Ť Presencia fuerte de los monarcas de España
Primero el comandante, después su majestad el rey, y luego... el resto
Ť Zedillo, desilusionado por el discurso "tan corto" de Fidel Castro
Ť Hugo Chávez con "porra local"; almuerzos y paseos provechosos
Rosa Elvira Vargas y David Aponte, enviados, La Habana, 15 de noviembre Ť En los trabajos de la Cumbre Iberoamericana ninguna otra presencia ha sido tan fuerte --en más de un sentido-- que la de Juan Carlos I de Borbón y Borbón, rey de España. Y los cubanos están fascinados. Fidel Castro es el comandante en jefe y todo lo que se quiera en este terco socialismo, pero hoy está aquí el descendiente directo de aquéllos que hicieron de esta isla del Caribe la perla de su corona.
Y eso es algo que a cualquiera impresiona. Aunque obviamente la efervescencia de este día no obedece sólo a resabios coloniales, sino que está también muy marcada por la poderosa presencia española en la economía cubana, la gente registra que se reúnen en La Habana Castro con el rey y --en ese orden-- otros señores, los presidentes y jefes de Estado del resto de Iberoamérica.
Estos últimos también son bienvenidos y algunos hasta podría decirse que cargan con su propia porra local --el venezolano Hugo Chávez, quizás el que más se hace notar--, pero lo que quieren saber en estos días los cubanos es dónde cenó la reina Sofía el domingo, mientras se dan cuenta de que es literalmente un séquito de periodistas (unos 300 entre reporteros, gráficos y técnicos) el que sigue al monarca, y que la seguridad en su entorno es tal que impidió a muchos cubanos ver a Juan Carlos I cuando recorría esta mañana La Habana Vieja.
Por ello, el baño de multitudes previsto durante el paseo del rey no pasó de muestras de afecto desde algunos de los balcones de la Habana Vieja y de los aplausos de quienes sí pudieron seguir el recorrido, aunque sin poder acercarse demasiado a los visitantes.
Es tan patente la importancia que se da aquí a la presencia del monarca, que en los discursos que acompañan las actividades de la cumbre, se menciona primero al comandante, enseguida a su majestad el rey y luego se alude en general a los demás dignatarios. Castro camina siempre con él a su lado.
Pero la presencia española, con el jefe de Estado, que es el rey, y del presidente del gobierno, José María Aznar, se ocupa mucho más en otros asuntos que los de la sola cumbre o el anacrónico simbolismo de pisar una de las primeras tierras colonizadas tras la hazaña de Cristobal Colón. Hay negocios, muchos que son del interés mutuo, principalmente en el turismo. España es, junto con Canadá, el mayor inversor en la isla.
Divergencias políticas
Sin embargo, también es patente la divergencia política entre lo que el gobierno de Castro considera la acción de entes enemigos y contrarrevolucionarios, y la caracterización que de los mismos hace Aznar, al punto de establecer para ellos espacios especiales en su agenda al recibir hoy en la sede de la embajada de España a cinco líderes disidentes y a cuatro familiares de otros tantos que se encuentran presos por intento de sedición, conocidos como el Grupo de los cuatro.
El protagonismo español en este asunto de la política interior cubana llevó a Aznar a recibir a las decenas de periodistas congregados ante la sede diplomática para ofrecer una conferencia de prensa y afirmar que desde su último punto antes de llegar a la isla, Tegucigalpa, había establecido que no vendría a La Habana si se le impedía entrevistarse con los disidentes.
Aznar tuvo antes tiempo para encontrarse con su pasado, al visitar la casa donde vivió su abuelo entre 1922 y 1930, ubicada en la calle de San Lázaro, frente la Universidad de La Habana. El gobernante español acompañó luego a Castro y al rey Juan Carlos en su recorrido por la Catedral, el parque Simón Bolívar, la iglesia de San Francisco y el edificio de la Lonja de comercio, para llegar luego al Palacio de los Capitanes, sede del gobernador durante la colonia y donde todavía se encuentra dispuesto desde hace dos siglos el trono, nunca utilizado, destinado a una eventual visita de un monarca español.
Hubo apuestas cruzadas sobre si Juan Carlos se sentaría en ese sitial. Más de un periodista español lo daba por hecho, y por ello alguno debió sentirse desencantado cuando el monarca descartó la posibilidad al argumentar que el trono era demasiado estrecho. "No cabría en él; tendría que sentarme con todos los españoles", dijo.
Ahí mismo, Juan Carlos y Aznar se encontraron con su vecino portugués, el presidente Jorge Sampaio. Se saludaron, charlaron y cada cual siguió su recorrido tras recibir amplias explicaciones del historiador de la ciudad, Eusebio Leal.
La jornada del monarca incluyó también una visita a una fábrica de puros y un encuentro poco antes de las 14:30 con el presidente Ernesto Zedillo en la residencia del embajador de España. Mientras posaban para la foto oficial, ambos intercambiaron comentarios inaudibles mientras, aunque se pudo captar el nivel de confianza entre ellos al escucharse uno que otro tuteo.
También en la residencia del embajador, Juan Carlos recibió al cardenal Jaime Ortega. El jerarca católico cubano ya se había entrevistado en la mañana con el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, y la víspera con los gobernantes de Uruguay y Portugal.
Por su parte, cuando salía de la ceremonia organizada por Castro para inaugurar la Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas, que se constituyó en el primer evento oficial de la cumbre, el presidente Zedillo comentó que el almuerzo con Juan Carlos y Aznar resultó muy provechoso, pues sirvió para revisar la agenda bilateral. Ponderó asimismo la calidez y nivel de su encuentro de la mañana con el primer ministro portugués, Antonio Guterres.
En la sede que antes ocupara la Academia Naval Granma, el gobierno cubano dispuso establecer una escuela de medicina para estudiantes de naciones latinoamericanas, principalmente de países centroamericanos, en el contexto de un plan de cooperación con esa región establecido a raíz de los destrozos causados por los huracanes Mitch y Georges.
La escuela cuenta con 1929 estudiantes de 18 países que reciben una beca completa, en lo que Castro consideró es la contribución de Cuba a la unidad e integración latinoamericana y a "lo más preciado del ser humano, la vida". Que estos estudiantes "incidan", dijo el mandatario, para acabar con las muertes anuales de 500 mil niños en los países de la región por enfermedades previsibles y curables.
El número de médicos en ejercicio en Cuba, casi 78 mil, sumados a más de 84 mil enfermeras y 60 mil auxiliares, hace de este uno de los cuerpos médicos más numerosos de la región.
Mientras transcurría el sencillo acto, Zedillo continuaba la charla que había dejado suspendida --antes del inicio de la ceremonia-- con el presidente colombiano Andrés Pastrana, quien más tarde comentó que tocó con su homólogo mexicano el tema del proceso de paz colombiano y otros asuntos, pero no el de Chiapas.
Al presidente Zedillo el aire caribeño que corría por la gran explanada de la nueva escuela le sentó muy bien, para despejar --según comentó-- alguna alergia o congestión que le molestaba. Pareció estar muy a gusto e incluso repitió que se desilusionó de que "el comandante dijera un discurso tan corto; me hacía falta un daikirí''.
Luego, cuando presidentes como Aznar, el propio Zedillo, Cardoso y Pastrana, entre otros, esperaban en un salón sus vehículos, arriba, en una aula, el venezolano Chávez se reunía con un grupo de becados de su país. Y quién sabe qué mensaje les dictaba, que la algarabía no cesaba. A su vez, unas alumnas dominicanas celebraban también que su presidente, Leonel Fernández, les había ofrecido el pasaje para pasar la Navidad en su casa.
La jornada que culminó con la cena de bienvenida en el Palacio de la Revolución sirvió también para que muchos mandatarios se relajaran, como Pastrana, que almorzó en el conocido restaurante de la Bodeguita del Medio, o para encuentros bilaterales. Ya habrá tiempo para los trabajos formales que se realizarán este martes.
Dicen que se dió "orientación" a los cubanos de que evitaran desbordarse a las calles durante la cumbre, pero con o sin masiva presencia ahí han estado, pendientes de todo, pero principalmente de lo que hacen los reyes de España. El jueves, sin embargo, la atención se volcará en otra historia, tan entrañable como la que más. Venezuela y Cuba, con sus selecciones de jugadores estrella de más de 45 años, se encontrarán frente a frente en un partido de beisbol.
Aunque se había dicho que Chávez picharía, hoy entrenó como primera base. Castro, por su parte, mantiene a toda la gente en la incógnita. ƑSaldrá el lunes al Estadio Latinoamericano a dirigir a su novena vestido de verde olivo o usará un uniforme de beisbolista? Otra de las preguntas en una cumbre que tiene el signo de las personalidades.