Carta entregada a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson

COORDINADORA NACIONAL DE MUJERES INDIGENAS

 

COORDINADORA NACIONAL DE MUJERES INDIGENAS

Las mujeres indígenas nos comprometemos hoy, en contra de la violencia,y
violación de los derechos humanos, para que el futuro sea mejor para las
otras mujeres.


México D.F a 27 de noviembre de 1999
Señora Mary Robinson
Alta Comisionada para los Derechos Humanos.
Quisiéramos compartir y agradecer, su presencia, gracias por acompañarnos a
las mujeres indígenas y dignarse a escuchar nuestra palabra y pensamiento.
Cada una de las aquí presentes quisiéramos darle a conocer el quehacer
colectivo de nosotras como mujeres indígenas, de nuestra cosmovisión.
Somos mujeres indígenas con vidas difíciles, con miedos, temores y dudas
por el contexto social en que estamos viviendo donde el tejido social se ha
deteriorado y el proceso de militarización y pobreza esta presente en cada
una de las comunidades donde habitamos.
Queremos decirle que hoy en México los más de 10 millones de habitantes,
que representamos a los pueblos indios, seguimos teniendo necesidades no
resueltas ni satisfechas y menos traducidas en términos de derechos, por eso
las mujeres indígenas reclamamos el derecho a tener voz, tierra, salud y al
reconocimiento a una autonomía que tenga una visión , con rostro y
conciencia de mujer y poder así reconstruir la mitad femenina de la
comunidad que ha sido olvidada y desde ahí construirnos como personas con
derecho, y no ser utilizadas en los programas gubernamentales, como son los
de PROGRESA y PROCAMPO, que vienen realizando acciones que violan nuestros
derechos reproductivos al estarse haciendo esterilizaciones involuntarias a
nuestras hermanas indígenas.

Esta estrategia de militarización esta rompiendo con la dinámica de la vida
cotidiana, que hoy se encuentra sometida al control de la estructura
militar, trastocando los quehaceres de las comunidades y sobre todo
manteniendo sometida a la población a una vigilancia constante, imponiendo
el miedo, violando, encarcelando y asesinando a dirigentes indígenas.
En estos dos últimos años hemos recabado testimonios, y hecho denuncias,
ante diferentes dependencias y organismos de derechos humanos de las
violaciones a mujeres en diferentes entidades del país, donde la constante
es la violación sistemática de los derechos humanos de nosotras como mujeres.

Por eso, hoy varias de las agredidas se encuentran presente en esta sala
para decir su palabra, ya que varias de las denuncias, aun cuando se han
hecho públicas en los medios periodísticos, en las agencias del ministerio
público o en las comisiones de derechos humanos u organismos
internacionales, no sigue ningún cause de investigación, al contrario las
que persisten, han sufrido las consecuencias del hostigamiento y las
amenazas a familiares y por ende a ellas. Esta actitud de total impunidad es
lo que en estos dos últimos años ha reforzado que los militares se sigan
sintiendo con el derecho de seguir violando mujeres y asesinando a dirigentes.

Los militares con su presencia física, controlan y violan a las mujeres,
ocupan los locales de interés público (escuelas, locales ejidales y
comunales), han llevado la prostitución y la droga a las comunidades, esta
presencia es una amenaza para la comunidad, nos sentimos agredidas, viviendo
un sufrimiento extremo y con mucho miedo.

Hoy no podemos quedarnos calladas, ante esta situación que cada día se
agrava, por las consecuencias de las políticas públicas de los gobernantes
de nuestro país que tienen sometidas a las poblaciones indígenas a altos
índices de pobreza, que conlleva a la migración hacia el norte del país,
donde sus derechos son violados; reclamamos un trato justo y humanitario
para nuestras hermanas que viven en situaciones de conflictos armados, en
los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas y que hoy se extiende a otras
regiones del país. Como mujeres no podemos quedarnos en la expectativa de
ver como nuestro país se convierte en un escenario de guerra, donde los (as)
indígenas estamos sufriendo la peor parte y donde el gobierno ha impulsado
una política paternalista y de no fortalecimiento de nuestras practicas y
valores de nuestros pueblos.

Como mujeres indígenas comprometidas en la lucha de los derechos de las
mujeres y de nuestros pueblos buscamos nuevos resignificados para una vida
digna, que detenga las posturas guerreristas y de exterminio de los
indígenas, que cuentan con la venia de instancias gubernamentales como el
INI (Instituto Nacional Indigenista); nosotras no queremos más crímenes de
guerra por violación sexual, exigimos que estos sean investigados y se
castigue a los culpables.

Nuestra solicitud al gobierno mexicano y en especial, a usted como Alta
Comisionada de la ONU, es de buscar salidas para detener la extensión de la
guerra a las comunidades indígenas y en especial en Chiapas y fortalecer el
estado social de derecho que concibe como principio, la defensa de los
derechos fundamentales de la población.

Solicitamos a usted en su calidad de Alta Comisionada de la ONU inste a
nuestras autoridades a que se comprometan a dar cumplimiento a los Acuerdos
de San Andrés, como un primer paso de acciones concretas de reconocimiento
de nuestros derechos como pueblo y se reanude el dialogo en Chiapas o se
pueda nombrar una misión especial para México o una intermediación, que
busque salidas no violentas.

De igual forma como coordinadora del Decenio internacional de los pueblos
Indígenas del Mundo, cuya meta es el fortalecimiento y la cooperación
internacional para la solución de los problemas con que se enfrentan los
pueblos indígenas en los derechos humanos, el medio ambiente, el desarrollo,
la educación y la salud.

Las mujeres indígenas proponemos que en el marco del Decenio se reconozca
que las violaciones de los derechos humanos de las mujeres bajo conflictos
armados atenta contra la legislación internacional, que estamos siendo
víctimas de tratos inhumanos y degradantes, ejecuciones sumarias,
desapariciones, detenciones arbitrarias, discriminación racial, limpieza
étnica, intolerancia religiosa, violaciones, abuso, esterilizaciones
forzadas; además de ser despojadas de nuestros bienes y de convertirnos en
personas desplazadas de nuestros lugares de origen.

Ante esta situación exigimos:
· La investigación, el enjuiciamiento y el castigo a los miembros de la
policía, fuerza de seguridad, fuerzas armadas y otras, que ejecuten actos de
violencia contra las mujeres y violen las leyes internacionales de derechos
humanos.

· Promover formas no violentas de solución de conflictos, respetar las leyes
humanitarias internacionales bajo conflictos armados y tomar medidas para la
protección de las mujeres y los/as niños/as, en particular contra la
violencia, y otras formas de abuso, y asegurando la asistencia a las
víctimas para su rehabilitación.


· Reafirmamos que la violación bajo conflictos armados constituye un crimen
contra la humanidad y un acto de genocidio.

· Tomar en cuenta el desarrollo de programas educativos para niñas y niños
para impulsar una cultura de paz.


· Asegurar la participación y representación igualitaria de las mujeres en
todos los niveles de toma de decisiones en instituciones nacionales e
internacionales, relacionadas con la búsqueda de la paz, las mediaciones y
negociaciones.

· Proporcionar protección, asistencia y capacitación a las mujeres desplazadas.

· Instamos a que el estado en conjunto con los pueblos indios tengan a bien
presentar iniciativas que realmente nos beneficien y se cumplan los
compromisos de los convenios internacionales firmados por el gobierno
mexicano en los diferentes ámbitos internacionales.

· De igual manera los pueblos indios le solicitamos haga uso de sus buenos
oficios, para instar a los gobiernos para que aprueben el proyecto de
Declaración de las Naciones Unidas, sobre los derechos de los Pueblos
Indígenas. De igual manera se tome en cuenta la recomendación de la
conferencia Mundial de Derechos Humanos y se considere la posibilidad de
establecer un foro permanente para las poblaciones indígenas en el sistema
de Naciones Unidas.


ATENTAMENTE
COORDINADORA NACIONAL DE MUJERES INDIGENAS

Margarita Gutiérrez Martha Sánchez Tomasa Sandoval

Cándida Jiménez