La ley de Herodes

Fernando Figueroa * Estaba escrito que no nos iban a invitar a la boda de Emilio Azcárraga Jean, en X'caret, y así sucedió. Sin embargo, un empleado de producción nos soltó toda la sopa, motivado por la indignación que le causó el maltrato recibido por parte de cierto funcionario chipocludo de Televisa. Se suponía que Luis de Llano Macedo era el productor y que, desde varias semanas atrás, estaba al frente del acto. Todo estuvo bajo control hasta que, minutos antes del evento, Bernardo Gómez -brazo derecho de Emilio III- metió su cuchara. De último momento exigió cambios innecesarios que molestaron a todo el equipo de trabajo y no provocaron ninguna réplica de Luis de Llano. El hijo de Rita Macedo aguantó a pie firme los desplantes de prepotencia de quien ahora ostenta el poder tras el trono en el emporio. Y pensar que, mientras vivió El Tigre Azcárraga Milmo, Bernardo Gómez no podía poner un pie en las instalaciones de Televisa. Lo más gracioso de todo es que aquello se convirtió en algo así como una combinación de películas de Werner Herzog -Aguirre, la ira de Dios y Fitzcarraldo-, ya que las órdenes de Gómez debían obedecerse en medio de una selva que parecía naufragar bajo la lluvia. Otro informante, en este caso invitado, nos dio una interesante versión de los hechos. Desde su perspectiva, Azcárraga Jean y Alejandra de Cima quisieron organizar en X'caret una boda que diera la impresión de sencillez, y que para lograr ese efecto se necesita mucho dinero. Para empezar, los 600 invitados recibieron boletos de avión y hospedaje en hoteles de cinco estrellas, y trato similar para el grupo de cocineros y meseros que viajaron desde la ciudad de México (algunos de estos últimos nunca supieron que podían haber comido gratis en el hotel y llegaron hambrientos a X'caret para desarrollar su trabajo). El equipo de producción de Televisa más guardias de seguridad, músicos, cocineros, meseros y garroteros, fácilmente pudieron haber sumado 300 elementos al servicio de su majestad Emilio III. El menú, según nuestro informante, fue una buena idea mal realizada. Consistió en una sopa fría de alc Emilio III departe con su ahora esposa Alejandra de Cima, durante el acto en que ambos contrajeron matrimonio n Foto: cortes’a de Televisa achofa que, desgraciadamente, estaba medio aguada. Muy espectacular fue la piña verde para cada comensal, en la que había camarones gigantes que podían ser bañados con una vinagreta conocida entre los gourmets como adivinanza de guayaba. Un trozo de róbalo fresco, dentro de una hoja de tamal, se pasó de cocimiento y por eso quedó un tanto seco, sin que lo pudiera salvar la salsa de miel. Quienes toman whisky no se pudieron quejar porque había Johnny Walker etiqueta negra, pero quienes quisieron ponerse a la altura de las circunstancias, es decir, caribeños, tuvieron que conformarse con un vil Bacardí blanco (šqué pasó!). Para brindar, botella de champaña en cada una de las mesas. Un par de forjadores de la patria elaboraban puros ahí mismo para quien quisiera echar humo con estilo. Ustedes ya saben que Emilio Estefan se aventó un palomazo percusivo con Juan Luis Guerra y que Thalía bailoteó en el escenario, pero tal vez no estén enterados de que al gran bajista Cachao le rentaron para el show un arco šde violín!, así que tuvo que ponerse tela adhesiva en los dedos y amenizar la cena a mano tendida. Village People y los Joao prendieron sabroso a los invitados, mientras que a Chente Fernández le tocó cerrar con broche de oro para darle la bienvenida a la aurora dominical, todo ello al abrigo de una palapa monumental construida en el hueco de una gigantesca gruta. Se calcula que Emilio gastó en la fiesta religiosa algo así como un millón de dólares, pero con tanto intercambio que tiene Televisa, quizás hasta salió con números negros, sobre todo a la hora de abrir los regalos. Un último dato irrefutable: Adal Ramones se gastó 20 mil pesitos en su obsequio, aunque no sabemos cuál era el contenido. ƑQué se le puede regalar al dueño de un changarro que vale dos mil millones de dólares? Nosotros le mandaremos un ron cubano Los Marinos, mejor conocido como Paticruzado. šAh! Olvidábamos decir que la ceremonia religiosa fue celebrada al alimón por el nuncio apostólico Justo Mullor y el tocayo Emilio Carlos Berlié Belaunzarán, arzobispo de Yucatán. El poder y la gloria en pleno.