Ť A fines del milenio, una boxeadora y dos luchadoras enfrentaron a varones
El deporte mexicano ingresó en nueva etapa: la guerra de sexos
Ť Lilia Valencia, una menor de edad, aceptó el combate "porque no tengo contra quién pelear"
Carlos Hernández/I Ť A fines del milenio, el deporte mexicano ingresó en una etapa hasta entonces desconocida: los combates entre hombres y mujeres.
En 1999 --que podría considerarse año de la igualdad de los sexos en el deporte--, se realizaron en el país tres contiendas mixtas.
El 11 de julio, 12 mil asombrados espectadores vieron en Ciudad Madero el intercambio de topes y costalazos entre Xóchitl Hamada y Pentagón. Fue un duelo de exhibición de lucha libre en el que la mujer echó mano de su astucia, fingió un golpe bajo e inscribió su nombre en la historia como la primera triunfadora en la batalla de sexos.
Después, el 8 de agosto, Miss Janet reafirmó el dominio femenil, al vencer por descalificación al rudo Abismo Negro.
Y si el 9 de octubre, en Estados Unidos se le dio gran publicidad a lo que se suponía era la primera pelea de box entre un hombre y una mujer, en México una menor de edad ya se les había adelantado.
Lilia Valencia, estudiante de preparatoria de 17 años, intercambió golpes con un boxeador con un argumento irrefutable: "No tengo contra quién pelear, por eso acepté enfrentar a un hombre".
Pero su lucha va más allá y está interesada en estudiar la licenciatura en derecho, entre otras cosas, "para defender el derecho de la mujer a dedicarse a lo que quiera... y si lo que desea es enfrentarse a hombres para demostrar que sí podemos, entonces que nos dejen boxear".
Pugilismo mixto, prohibido en Mérida
El 27 de agosto, dos meses antes de la publicitada Batalla de los sexos --una parodia de contienda efectuada el 9 de octubre en Seattle, entre Margaret McGregor y Loi Chow--, Lilia Valencia protagonizó la que podría considerarse la primera pelea mixta realizada en el país.
Lilia enfrentó a Eduardo Gutiérrez, un compañero del gimnasio Salvador Alvarado, en San Felipe, un pueblo de pescadores localizado a tres horas de Mérida, Yucatán. Fue un duelo a cuatro rounds de dos minutos cada uno y con un minuto de descanso. La pelea, de exhibición, terminó con un empate, y Lilia propuso otro duelo con el mismo rival, para septiembre en la plaza de toros de la capital yucateca. Pero la Comisión de Box de Mérida prohibió el combate.
"La pelea que tuve contra Eduardo fue fuera de Mérida y por eso no dijeron nada, pero ahora se iba a realizar dentro de una función profesional, aquí en la ciudad, y por eso la prohibieron", explicó la peleadora en entrevista telefónica. "Aquí en Yucatán está prohibido el boxeo femenil, así que menos quieren saber del boxeo mixto", dice entre risas, consciente de la polémica que está provocando al aceptar peleas contra hombres.
Directivos de boxeo, sin embargo, aclaran que desde mayo de este año se permite el llamado pugilismo rosa.
La primera y la única
Lilia es un caso extraño en la conservadora sociedad yucateca. Con el gusto, desde pequeña, por los deportes de contacto ųpractica karate desde los siete años, además de que ha tenido incursiones en el futbol americanoų, hace seis meses entrenaba en el gimnasio de pesas cuando pasó por el de boxeo y le preguntó al entrenador, Jorge Cano, si la aceptaría. Cano, un ex campeón nacional, le respondió que sí, y Lilia descubrió un mundo nuevo, hasta entonces vedado a las mujeres.
"El boxeo es un ambiente de hombres, pero cuando llegué por primera vez al gimnasio no me dijeron nada, ni me vieron feo. Al contrario, hasta me ayudaron a corregir mi técnica y son respetuosos, ya que cuando yo estoy cerca no dicen groserías. Estoy alrededor de unos 30 tipos, pero no me siento incómoda", dice Lilia, quien de esa forma se convirtió en la primera de la entidad en dedicarse al pugilismo.
Y hasta ahora es la única, ya que ninguna otra mujer ha pretendido ingresar a este rudo deporte. "Hace poco en el gimnasio me dieron una nota de un periódico en la que se mencionaba a Laura Serrano y otras muchachas de la capital que se están dedicando al boxeo. Ojalá y aquí fuera igual, pero hasta ahorita no ha surgido nadie, sólo una amiga mía que estuvo entrenando un tiempo, pero se salió porque dijo que era muy agotador".
Las mujeres me decían pégale, pégale...
Cuando a Lilia le dijeron que su primera pelea oficial sería ante un hombre, ni se inmutó.
"La verdad yo lo vi muy normal, porque pensé que sería como uno de mis entrenamientos, sólo que con público. Son cuatro hombres con los que entreno en el gimnasio y me tienen cierto respeto, pero sí me dan. Hasta ahora no me han lastimado, pero sí siento los golpes. Lo más que me han hecho es dejarme la cara un poco hinchada, y me han partido por dentro el labio inferior. También, cuando se les olvida que están peleando con una mujer, me pegan en los senos, pero de inmediato se disculpan con la mirada".
--ƑCuál fue la reacción del público?
--Pensé que iba a reaccionar groseramente y que se burlarían de mí. Pero se portaron todos muy amables... Las mujeres eran las más entusiasmadas y me decían 'špégale, pégale, dale duro!'
--ƑY los nervios?
--Ni sentí, aunque sabía que era la primera pelea mixta. Yo subí a lo que iba: a tirar golpes. Siento que nos dimos igual, aunque al principio él me controló.
--ƑQué opinas de la polémica que genera este tipo de peleas?
--En Mérida muchos me han criticado; dicen que no está bien. El que habló mucho fue Miguel Canto (el ex campeón mundial mosca), a quien no le gusta ni siquiera el boxeo femenil. Creo que tal vez no sea muy correcto, porque no se puede comparar la fuerza de la mujer con la del hombre, pero lo que no se vale es que no nos dejen demostrar que podemos enfrentarlos.
--ƑDesaniman las críticas?
--No. Uno debe aprender a que se resbalen, pero sí molestan, porque nos niegan la libertad de hacer lo que uno quiera.
--ƑY qué piensas de las lesiones a que se expone la mujer?
--Estoy consciente de esos problemas, pero es un deporte que me gusta.
--ƑY tu debut profesional?
--Espero que sea contra una mujer, pero si me ofrecen pelear contra un hombre, sí le entro, Ƒpor qué no?
Pero al respecto, el presidente de la Comisión de Boxeo de Mérida, José Manzur, dice: "Con el boxeo mixto se pierde respeto, se cae en una especie de circo, además de que creo que la sociedad de Mérida todavía no está preparada para este tipo de contiendas".