El
nuevo milenio "será el de las mujeres", fue una de
las principales conclusiones que resonó como eco en las voces
de varias feministas, quienes esperan que en el próximo siglo
se vengan abajo los patrones culturales que las mantienen en la opresión.
Marta Lamas auguró: "el próximo siglo va a haber
un gran estallido de muchas prácticas y formas de identidad sexual
y no se va a tratar de analizar solamente la dominación masculina;
sino la ideología heterosexual impuesta que se antepone a las
personas que mantienen prácticas bisexuales u homosexuales y
que no asumen los hábitos correspondientes a las prescripciones
de género, pero sí son consecuentes con su imaginario.
Durante las jornadas culturales Tramas de lo Femenino -realizadas del
8 al 12 de noviembre- mujeres como Aralia López, Francesca Gargallo,
Marta Lamas, Graciela Hierro, Sabina Berman, Elena Parrés y Beatriz
Paredes Rangel, entre otras, se dieron cita en el Claustro de Sor Juana
para analizar la situación por la que atraviesan las mujeres
en este fin de milenio.
En esa visión optimista, la filósofa Graciela Hierro dijo
que "la voz de las mujeres se está oyendo ahora más
fuerte" y que se empieza a construir la historia femenina que había
estado oculta por la mano del hombre a través de los siglos.
En este siglo, comentó "se han abierto muchas voces como
la de la diversidad sexual, donde se habla de otras maneras de sentir,
de desear y amar" lo que refuerza su idea de que para el próximo
siglo las cosas van a cambiar.
En ese punto coincidió Lamas, quien explicó que tener
identidad de mujer, asumir atributos que la cultura plantea, no son
procesos mecánicos, sino cuestiones que vinculan cuerpo, género,
identidad y diferencia sexual, que están permitiendo que en este
final de milenio se dé un estallido de multiplicidad de identidades
que empezamos a observar en mujeres y hombres que se están saliendo
de los marcos culturales de lo masculino y lo femenino, porque tener
prácticas distintas a las establecidas por el orden político
heterosexual no significa ser degenerado o patológico, lo importante
de esa relación es "el carácter ético del
intercambio sexual".
Francesca Gargallo, a través de citas de quien consideró
"la más importante filósofa de la diferencia sexual",
Luce Irigaray, aseveró que las mujeres han construido una ética
que evidencia que "el mundo del hombre es el mundo del racismo
y del sexismo", que "confunde al género masculino con
la especie humana y que rechaza consciente o inconscientemente a las
mujeres"
A esa misma construcción contribuyó la poetisa y literata
Rosario Castellanos, quien según dijo Aralia López, "asumió
en la totalidad de su obra narrativa el lugar -posición ética-
de los seres humanos invisibles y oprimidos y el ponerse en ese sitio
supone reconocerlos como semejantes a pesar de la diferencia. A través
de su proceso creativo en el que no evadió ser mujer, comentó
Aralia, Catellanos contribuyó a desmitificar valores arbitrarios
y estereotipados con objeto de contribuir a un cambio social",
mismo que las mujeres esperan ansiosamente para el nuevo milenio. (Aleyda
Aguirre )
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