La Jornada Semanal, 26 de diciembre de 1999


El 100% de las niñas norteamericanas entre tres y diez años de edad posee por lo menos una Barbie, afirma Mattel. El 96% en Francia, el 99% en Italia y el 95% en Gran Bretaña. Desde su lanzamiento en 1959 se han vendido un billón de Barbies, y cada año se compran ochenta millones en todo el mundo (no comments).

El récord: 10 millones de ejemplares de la ``Barbie ultracabellera'' vendidas en 1992. Desde 1959 se han utilizado quince millones de m2 de tela para vestir a Barbie y a sus acompañantes. Sesenta y cinco reproducciones de humanos -mujeres, hombres, adolescentes, niños- y treinta y un animales -perros, gatos, caballos, ponys- forman la galaxia de los personajes Barbie desde que fue creada.

La muñeca en expansión

Hace muchos años, una guía turística de Argentina daba el siguiente consejo a las lectoras que querían vestirse para las veladas chic de Buenos Aires: ``Se pone usted ropa, maquillaje y joyas como lo hace siempre; después le añade más. Cuando se sienta demasiado recargada, está bien, da usted en la nota.'' Y bien, con la Barbie ocurre este tango todos los días. La muñeca exagera. Tiene ropa demasiado rosa, demasiado vistosa, demasiado vulgar y, sobre todo, infinitamente, demasiado numerosa. Tiene demasiada publicidad en la tele, demasiadas ventas en el mundo, demasiada hegemonía en los baúles de juguetes...

He aquí un juguete que no le pide a nadie que desarme a una fila de enemigos en medio de mares de sangre; que no tiene ninguna pretensión educativa pseudoescolar; que permite a una chiquilla permanecer tres horas seguidas en calma, murmurando historias en voz baja. En suma, hace trabajar su imaginación. Pero la Barbie no produce este efecto calmante más que en las niñitas, ya que en el resto de la humanidad la muñeca produce efectos variados y bastante más fuertes. Hagamos un inventario.

La Barbie enriquece

Es poco decir. Mattel Inc., propietario de la bestia, es el líder mundial en juguetes, con ventas de cinco billones de dólares en 1997. Una fusión abortada con Hasbro, el segundo lugar, en 1996, desgraciadamente hizo caer a un espécimen bastante puro de World Company. En este asunto pesa la Barbie. Incluso casi salvó a la compañía hacia mediados de los años ochenta. Mattel debe este logro a la intuición de una mujer, Jill Barad, quien acompaña a Barbie desde hace veinticinco años. Una y otra se han llevado mutuamente a la cima, ya que Barbie ha rebasado el billón de ejemplares y Barad se ha convertido en la gerente de Mattel. Originalmente, Barbie comenzó enriqueciendo a Elliot y a Ruth Handler, los fundadores de Mattel, quienes copiaron a una muñeca alemana ya olvidada en Europa, la Lilly Bild. Excepción que confirma la regla: con ese golpe Barbie arruinó a la casa Hauser que fabricaba a la Lilly Bild, pirateando sus patentes sin ningún remordimiento.

La Barbie provoca injusticias

Para los niños, es una presión tremenda soportar veinticinco comerciales por año, una treintena de novedades, una centena de trajes, accesorios, casa, muebles, vehículos, animales... Barbie es el big bang del juguete, un universo en expansión perpetua. La ``Barbiadicta'' vive en una frustración permanente, alimentada por una campaña en la TV durante todo el año (única en el rubro de los juguetes) y por un Club de Amigas de Barbie, un logro de marketing excepcional (250, 000 afiliados). Atrapados en medio de la tormenta, los padres oponen la resistencia que pueden y, en particular, se refugian tras el postulado de que las Barbie son caras. De golpe, en esta época la firma se desvela por hacerles ver que su precio más alto se encuentra alrededor de los treinta francos.

Bien atrapados están también los coleccionistas. Para Mattel, éstos poseen una virtud principal: acaban con aquella pesadilla que consiste en ``perder todo su mercado cuando las niñas cumplen diez años''. A condición, naturalmente, de venderles Barbies de colección. Por encima de los 700 francos, para que se entienda que no van destinadas a las mocosas desvestidoras, estas muñecas representan ahora el 10% de las ventas en Estados Unidos. Además, hay humanos a quienes la Barbie ha vuelto verdaderamente locos. Cindy Jackson, una mujer de verdad, ha pasado por una docena de operaciones de cirugía plástica para parecerse a la Barbie. Y Barbie Handler, la hija de Ruth, que le dio su nombre a la muñeca, ¿qué parece hoy en día? Una mujer.

La Barbie-net

En teoría, la Barbie no tiene futuro. Un producto que estaba originalmente destinado a las preadolescentes, luego a las niñas de cinco a diez años y después a las de tres a ocho años, ha sido llevado fatalmente a sus límites: las más grandes jugarán cada vez menos con ella, mientras que las más chicas estarán obstaculizadas por su falta de destreza. En efecto, quizá a los tres años de edad se puede desvestir con trabajos a una Barbie, pero probablemente a los dieciocho meses sea imposible. Ahora bien, Mattel se ha percatado de este desfasamiento. Se ha vuelto más complicado atraer a las niñas después de los ocho años. La Barbie es víctima de la misma suerte que todos los demás juguetes: las niñas prefieren la ropa, la música y, sobre todo, el universo multimedia.

``Antes era simple'', cuenta Hervé Parisot, director general de Mattel France. ``Teníamos un mercado, un producto''. De los tres a los diez años era conveniente la misma muñeca. Después, había que tratarla de manera diferente en edades de ocho a diez años. De ahí toda una línea de Barbies bautizada como ``Generación niñas'', con jeans, zapatos de plataforma e incluso un piercing en la nariz. Parecería que el éxito de las Spice Girls, convertidas en muñecas por los españoles de Famosa, mostró el camino a Mattel. Como dice Hervé Parisot: ``El abandono en las edades mayores proviene también de la falta de oferta.''

Pero si bastara con ponerse unos jeans para ser modernos... Después de andar retrasados por un tiempo, Mattel se dio cuenta de que su futuro era el concepto multimedia. Entonces, en 1998 la firma absorbió The Learning Company, el segundo editor de programas de cómputo y de CD-Roms para el gran público, después de Microsoft. Antes se había lanzado la edición de CD-Roms, entre los cuales se encuentra el inmortal Barbie estilista, del cual se vendio un millón de ejemplares en todo el mundo. Con los CD-Roms y el conjunto de los productos con licencia que se multiplican, Barbie se convierte en una ``marca sombrilla'' y no sólo en una muñeca. Ahora están disponibles seis títulos, de los cuales dos se basan en el mismo principio que el título fundador, que consiste en crear patrones de ropa que uno imprime en papel o plástico especial antes de recortarlos para vestir con ellos a la muñeca. La ventaja es que la niña que huía hacia lo virtual es atraída sin remedio hacia la muñeca, que es muy real.

El mismo movimiento dialéctico ocurre con su sitio en la Red (www.barbie.com). El niño admira las novedades virtuales en la red. En cada imagen puede hacer clic en el letrero ``add to wish list'' (añadir a la lista de deseos). La ``wish list'' en cuestión se llena paulatinamente, lista para imprimirse y partir hacia las reales carteras de los padres. Todavía más sutil: es posible la confección de una Barbie virtual sobre medida, siempre en el sitio web, a partir de una decena de parámetros que uno escoge (el color del pelo, el maquillaje, la ropa...) antes de ordenar el resultado (en Estados Unidos por ahora), y recibirla, muy real, en un paquete de correo.

Primero la pantalla, luego la muñeca, y volvemos a empezar. Pero el acuerdo que acaba de firmar Mattel con Intel podría unir a ambos. Las firmas planean, en efecto, una Barbie parlante que se podría cargar en una PC y a la que se le podrían crear voz y discurso. La propia muñeca se volvería, entonces, electrónica. A condición, dicen en Mattel, de mantener los precios lo suficientemente bajos.

Barbie finisecular

En internet figuran infinitas listas de Barbies bastante poco oficiales. Retomando la fraseología de Mattel, que da siempre nombres largos a sus creaciones, estos parodistas hacen sus propias sugerencias: ``Barbie bisexual'' viene con Ken y Skipper en la caja. ``Barbie transexual'', antes conocida bajo el nombre de ``G.I .Joe''. ``Barbie liposucción'', con tubos de plástico para colocarlos en sus lipoválvulas. ``Barbie atrapa-rojos'' antiguamente ``Barbie secretaria particular del senador McCarthy'', con su lista de nombres y un dedo acusador en acción (comunistas no incluidos). ``Barbie divorciada'' viene con todos los accesorios de Ken. ``Barbie adicta al crack'' con pipa incluida; se recomienda utilizar azúcar para simular la droga. ``Barbie piloto de la Navy'', viene con su body bag. El avión caído a pique se vende por separado. ``Barbie feminista'', con las piernas y las axilas sin depilar. ``Barbie morena'', la única con cerebro.

Traducción de Ana García Bergua