La Jornada miércoles 1 de diciembre de 1999

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

De ninguna manera podrían ser inscritas en el acta de nacimiento del nuevo PRI las maniobras de encubrimiento faccioso hechas recientemente para definir casos como la gubernatura de Tabasco, la rectoría de la UNAM, la Secretaría de Salud, la alcaldía de Pachuca y la directiva del propio partido tricolor.

Véanse los detalles:

1. El presidente Zedillo canceló a última hora una visita programada al foxista Guanajuato para mejor ir a Tabasco a declarar a Roberto Madrazo como su "amigo" y poner a su proselitista disposición (y de sus apetitos hankistas, salinistas y cabalistas) unos mil millones de pesos presuntamente destinados a la ayuda de damnificados por las inundaciones.

2. Francisco Barnés ni siquiera fue echado de la rectoría de la UNAM por sus pifias propias, sino con el fin de abrir los huecos necesarios para los reacomodos priístas posteriores al 7 de noviembre. El grupo central del labastidismo (personalizado en Esteban Moctezuma Barragán) exigía la deposición del presidente nacional del PRI, José Antonio González Fernández, con quien tuvo serios y constantes roces a lo largo de la elección interna priísta que culminó con los diez millones de votos (ja, ja, ja).

La primera muestra de que la cabeza de Pepe Toño estaba en la guillotina se tuvo cuando Labastida lo confirmó en la presidencia del PRI. Mientras los elogios hacia González Fernández caían cual notas de marcha fúnebre, en Los Pinos se despedía a Barnés y se hacía creer que el favorito para la sucesión universitaria era José Narro, el subsecretario de Salud al que apoyaba el secretario Juan Ramón de la Fuente, sin saber que era él el escogido para cederle la plaza al citado Pepe Toño.

Desplazado De la Fuente hacia la UNAM, Narro ni siquiera fue considerado seriamente como posible nuevo secretario. Siempre se dijo que ese espacio estaba reservado para un político de primer nivel, presuntamente Genaro Borrego, quien desde meses atrás, ya más de un año, pretende dejar los asuntos del Seguro Social para pasar a otro ámbito, de preferencia de índole política.

Finalmente, el nuevo secretario de Salud fue González Fernández, quien impone con su presencia la marca de ser un titular de esa cartera que no es médico, sino licenciado en derecho. Sus antecedentes en materia sanitaria provienen de la Dirección del ISSSTE, que ocupó a manera de (otro) premio de consolación después de haber participado en la presunta contienda de 1997, cuando a él y a Manuel Jiménez Guzmán les impusieron a Alfredo del Mazo como candidato a jefe de Gobierno de Distrito Federal, mediante el insólito procedimiento de una "encuesta" cuyos confección y parámetros nadie conoció.

3. En términos políticos, para fines priístas, la concertacesión de Pachuca fue dejada en un terreno baldío. La responsabilidad de aceptar ese nuevo arreglo entre panistas y priístas no puede ser adjudicada a González Fernández, quien iba de salida cuando se anunció el saldo de la nueva negociación en lo oscurito, ni a Dulce María Sauri Riancho, quien apenas iba llegando a un poder que, por lo demás, tendrá como verdadero operador a Esteban Moctezuma Barragán, situación de dependencia que ya ha conocido la yucateca antes, como cuando fue gobernadora interina de su peninsular tierra natal pero en realidad el poder tras el trono lo ejercía (como lo hace hasta ahora) Víctor Cervera Pacheco.

Con la entrega de Pachuca (pachuca también es la jugada de cubilete consistente en que cada uno de los dados tirados al azar caiga con distinto símbolo hacia arriba, sin hacer ninguna jugada posible, ni siquiera un par), el PRI compromete el voto de los panistas en San Lázaro a favor del paquete económico enviado desde Los Pinos, aunque así mancilla el honor de los mapaches que tanta fama externa le han dado a esa sufrida entidad (uno de ellos, senador con pretensiones de disidente, fue de los arquitectos de los resultados virtuales del 7 de noviembre; otro despacha como subsecretario de Gobernación, permanentemente enfurruñado desde que, a la salida de Labastida, la oficina no le fue entregada a él, sino a Diódoro Carrasco).

4. Por último, la designación de nuevos directivos priístas muestra que, en realidad, nada ha cambiado, más que la etiqueta del envase de un producto que mantiene inalterada su fórmula original: Esteban Moctezuma Barragán es el nuevo presidente real del PRI aunque, para atemperar las iras de Madrazo, y para aparentar respeto a los escalafones estatutarios, se ha colocado a Sauri Riancho en una posición provisional, decorativa.

Otro adversario de Esteban, Emilio Gamboa Patrón, no fue enviado a tareas sanitarias de las que ya antes llegó a ocuparse (fue director del IMSS), no le confinaron en tareas técnicas como a Pepe Toño ni le dieron jugada de a deveras, de grupo, de corriente: lo mandaron a la secretaría técnica del Consejo Político Nacional, que es una especie de purgatorio priísta: de allí se puede pasar al cielo o al infierno, pero casi siempre para ocupar posiciones intermedias, no de primerísimo nivel. Visto todo lo anterior, vale preguntarse: ƑNuevo PRI? ƑO nuevas etiquetas publicitarias para el mismo PRI de siempre?

Astillas: Por lo que se ve, a Vicente Fox le quedan pocos recursos para tratar de ganar la Presidencia de México. Primero, en el IFE lo multaron por el espectáculo multimedia que organizó semanas atrás, cuando se armó del estandarte de la Virgen de Guadalupe y se lanzó por el poder en una caracterización que, aludiendo a su soltería, le ganó el mote de Miguel Hidalgo sin Costilla. Luego, el recochino dinero se le ha atravesado como un obstáculo insuperable, pues ayer mismo consideró don Vicente que los ríos de plata usados por el PRI en sus campañas hacen casi imposible arrebatarle el poder. Así, ni yendo a bailar a Chalma (que podría ser un futuro acto de campaña multimedia del guanajuatense)... Por cierto, Fox, y otro candidato sin repunte, Cuauhtémoc Cárdenas, tendrán la oportunidad de verse las caras hoy en Acapulco, cuando tome posesión el empresario Zeferino Torreblanca como presidente municipal de ese puerto. Llevado al poder sobre todo por el voto perredista, pero en alianza con el panista, Torreblanca ha cimbrado la estructura tradicional guerrerense, al grado de que sus adversarios, que son el gobernador sin licencia Rubén Figueroa, y todas las fuerzas que tras de él se agrupan, han creado en aquella entidad, y en especial en Acapulco, un ambiente extremo de sangre y represión. Lo más civilizado que le han hecho a Torreblanca es establecerle un poder paralelo, por medio de su contendiente en las elecciones constitucionales, el priísta Ernesto Rodríguez Escalona, a quien el gobernador con licencia (la licencia se la ha dado Figueroa), René Juárez, nombró como secretario de Fomento Turístico, dándole el máximo poder posible en un puerto que vive de los visitantes y, además, como coordinador de un programa de proselitismo con recursos del erario que se llama Mano con Mano... Si usted va de viaje a Culiacán, y estaciona su automóvil en el centro de la ciudad, recuerde que a partir de hoy se multará con cinco salarios mínimos al dueño del vehículo que permanezca en el mismo lugar por más de dos horas. Con esa medida se pretende que sea rotativo el uso de las calles del primer cuadro de la capital sinaloense y, así, los comercios de esa zona puedan recibir más clientes. El experimento vial terminará el 15 de enero, aunque ya advirtió el ayuntamiento de Culiacán que, de tener éxito, se establecerá de manera definitiva.

Fax: 55 45 04 73 Correo electrónico:
[email protected]