El cubano, la segunda mejor voz de la trova


La presencia de Daniel Castillo se escuchó en el Festival del Caribe

La mínima difusión y las cancelaciones de último momento demeritan la calidad del acto

Auxiliado por un bast—n, Daniel Castillo se sent— en el centro del escenario en el Festival Internacional del Caribe. Escuch— a su quinteto interpretar dos canciones y luego, como una voz delgada como un hilo, enton— ÔÔHoy me siento satisfechoÉÕÕ n Foto: Frabrizio Le—n Fabrizio León, enviado, Cancún, QR, 11 de noviembre * La noche del miércoles se inició el Festival Internacional del Caribe, pero no concluyó porque un chubasco y un viento fiero anegaron el estrado y la capota. Eso impidió que las bandas de Chico O' Farrill e Issac Delgado tocaran al final de la fiesta. Es decir, hasta el miércoles no hubo jazz ni timba.

Tres generaciones de músicos cubanos están representadas en la programación del festival, pero sólo Daniel Castillo -de 92 años- y Armando Garzón -el trovador más joven de la isla- tocaron.

A la media noche, frente a un público compuesto básicamente por oriundos de esta ciudad que plácidamente bebían cerveza y agua, subió al estrado de la Plaza de la Reforma un músico negro, con bastón en una mano y en la otra una persona que lo auxiliaba. Sentado al centro del escenario, acompañó a su quinteto con lo que, dicen, fue la mejor segunda voz de la trova cubana de los treinta.

Originario de Santiago de Cuba, Daniel Castillo nació en 1907. Por ahí de 1963, en su mejor momento, fue fundador del cuarteto Oriente. Dejó de cantar en 1980, porque "sentía que la trova tradicional había perdido su sitio preponderante ante el jazz, el filin y la llamada nueva trova'', comenta Eduardo Llerenas, productor de Discos Corasón.

El cantante se posó en medio del grupo. Oyó sus canciones. Visible, pero sin cantar. Sus músicos lo rodearon con la sonoridad de la flauta, el tres, el bajo y las percusiones. Luego de escuchar dos canciones, el viejo abrió un espacio en la lluvia y cantó: "Hoy me siento satisfecho, amada mía/ al tenerte para siempre junto a mí./ Naturaleza, bendita eres al concederme lo que te pedí", con una fuerza y entonación en las que se asomaba aquella voz de antaño.

En realidad lo que se "oía" era su presencia. Apenas audible, su voz aportó el ingrediente que zigzaguea entre la importancia de estos viejos trovadores y el actual boom cubano, que ya se estableció entre la nostalgia y eso que hace mover el cuerpo con ritmos y sentidos: acordes de cuerdas y las percusiones. La voz de Castillo era la imaginación de lo que fue y el orgullo de estar frente a su agrupación, sentado con un bastón y moviendo los ojos al ritmo de los aplausos que generosamente el público le obsequió. Así como se ve, se oyó.

El orgullo del grupo, la segunda voz de Daniel Castillo y las canciones fueron el mejor momento del festival, tal vez por eso fue el último grupo que tocó anoche, dejando en espera a la banda de Chico O' Farrill e Isacc Delgado para hoy.

La cartelera

La prensa local no trató bien el comienzo del festival. No es para menos. Si bien el elenco es de lo más prometedor, la falta de difusión del acto y las cancelaciones de última hora de varios conferenciantes han sido criticadas. En Chetumal se suspendió el concierto por la constante lluvia. María Rojo, Héctor Aguilar C amín y Víctor Hugo Rascón Banda avisaron de último momento que no asistirían. No hay una cartelera oficial de los actos ni carteles. Los spots de radio están prácticamente perdidos en la programación. En los hoteles no hay propaganda y los taxistas sólo informan ''que hay música en la plaza'', lo cual es suficiente en estos casos.

Están programados de última hora Cachao y Celina González. Cantarán también Oscar de León, Albita, Adalberto Martínez, Tania Libertad, y tocarán la orquesta original de Manzanillo, Bosquimano, Zumbao y el maestro del filin César Portillo de la Luz. Por México, el grupo Contraste.

Varios son los organizadores de la fiesta: El Instituto Quintanarroense de Cultura, la Oficina de Visitantes y Convenciones, las presidencias municipales, el gobierno del estado, Froylán López Narváez y Miguel Nieto, estos últimos encargados del elenco y la programación del festival.

Y si bien hay problemas de logística, lo que los tiene de mal humor es la posibilidad de cancelar conciertos, porque la lluvia y el aire son constantes. Pero eso es el Caribe y no hay todavía programación que aguante al tiempo y menos en Cancún, donde la fiesta es de 24 horas, con o sin festival.

Aspecto de la fiesta en Cancœn n Fotos: Fabrizio Le—n Aspecto de la fiesta en Cancœn n Fotos: Fabrizio Le—n Camerinos

Cuando bajó del escenario, Daniel Castillo se encontró con Chico O' Farrill, otro viejo músico cubano -15 años menor que aquél-, pero cuya carrera la hizo en Nueva York. O' Farrill, de 78 años, lo saludó como si se conocieran, pero no es así. Nunca se habían visto.

Uno es trovador de música campesina que ha vivido en Cuba 92 años; el otro es arreglista de grandes orquestas de jazz en Nueva York, en donde vive desde hace más de 50 años. Cuando los dos músicos coincidieron, sólo cruzaron su mirada y se estrecharon las manos sin fuerza. Frente a frente 100 años de música.

Faltaba en la escena de este encuentro, Isaac Delgado, el mejor exponente de la música afroantillana de Cuba (La Timba), quien sentado afuera de los camerinos hablaba y sonreía rodeado de sus músicos y tres cubanas, las más felices de que ya se acabará, por este día, el festival para retirarse con ellos. Cuando ellas pasaron frente a Chico O' Farrill, éste confirmó el dicho: "...Yo creo que sí. Esto lo mando el enemigo (el diablo)".

La timba de Isaac se quedó en los camerinos. Sus músicos tenían el mismo porte de los gabachos de la banda de O' Farrill. El público dejó de resguardarse en los árboles, porque la lluvia iba en todas direcciones. La lona que cubría el escenario tuvo que romperse del centro para desaguarla e impedir que venciera la estructura que, no obstante, ya estaba muy debilitada. Cuando todo estaba anegado y O' Farrill había guardado sus pa Aspecto de la fiesta en Cancœn n Fotos: Fabrizio Le—n rtituras e Isaac Delgado lamentaba que no pudiera cantar, dejó de llover. Pero la gente ya se había retirado. Eran las dos de la mañana.

''Te digo que ya vámono', pue", dijo la cubana, que más bien se parecía a las letras de las canciones de Daniel Castillo y a las partituras de la big band de O' Farrill.

Pero iba siguiendo el paso de la timba de los músicos de Isaac Delgado y esto, aderezado con el viento del caribe... ''šCoño! Dónde está Whaley", pregunta O' Farrill. Sentado espera su turno al escenario. Ensayan sus músicos. Otros comen tacos al pastor. Su esposa, vestida de rojo, lo asiste y fotografía. Los dos se sonríen de manera idéntica y él revisa en todo momento unos papeles con las partituras.

''Uy, pues yo creo que aquí no tocaba desde... Oye, Ñeca, Ƒcuándo toque aquí?.... Desde el 67, en el Terraza Casino. Pero estaré en la ciudad de Mexico en diciembre para visitar unos parientes de mi mujer y luego tocaré... Oye, Ñeca, Ƒcuándo toco en México?... El 21 de enero. Pero dígame, Ƒdónde esta Whaley?'', insiste O' Farrill.

-ƑY cómo ve el clima?

-Pues como si estuviera en casa. En Cuba, aunque aquí me hace falta más calor. Pero Ƒdónde está ese chico Whaley? ƑEse apellido de dónde será? ƑPor qué no vino?

-Oiga, Ƒy qué va a tocar?

-Pues yo ya quiero tocar. Tengo mucho esperando. Debería haber venido ese Whaley -concluye O' Farrill, refiriéndose al reportero que lo entrevistó la semana pasada.