, las ocho columnas cada vez que viene a Sinaloa, sin pagar el espacio, como sí lo paga en otros periódicos".

Además, se recuerda que el alegato labastidista elude la esencia de la indagación periodística pues, por ejemplo, cuando se le preguntó la razón por la cual se bajó la sanción al peculado cuando él era el jefe político sinaloense, nada más dijo: "no recuerdo".

El diario sinaloense estableció, además, que "de todo, lo más lamentable y preocupante es la intolerancia a la crítica de alguien que pretende erigirse en Presidente de la República, en conductor de los destinos de todos los mexicanos".

En Noroeste publica artículos de opinión, por lo demás, desde hace más de 20 años, Jaime Labastida Ochoa, hermano de Francisco.

En Sinaloa hoy se recuerdan otros incidentes similares. Pocos meses atrás, cuando apenas se enfilaba hacia la precandidatura priísta y apenas había dejado Bucareli, Labastida fue acusado por Felipe Manzanares, director del noticiero Buenos días, Sinaloa, de haber ordenado el cierre de su programa por haber hecho críticas al distinguido paisano. En 1986 el caricaturista Raúl Aguilar, ya fallecido, denunció que el gobernador Labastida le había hecho ir a una oficina para advertirle de los riesgos que corría por haber hecho un cartón, que se habría publicado en El Debate de Los Mochis, en el que señalaba que el mandatario no podría resolver los graves problemas de violencia de Sinaloa por falta de productos avícolas de consumo diario.

De cuates a cuates...

Pero la relación de Labastida con los periodistas no es mala en otros casos. Por ejemplo, en Villahermosa, cuando fue a sellar el falso abrazo de unidad con Roberto Madrazo, hizo una amplia, amabilísima, muy risueña y espléndida visita de cortesía, fuera de programa, al diario Tabasco Hoy, propiedad de varios miembros de la familia Cantón Zetina, que editan además de ese periódico del sureste el México hoy y revistas como Quehacer Político y otras del mismo corte. En el arranque de su campaña presidencial, en Querétaro, para dar otro ejemplo, estuvo presente la periodista Isabel Arvide, quien se ha enredado con la actual esposa del ex presidente José López Portillo en un pleito vergonzoso en el que se ha arrastrado la bandera del periodismo y la libertad de expresión en aras de ejercicios delictivos de la profesión.

Por eso, cuando se vio ayer en CU a personajes sombríos y desconocidos valiéndose del escudo del periodismo para entrampar más el conflicto universitario... šChinš Por desgracia se acabó el espacio. Mañana le seguimos...

Astillas: Raúl Ojeda, quien fue diputado federal priísta, y uno de los más dignos políticos que resistieron en Villahermosa los embates madracistas, será postulado hoy por la Alianza por México (PRD, PT y demás) como candidato externo a senador. Ojeda dejará al PRI sin romper estruendosamente con ese partido, pero no se afiliará a ningún otro...