n Un adiós para Miguel Angel Velasco/ y III n

 

n Elena Poniatowska n

Según el líder Miguel Angel Velasco lo esencial del marxismo es estar atento a todos los cambios y no creer en una verdad absoluta y eterna. Sin embargo, los hombres de izquierda en México se aferraron a Marx, Lenin, Stalin, Trotsky, Mao y los convirtieron en dioses aunque no los conocieran muy bien. Recuerdo que en los años cincuenta decían que el único que había leído verdaderamente a Marx era Víctor Flores Olea. Miguel Angel Velasco, nuestro ratón, fue de los pocos que buscaron darle a la lucha revolucionaria un sello nacional en el sentido de cuestionar las órdenes de Moscú. ''Hemos superado ya la etapa en que no podíamos dar un paso sin Stalin. Creo que ya debemos dejar el pasado, esa revolución permanente, el socialismo en un solo país. Lo que importa es México y hacerlo avanzar. No se trata ya de excluir a nadie sino de unir lo que es posible unir y debe ser intenso el trabajo para llegar a acuerdos básicos fundamentales. Incluso con los trotskistas, creo que el futuro es posible".

 

Si no hay Tina, ya ni Modotti

 

''Conocí a Tina Modotti, la visité en su casa en la azotea de doctor Balmis donde vivía, siempre llena de gente que la buscaba por una razón u otra. Era muy buscada. Yo creo que todos se enamoraban de ella, todos nos enamorábamos de ella, pero por un deseo de conversar. 'Si no hay Tina, ya ni Modotti'. Yo la traté sobre todo a su regreso de la Guerra Civil de España, en 1939. Entonces se hizo muy amiga de doña Leocadia Prestes y de su hija y muchas veces las vi a ellas tres juntas. La época en que la atacaron atrozmente, cuando el asesinato de Julio Antonio Mella en 1929, yo la viví como un ataque de la burguesía que se ensañaba contra una mujer de izquierda, una extranjera que era dueña de su vida y de su cuerpo y eso, nadie pudo tolerarlo en esa época."

Velasco y sus compañeros anarquistas sostuvieron una discusión ''tremenda" con los trotskistas y esto se acentuó con la muerte de Modotti, porque tanto el gobierno como los trotskistas no se cansaron de lanzar agravios contra su persona y fomentaron el escándalo en torno de la personalidad libre y desprejuiciada de la fotógrafa italiana. ''Para nosotros fue muy difícil soportar el escándalo en el que los periódicos la hundieron. ƑCómo defenderla? Si habían hablado mal de ella cuando Julio Antonio Mella murió asesinado de su brazo en la calle de Abraham González, los trotskistas la calumniaron y la acusaron de cómplice, ya que a Mella no lo había matado el director cubano Gerardo Machado, sino el Partido Comunista ruso por sus desviaciones trostkistas. La policía mexicana habló de una cuestión pasional y para ello sacó a la luz la vida íntima de Tina".

Tina Modotti, a los ojos de Miguel Angel Velasco, era una mujer de gran simpatía, modesta, casi humilde. No trataba de destacar en el movimiento, ''uno no puede imaginársela disgustada, era muy dulce en su trato". La ayuda noble y desinteresada fue su principal labor dentro de su militancia en el partido. Reconoce, también, su ayuda a los extranjeros, españoles refugiados de la Guerra Civil, alemanes, austriacos que, como ella, encontraron en México asilo y tierra fértil de desarrollo intelectual y material.

Tina hablaba poco, aunque a veces era una persona bromista. ''Cuando Tina sacaba las fotos -dice-, ni cuenta se daba uno". Miguel Angel le contaba chistes buscando hacerla reír.

El enfrentamiento con los trotskistas tuvo lugar, principalmente, porque pretendían desprestigiar a la Unión Soviética. Su discusión con ellos se convirtió entonces en un álgido intercambio de adjetivos y ataques verbales muy rasposos. Era natural que ocurriera, puesto que aquí los trotskistas, dice Miguel Angel Velasco, se prestaron a secundar, si no es que a dar origen a toda la campaña de difamación en contra de la Unión Soviética y de las fuerzas antifascistas.

Pero, Ƒquiénes eran los anarquistas? Entre otros, Miguel Angel Velasco recuerda a Manuel Diez Ramírez, José C. Valadés y Juan González (gran amigo de Juan de la Cabada), llamados anarcosindicalistas. Estaban influidos por la literatura anarquista (Bakunin, Kropotkin, Proudhon) que desde el siglo pasado venía echando raíces. Todos ellos encontraron en la Revolución rusa su propia revolución, pero como la URSS no cumplió con la abolición de todos los sistemas de gobierno, se sintieron traicionados.

''A partir de 1921, el comunismo empezó a librar la lucha contra el anarquismo cuando se formó la CGT por un acuerdo entre los comunistas jóvenes Rafael Carrillo y José Valadés, entre otros, y los anarquistas. Convocamos a un Congreso Obrero Sindical como respuesta al que le había dado nacimiento a la CROM. En 1918 se consideraba que la CROM era la organización reformista -los amarillos- y Manifestaci—n de la CTM, 1937. Al centro, Vicente Lombardo Toledano, Mar’a Mercader y Miguel Angel Velasco n Foto: Archivo familiar Miguel Angel Velasco Mu–oz era necesario que los derrotados en 1918, los anarcosindicalistas organizaran su central y así los comunistas y los anarquistas convocaron al Congreso Sindical de 1921, de donde nació la CGT. Pero los anarquistas mucho más maduros y experimentados expulsaron a Carrillo, a Diez Ramírez y la expulsión se produjo estando Diez Ramírez en Moscú, porque había sido como delegado de la CGT ante la Internacional Sindical roja. Allá le comunicaron que quedaba desautorizado, se revocaba su nombramiento y los anarquistas de la CGT eran de ahora en adelante los dueños. Hicieron una campaña en contra de la Unión soviética y eso provocó un distanciamiento muy fuerte entre anarquistas y comunistas parecida a la que se libró contra el trotskismo.''

 

Del monólogo a la injuria

 

''Conocí a Buenaventura Durruti cuando vino a México, uno de los anarquistas más consecuentes; también a Andrés Nin, al que asesinaron en España. Un crimen tremendo. Durruti en México se quedó en un hotel en la calle de Ayuntamiento y nunca pagó ni su habitación ni su comida. Cuando lo corrieron del hotel alegó que él estaba en lo justo y no le debía nada a nadie.

''Me preguntas que en qué momento México dejó de tener la oportunidad de ser un Estado socialista. Yo creo que nunca hubo una posibilidad real, siempre prevaleció el capitalismo. Los generales que habían luchado en la Revolución de 1910 se hicieron terratenientes y latifundistas aunque hubieran encabezado la lucha por la tierra, los demás hicieron toda clase de negocios y se aliaron al capital estadunidense. Usar el poder como cobertura para enriquecerse fue convirtiéndose cada vez más en un proceso natural. El propio crecimiento capitalista de Estados Unidos lo propició. Hoy los nuevos millonarios van dejando pequeños a los de ayer.

''El enriquecimiento de Flores Tapia, Hank González o Miguel Alemán demuestra que el poder público facilita los negocios, aunque la corrupción ha llegado a tal grado que parece completamente natural aprovechar el cargo público para enriquecerse. El que no lo hace es un pendejo. Acuérdate del dicho. 'Este es el año de Hidalgo, pendejo el que deje algo'. ƑAguantará el país? No lo sé. Lo que sí veo es que, ahora, nos movemos entre el monólogo y la injuria. Monólogo el del gobierno, el de la oposición, el de los sindicatos, el de los analistas, el de los jóvenes. De cualquier manera, por un principio inalienable de los hombres, nadie debería poder quitarle la vida a otro ser humano bajo ninguna circunstancia: sin embargo, a lo largo de la historia, no sólo de este siglo y no sólo de este país, este principio ha sido violado una y otra vez. Vi morir injustamente a amigos y compañeros de lucha y creo que esas son poderosas razones para continuar luchando. Sigo pensando que el enemigo frontal es el gobierno injusto al cual es difícil derrocar y más con una izquierda dividida. Ver unificada esta izquierda en un sólo movimiento es mi única esperanza."

Si México no tuvo una posibilidad real para encaminarse hacia el socialismo, Miguel Angel Velasco nunca dejó de creer en él. Y de luchar. Si el desarrollo capitalista enriqueció, a costa de los trabajadores oprimidos, a los propios líderes, Miguel Angel Velasco se mantuvo limpio y nunca perdió la brújula. Si vio cómo el poder se utiliza para el enriquecimiento personal de los dirigentes nacionales, incólume, Miguel Angel Velasco encontró en el anarquismo su salvación. Supo muy pronto que lo verdaderamente inmoral, no eran las fotografías de Tina desnuda con Mella, sino este cínico enriquecimiento, este signo de corrupción infinita en el que el poder público se vuelve obscenamente privado.

No ver al Ratón Velasco mirarnos tras de sus anteojos, no compartir su sonrisa valiente y lúdica es algo que le hará falta a la izquierda mexicana del siglo XX, la del pasado y la que todos quisiéramos construir.