La Jornada miércoles 5 de mayo de 1999

Arnoldo Kraus

El factor UNAM

La creciente incertidumbre, la depauperación progresiva de la clase media y la desconfianza casi universal en los últimos gobiernos han condicionado un hedor persistente en la sociedad. Hedor que combina desesperanza, enojo y frustración. El acúmulo de sexenios empobrecedores han eliminado la posibilidad de que la comunidad acepte estoicamente noticias nocivas aun cuando la propaganda advierta que serán transitorias. La realidad es que en nuestro medio casi todo lo pérfido no sólo se queda para siempre, sino que se perpetúa geométricamente. Hay que contar de uno en uno hasta llegar a 40 ó 50 millones para saber cuántos son los pobres o míseros mexicanos.

La UNAM es uno de los corazones de nuestro país --quizá el más representativo, quizá el más importante-- cuya cotidianidad refleja "todo". En muchos aspectos nuestra Universidad es espejo del país y termómetro de la opinión pública. Abarca diversas ideologías, clases sociales disímbolas, alumnos de toda la república y profesorado abigarrado. Aunque las tendencias de sus integrantes se inclinan hacia el factor humano --hacia la izquierda de antaño-- sus puertas son plurales y la tolerancia su mejor estandarte. Por eso la UNAM es México. Por lo mismo, nuestra Universidad es uno de los factores primigenios y determinantes de lo que acaece en el país.

Todo lo anterior debería hacer de la UNAM un bastión intocable. Un espacio independiente, aun cuando reciba dinero del gobierno federal, cuyo lema y espíritu es la Universidad y uno de sus fines, funcionar como censor del pensamiento y marcha del país. Para quienes la viven, para quienes la conocemos, la UNAM debería ser inviolable. Sobre todo en tiempos tan aciagos y conflictivos como los actuales. Sobre todo en épocas donde la miseria moral de los últimos gobiernos ha generado suficientes razones en la comunidad para incomodarse y descreer, en casi todo, pero no en la UNAM.

El problema de la Iniciativa Barnés va mucho más allá del dinero y de los ojos con los que se lea el artículo 3Ɔ de la Constitución. El embrollo y el reclamo de los universitarios en huelga --el manipuleo y acarreo ya no permite saber si son mayoría o minoría-- es multifacético, pero, en última instancia, el "no" al aumento a las cuotas refleja el "no" a la entrega de la UNAM. El no es, sobre todo, sinónimo de la incertidumbre que se vive en México hacia la mayoría de las formas de poder. Creo que ése es el punto cimental y el círculo actual de la realidad nacional: la desconfianza como presente, las dudas permanentes como respuesta a lo que han sembrado los últimos gobiernos.

Es obvio que el brete no son las cuotas. Y es evidente también que no conocemos los motivos por los cuales fue necesario modificar justo ahora el Reglamento de Pagos. La complejidad del problema se refleja en el gran número de ideas y escritos que han tratado de desenmarañar el mal que amenaza a la UNAM y al país.

Las apuestas y conjeturas de quienes no sabemos la verdad pero tratamos de construirla, oscilan de tal forma que lo absurdo parece dominar. Mientras que unos aseveran que el PRD es el promotor de la batalla contra Barnés, otros están convencidos de que el rector representa los intereses del PRI para lanzar una campaña contra Cárdenas. Unos creen ciegamente que el incremento es un mal necesario y otros están convencidos que su aceptación sería el inicio de la privatización de la UNAM.

Dicotomías similares oscurecen el meollo del problema: ni hay quien en su sano juicio hubiese esperado que la propuesta de la rectoría fuese bienvenida por el alumnado, ni hay quien en el poder universitario haya pensado que con el aumento de las cuotas la situación económica de la UNAM mejoraría.

ƑEntonces? El entonces es ese enredo del cual todos suponemos saber pero no sabemos. Es esa desconfianza que nos asola y acompaña perpetuamente. El problema es que la UNAM enferma es un signo de pésimo agüero, en especial ahora que todos quieren ser presidente en el 2000.

ƑQuién y por qué detonó la bomba de las cuotas? ƑNació la iniciativa dentro de la UNAM? ƑSigue siendo veraz lo autónomo de la Universidad Nacional de México? Si la mayoría pensamos que las cuotas son sólo la punta del iceberg, entonces, Ƒcuáles y quiénes son las bases del témpano de hielo?

Concluyo reproduciendo las palabras que en 1966 el doctor Ignacio Chávez dirigió al presidente de la República tras haber sido destituido: "Este movimiento que parece escolar, y en consecuencia nuestro, es en realidad político y de alcance nacional. El golpe que parece dirigido a mí, es en realidad contra usted. Si los acontecimientos me rebasan, yo tendré que irme. Personalmente, yo quedaré liberado y dejaré de tener este dolor de cabeza; pero a partir de este momento, usted sufrirá la jaqueca".