La Jornada Semanal, 21 de noviembre de 1999



De lengua turcoalemana

entrevista con Feridun Zaimoglu

Mónica Capuani

Despertar hambre de vida es uno de los propósitos que se plantea Feridun Zaimoglu, escritor de lengua turcoalemana, "un slang metropolitano que mezcla el lenguaje de las ciudades alemanas con la jerga de los barrios habitados por los turcos". Con el sincretismo como faro que alumbra sus destinos literarios, Zaimoglu describe en esta entrevista con Mónica Capuani sus filias literarias y sus fobias ideológicas.

Encontramos a Feridun Zaimoglu sentado en una banqueta que podría hallarse en un barrio bajo de cualquier ciudad. Podríamos estar en Nueva York, si no estuviéramos en Kiel, centro industrial y portuario de Alemania, en el Báltico. Zaimoglu no es negro, pero de todos modos pertenece a un gueto, el de los turcos que pueblan y agitan la periferia de toda ciudad alemana de medianas dimensiones. Hace unos años, después de un concierto del grupo de rock Crime Posse, alguien empezó a bromear en un slang turco-alemán que ya se ha vuelto totalmente una lengua per sé. Feridun tuvo una iluminación: a través de aquella jerga quiso dar voz e identidad a la tercera generación de turcos, los jovencísimos, que hoy tal vez son los más marginados y desesperados. Así nacieron primero Kanak Sprak, publicado en 1995, y que se convirtió en una película que se presentó en el festival de Berlín; dos años después, Espuma, historia real de la vida de un turco de Alemania que transcurre entre la droga, la delincuencia y la cárcel (que empieza ya a ser traducida a otros idiomas; en Italia, nada menos que por Einaudi). Die Zet definió a este autor de treinta y cinco años, extrovertido y animado por una pasión del todo mediterránea, como "el Malcom X de los turcos alemanes".

-ƑQué hay de especial en la lengua "kanak"?

-Hay el ritmo, el beat, el sex appeal. Es un slang metropolitano que mezcla el lenguaje de las ciudades alemanas con la jerga de los barrios habitados por los turcos, donde las tiendas de videojuegos se alternan con los expendios de "falafel". Los jóvenes turcos no se identifican con el alemán que aprenden en la escuela ni con el turco que hablan en su casa, sino que toman de la calle las expresiones que van a componer su lengua especial que tiene mucho que ver con el físico, con el cuerpo, su único capital.

-ƑLos hijos repudian la lengua de los padres...?

-Así es. La elección de un modo diferente de expresarse constituye también una ruptura con los padres. Su lengua es la de los hijos de "los que copulan con las cabras", que venían a Alemania para trabajar en las fábricas. En los jóvenes hay la conciencia de sus orígenes. Los padres dicen: "Muchachos, traten de no llamar la atención; en este país siempre somos extranjeros", y, en lugar de esto, ellos inventan una lengua arrogante, seductora, llena de una sensualidad desconocida aquí, que se colorea con los matices más violentos de los turcos más estúpidos, la plebe de los pequeños gángsters, de los bastardos, orgullosos de vivir con expedientes sucios.

-ƑEn Espuma, su segunda novela, quién le inspiró al protagonista?

-Fue Ertan Ongun, que estuvo dos años en la cárcel y le pidió a un amigo que le llevara mi primer libro. Después quiso encontrarme y me preguntó: "ƑPor qué no escribes algo sobre mi vida?" Hoy somos muy amigos, pero al principio tuvimos choques muy duros. Era desconfiado, decía que yo le parecía demasiado "bien", alguien que no había tenido que ensuciarse las manos. Acepté el desafío: cuando salió de la cárcel decidimos vivir juntos. Empezó a hablar y nunca paró. Hablaba horas y horas a mi grabadora. Una especie de terapia desintoxicante.

-Ƒ Al idealizar una plebe semejante no se expone ante los ojos de los demás?

-Al respecto di más de trescientas conferencias en Alemania, en bibliotecas, escuelas, cárceles. Ningún muchacho dijo: "Qué malo es Ertan." La plebe termina mal, la muerte la espera, es inevitable. Gracias a Dios, Ertan se ha salvado, se ha vuelto un músico hip-hop buenísimo y ahora vive con una muchacha alemana. También hizo un papel en Kanak Sprak, la película que Lars Becker hizo basada en mi libro y que participó en el festival de Berlín.

-ƑPor qué no vive usted en Berlín?

-Voy muy seguido, es una ciudad increíblemente estimulante. Y, además, allí vive mi hermana a la que adoro y voy a visitar. Kiel está bien, porque no hay nada. Es una ciudad aburrida con un alto índice de criminalidad y desempleo. Pero es el lugar perfecto para escribir, pintar, concentrarse. De todas maneras, soy un alma inquieta y viajo mucho.

-ƑY qué relación tiene con Turquía, con el mundo de sus padres?

-Para mí Turquía es sólo un lugar de vacaciones. En cuanto a mi padre... yo pintaba, pero él quería que fuera a la universidad y me recibí de médico. Para mi hermana soñaba con una carrera en sociología y un puesto en Relaciones Exteriores. En cambio, ella es actriz. Fuimos una verdadera decepción.

-ƑSu éxito como escritor no hizo feliz a su padre?

-No ha sido explícito. Pero ahora aceptó hacer conmigo la traducción de mi libro al turco. Cuando hablo su lengua se escandaliza, dice que soy un auténtico hampón.

-ƑAlgún autor ha sido fundamental para usted?

-William Faulkner, Gottfried Benn, James Ellroy, Patricia Highsmith. Y también Karl Marx y Ludwig Feuerbach, más por su manera de desarrollar el pensamiento que por su ideología.

-ƑSe considera alemán o turco?

-Soy un alemán de origen turco. Me gusta la puntualidad, pero también el cuidado del cuerpo. La capacidad de expresarse por medio del físico. Un punto negativo en común entre turcos y alemanes es el fanatismo, el respeto ciego a la autoridad, la adhesión incondicional y pasiva a ideales dudosos. Alemania languidece hoy en un estado de depresión crónica, de queja perenne: hay un pesimismo insoportable. Los hombres temen a las mujeres que tienen éxito en su carrera y en la vida. Al contrario, yo amo a las mujeres de carácter, como mi madre y mi hermana. Pero cuando estoy en el extranjero extraño Alemania.

-En Espuma usted asesta un golpe feroz: uno de los protagonistas turcos dice que los alemanes podrían eliminarlos como a los judíos...

-Mi padre constantemente me repetía: "Tienes que tener una maleta siempre lista para huir." Alemania ha buscado todo el tiempo crear una sociedad multicultural perfecta, pero los extranjeros siempre han sido el chivo expiatorio sobre los que se pueden descargar las dificultades. En suma, nunca se sabe.

-La muerte está muy presente en sus libros. ƑPor qué?

-Para estos jóvenes turcos la muerte ha sido siempre la brutal y asquerosa realidad de todos los días. La violencia y la droga producen muerte, y ellos ya están acostumbrados. La única esperanza es que tenga un valor educativo, que la sangre desperdiciada de estos muchachitos despierte hambre de vida en los demás.

Traducción de Annunziata Rossi