Ť Conversación vía satélite de los dos premios Nobel en la FIL


Günter y yo somos unos infiltrados de la inteligencia y la sensibilidad, dice Saramago

Ť El siglo de Grass corresponde a la centuria de Alemania, expresa el narrador lusitano

Ť La literatura debe entenderse siempre en un sentido de pluralidad, señala el escritor alemán

Renato Ravelo, enviado, Guadalajara, Jal., 30 de noviembre Ť Günter Grass y José Saramago. Portugal y Alemania. El país excéntrico y el que fue centro de dos de los conflictos bélicos que marcaron el siglo. El corazón y la razón en un intercambio de nociones y cosmogonías. ''No creo que el libro vaya a desaparecer", dice Grass. ''Creo que lo que no va a desaparecer es la literatura", contesta Saramago. Ambos coinciden en que la literatura es oralidad, pero si Grass escribe caminando y pone a prueba las frases, Saramago sólo puede escribir cuando por dentro escucha la voz que le dicta.

Videoconferencia en la Feria Internacional del Libro. Dicen los que saben que un enlace de éstos, entre Guadalajara y Luvek, con todo el equipo que se requiere y con tiempos de satélite llega a costar hasta 160 mil pesos.

El costo beneficio, que tasa tarifas, no alcanza a llegarle al precio al hecho de que dos premios Nobel de Literatura, consecutivos y comprometidos, dialoguen.

Mala conciencia de la derecha

Grass anda de suéter y saco, con una pipa, una taza de café y un aplomo de filósofo que le ilumina el rostro de escritor capaz de proponer su visión de la historia en Mi siglo, y en ese libro dar por sentado que se cuentan las ideas y confusiones que reinaron en la presente centuria. Saramago es como un abuelo, con el dobladillo del saco gris planchado con perfección y el ceño dispuesto a levantarse de admiración o sabiduría, que a veces se juntan.

Grass: ''He escuchado comentarios curiosos que con el italiano Dario Fo, contigo y conmigo son ya tres los escritores de izquierda galardonados de manera sucesiva con el premio Nobel, y surgieron las sospechas y las dudas de que la Academia Sueca estuviera infiltrada de comunistas".

Saramago: ''Lo único que yo tengo para decir sobre esto es que la derecha tiene tan mala conciencia que debe hablar de infiltrados. Pero mira, creo que nosotros, y tengo esa vanidad de decirlo, somos infiltrados de la inteligencia y la sensibilidad".

saramago-dibujo-jpg Grass: ''Puedo estar de acuerdo y en ese sentido, para como la derecha se expresa, no estaría mal infundirle un poco de mala conciencia. Aboquémonos ahora al tema de la literatura. En los suplementos de mi país se comenta que en vista de los nuevos medios el libro ya no tendría futuro. Yo realmente no creo que esto sea así. Con los 6 mil millones de seres humanos que viven en el planeta se dista mucho de haber llegado al final de la historia del libro, de esa gran revolución que comenzó desde que se creó la posibilidad de la imprenta. Estoy seguro que siempre habrá personas que se dejarán atraer para dejar de un lado la televisión y todas esas ofertas, para disfrutar a solas con un libro y puedan descubrir un mundo aparte".

Saramago: ''Me gustaría añadir algo. Creo que no debemos confundir el libro con la literatura. El libro es el soporte, pero antes que el libro usamos en la historia de la humanidad y utilizamos cantidad de materiales: el papiro y el pergamino hasta que llegamos al papel y al libro. Si alguna vez ųy estoy de acuerdo con Günter en que todavía tiene mucho futuro el libroų, pero si algún día hubiera que suprimirlo, es claro que se puede llorar sobre la página de un libro, pero es imposible llorar sobre el disco duro de computadora".

Grass: ''Efectivamente, mucho antes del libro existe la literatura. A lo largo del milenio ha existido la tradición oral. Los contadores de cuentos anónimos han narrado interesantes y grandes historias a quienes los escuchaban. Este me parece un tema muy interesante, que me gusta retomar, porque yo escribo en voz alta. Escribo caminando de un lado a otro; en mis manuscritos sólo se plasma aquella frase que ha probado su eficacia al escucharse, y respondido de esa manera al origen de la literatura. Me gustaría que fuera algo perfectamente natural que las personas leyeran en voz alta unos para otros, no sólo para los niños, para responder de esta manera al origen oral de la literatura".

Saramago: ''Diría que si bien no tendríamos que estar de acuerdo, porque yo a la hora de escribir no hago lo que acabamos de saber: que es la forma de componer de Günter, estoy oyendo dentro de mi cabeza la voz que escribe y que va diciendo, mientras no la oiga no puedo escribir. Por eso la página más difícil de escribir para mí es la primera, que es cuando tengo que forzar la forma, casi pedirle por favor que hable, porque si no, no escribo. Curiosamente cuando en 1980 publiqué una novela que se llama Alzado del suelo, que inició una forma nueva de narrar, suscitó complejidad en los lectores y un amigo me llamó y le dije prueba leer en voz alta dos o tres páginas. Me gustaría añadir que Alemania e Inglaterra son los únicos países en los que las personas leen en voz alta y no sólo eso sino que pagan por oír, salen de sus casas y se van a escuchar una voz que no es la de ellos. Creo que eso de otra forma pasa en México todavía, donde tanto, abuelos y tías hacen esa literatura oral. Recuerdo ahora la novela The Big Brother y que hay lectores que son Hamlet, que son Divina Comedia, que se lo han aprendido para que la novela no se pierda y cada hombre es como un libro. La literatura es algo más que el papel, es algo que hace el autor para llegar al corazón de sus lectores. Bueno, si continúo por ahí lloro".

Grass: ''Es interesante comparar estas experiencias al escribir. A mí me pasa algo similar al estar frente a la primera página que asusta por su blancura. La mayor dificultad radica en encontrar el primer enunciado y el tono específico que dará soporte. Pero para volver sobre el aspecto oral, tienes razón, en Alemania tenemos esa tradición de gran público en que los escritores viajan y se encuentran ante salas con un público que los escucha con una atención casi religiosa. El hecho de que el público pague no me parece nada mal porque lo valoran más. Eso es una costumbre para jóvenes que viajan, encuentran su público y las editoriales les pagan por esas lecturas, cuando muchas veces los ingresos por la venta de los libros no serían suficientes. En la actualidad tengo una experiencia grata con Mi siglo, donde cerca de la ciudad de Castel en una escuela se decidió leer las 100 historias con papeles repartidos entre alumnos y gente mayor. Algunos han sido objeto de esa historia, hay muchas personas de la banca de los perdedores que aparecen".

Grass, testigo ejemplar

Saramago: ''Aún leo Mi siglo, que es toda una búsqueda estética y la verdad; es que me da alguna envidia la escritura, pero creo que no podría, porque entonces ya serían dos siglos, dos versiones distintas. Con seguridad la de Grass es más rica y dramática, tomando en cuenta que Alemania ha sido en el siglo XX, por dos veces, centro de las preocupaciones de todos nosotros, y las preocupaciones de los portugueses han sido más domésticas aunque el mundo no les sea indiferente. Y sobre todo teniendo en Günter Grass un testigo ejemplar. El siglo de Grass es el de Alemania".

Grass: ''Quiero oponerme, porque me he esforzado ante mis diversos editores para que ellos hagan suya esta idea, que prácticamente está a la disposición de todo el mundo: ver estos 100 años como 100 historias. Imagínate una biblioteca de mis siglos con un autor japonés, un estadunidense, un sueco, tú con el enfoque portugués; Goytisolo con el enfoque español. Eso nos daría un amplísimo panorama de este siglo tan terrible y belicoso; ustedes también tuvieron fases interesantes con la revolución que produjo cambios después de la larga dictadura, de la vecindad con España. Se podría contar desde el enfoque de quienes han sido actores y víctimas. Con esto también me dirijo a mi editor mexicano para que se promueva un proyecto, no me incumbre sólo a mí que he nacido en Alemania, en un país donde la historia representa una carga muy grande. Toda la política de poder alemana de la primera mitad del siglo y sus consecuencias nos van a acompañar todavía en el comienzo de la siguiente centuria".

Saramago: ''Tengo que hacer constar que cuando empecé a leer el libro de Grass se me ocurrió hacer algo similar, pero pensé que si lo hacía todo mundo me iba a acusar de copiarte. Pero creo que es un propuesta que deberíamos tomarla, que los escritores escribiéramos mi siglo, sería un testimonio importante. Yo acepto el reto y lo intentaré, desde una perspectiva diferente".

Grass: ''Como escritores debiéramos distanciarnos de la idea de que un determinado estilo es personal. Yo me he beneficiado mucho de la tradición de la novela española picaresca morisca. La literatura debe entenderse siempre en un sentido de pluralidad. Antes de que nos desconecten del éter quisiera agradecerle y desearle al público mexicano una grata experiencia de lectura en esta feria de libro".


Ť Homenaje a la viuda de Allende, en la UdeG


Doña Hortensia, mujer de talla mayor que reunió a una multitud

Ť No podemos sólo verla o admirarla, sino merecerla: Rojas

César Güemes, enviado, Guadalajara, Jal., 30 de noviembre Ť Doña Hortensia sonríe casi siempre y tiene las mejillas encarnadas. Es menuda, pero grande, porque nada más las mujeres de talla mayor convocan con su sola presencia a la multitud de jóvenes que la recibe de pie, entre aplausos, en el auditorio que dentro de la Universidad de Guadalajara lleva el nombre de su esposo, Salvador Allende.

Es la institución a la que el 2 de diciembre del 72 llegó Allende para pronunciar uno de sus más célebres discursos, invitado por el presidente Luis Echeverría.

Ahí comienza la metafísica, porque Hortensia Bussi entra en el Salvador Allende, como si el nombre del mandatario chileno fuese una especie de refugio. Ella lo acompañó, por cierto, en aquel diciembre.

Doña Hortensia escucha a los oradores. Con un abrazo, el más esperado del encuentro, agradecerá el poema ųaquí reproducidoų que Gonzalo Rojas lee en su honor ''porque a ella le gusta.

bussi-allende-jpg "No estoy por la alabanza, nunca lo estuve, pero si hay mujer con luz propia en esta hora de la patria grande desde México a la Antártica, ella es ella: Hortensia Bussi y está ahí. Pero no podemos sólo verla o admirarla sino merecerla. Intentar merecerla en toda su grandeza y dignidad, en toda su modestia. Desde muchacha se le dio el doble pacto con la imaginación y con la historia. Y leyó por dentro el mundo en toda su vivacidad, de los jónicos a los cuánticos, como saben leerlo los humildes y los fuertes. Así fue descifrando la urdimbre de los plazos del este y del oeste y la invención del laberinto imaginario".

Rojas prosiguió: ''Huidobro no alcanzó a llegar. Ni Gabriela. Ni Neruda. Pero vivimos otros aprendices de la palabra de allá abajo, ese abajo que somos todos, ese otro México que somos todos, en la vastedad andina y oceánica. Algo sabe Hortensia Bussi de volcanes, de sacudones algo sabe, desde aquel cataclismo del 39 que fue el minuto mágico de su encuentro con el hado: el hado se llamaba Salvador Allende. Todo fue escrito así y así fue asumido. Prolijo fuera entonces hilar y deshilar en la memoria de nuestro Chile los enigmas y las claves de tanta fecha hermosa y dolorosa desde aquel 39 hasta el gran salto mortal del 73. Ahí empezó el origen del mito indestructible. Desde entonces sabe el mundo quién era Salvador, y quién es y sigue siendo la mujer entera que está ahí. Y México supo verla".

Regalo de un esposo vivo

Hortensia Bussi se para frente al micrófono y recuerda que aquí estuvo al lado de su esposo y rememora el después. Y para terminar, la metafísica pura. Fragmentos de la grabación en video tape del 2 de diciembre del 72 se proyecta sobre una pantalla en la esquina izquierda del escenario.

Al abrirse la toma, se aprecia que donde la pantalla está es el sitio en el que Allende habló. Y ahí está otra vez, hablando de los estudiantes, de la necesidad de acercar a los países en aras del avance. Es metafísica porque ante varias de sus afirmaciones los estudiantes en la proyección, dentro del mismo auditorio pero con 27 años de diferencia, aplauden, lo mismo que los de la mañana de este martes. Allende levanta la mirada en un acercamiento y se dirige al público que ya no es el de diciembre del 72 sino el de noviembre del 99. Allende otra vez en la Universidad de Guadalajara.

La señora Bussi, que recibe el regalo de ver de nuevo a su esposo vivo y aplaudido, no es un reflector ni lo requiere. Ella es la llama de una vela blanca.


Qué se ama cuando se ama

Ť Gonzalo Rojas Ť

Qué se ama cuando se ama, mi dios,

Ƒla luz terrible de la vida

o la luz de la muerte?

ƑQué se busca, qué se halla,

qué es eso, amor, quién es?

ƑLa mujer con su hondura,

sus rosas, sus volcanes,

o este sol colorado que es mi

sangre furiosa

cuando entro en ella hasta las

últimas raíces?

O todo es un gran juego, dios mío

y no hay mujer ni hay hombre sino

un solo cuerpo, el tuyo,

repartido en estrellas de hermosura,

en partículas fugaces de eternidad

visible.

Me muero de esto, dios,

en esta guerra de ir y venir entre ellas,

por las calles,

de no poder amar trescientas a la vez,

porque estoy condenado siempre

a una.

A esa una, a esa única que me diste

en el viejo paraíso.