Celebración científica
Víctor Raúl Martínez Vázquez
Fundada en 1959, la Academia Mexicana de Ciencias cumplió este año su 40 aniversario. La academia se fundó con 54 distinguidos miembros de la comunidad científica mexicana, la mayoría de ellos trabajando entonces en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Hoy cuenta con mil 148 miembros ubicados en todo el país, en distintas instituciones de educación e investigación.
Entre sus primeros presidentes estuvieron Alberto Sandoval Landazuri, del Instituto de Química; Guillermo Haro Barraza, del Observatorio Astronómico; Marcos Moshinky Borodiansky, del Instituto de Física; José F. Herrán Arellano, del Instituto de Química; Emilio Rosenblueth Deutsch, del Instituto de Ingeniería. Entre los últimos, se encuentran Mauricio Fortes Besprovaspani, Juan Ramón de la Fuente y Francisco Bolívar Zapata.
El doctor Alonso Fernández González, ex
presidente y fundador de la academia, reconocido científico del
Instituto de Física de la UNAM y quien ahora radica en la
ciudad de Oaxaca y trabaja en el CIDIR, del Instituto
Politécnico Nacional, comenta:
"Empezamos como 10. Queríamos una organización exclusivamente académica. No política. No nos interesaban los puestos directivos. Eramos fundamentalmente científicos, pero pensamos que debía haber humanistas. Se invitó a otros colegas en forma selectiva. Ya se había dado un intento de organización previa de un grupo encabezado por don Manuel Sandoval Vallarta, y en el que se encontraba, entre otros, Guillermo Haro, quien después se unió a nosotros. La reunión constitutiva fue en el Instituto de Química, que se encontraba en el piso 11 de la torre de Ciencias, en Ciudad Universitaria. Recuerdo la reunión muy bien. Uno de los principales promotores fue Alberto Sandoval, el primer presidente de la academia, y entonces director de ese instituto. La academia fue algo diferente. Nos interesaba la formación de jóvenes, hacíamos conferencias, reuniones de discusión académica. Yo trabajaba en el Instituto de Física, al que ingresé a fines de los 40 o principios de los 50. El instituto tenía como 10 años de haberse fundado."
La importancia de la academia en el impulso y desarrollo de la ciencia se refleja en su composición, en sus actividades, su influencia en la definición de políticas sobre ciencia y tecnología, así como por su articulación internacional. Así, por ejemplo, de sus mil 148 miembros, 922 de ellos, es decir, 80 por ciento, pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores. De la membresía del SNI en el nivel III, 66 por ciento son miembros de la Academia Mexicana de Ciencias.
Entre los programas permanentes de la academia se encuentran Domingos en la Ciencia, que consiste en pláticas de divulgación científica para "orientar a jóvenes universitarios y bachilleres en todo el país, y a través de las cuales se charla sobre temas científicos y se realizan estancias con investigadores reconocidos; Olimpiadas de la Ciencia, mediante las que se han organizado concursos en las áreas de biología, física, química y matemáticas para jóvenes preuniversitarios.
A la academia se debe la propuesta original de crear el Sistema Nacional de Investigadores, y su opinión es considerada en muchas iniciativas gubernamentales, entre ellas la más reciente, la Ley para el Fomento de la Investigación Científica y Tecnológica, aprobada por el Congreso de la Unión el 30 de abril del presente año.
La AMC mantiene relaciones con diversas organizaciones afines como la US National Academy of Sciences, la Royal Society de Gran Bretaña, la Third World Academy of Sciences y la Academia de Ciencias de América Latina.
A lo largo de su historia, la AMC ha suscrito y mantenido un gran número de convenios de colaboración con instituciones y organismos, los cuales han permitido formalizar apoyos y colaboraciones entre ellos con la Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia.
A través de la academia se han realizado diversos estudios, encuestas, censos y foros, como los efectuados estos dos últimos años sobre enfermedades vulnerables, perspectivas de la astronomía, economía de la salud, seguridad y soberanía alimentaria, el futuro de la investigación biomédica, diagnóstico de la física, la enseñanza de las matemáticas, la valoración de la investigación y el desarrollo tecnológico, los desastres de origen natural, el narcotráfico, el impacto y las tendencias de la química y los enfoques contemporáneos para el estudio de la biodiversidad.
Entre los estudios y propuestas más interesantes que se realizaron recientemente se encuentra el trabajo México frente a la era de la información, en el que se analizan las condiciones que México enfrenta y las oportunidades que brinda el comienzo de lo que muchos autores denominan la "era de la información".
En el documento final se plantean algunas medidas que la nación podría adoptar, con el propósito de aprovechar las tecnologías de información en apoyo de su desarrollo futuro.
La Academia Mexicana de Ciencias celebró este 7 de diciembre su 40 aniversario con un reconocimiento a sus miembros fundadores y ex presidentes, en el parque El Batán de la ciudad de México.