n Desde Secondo Pía, primero que fotografió el manto, se analiza su autenticidad


Un siglo de estudios a la Sábana Santa

Angel Vargas n Motivo de numerosos libros, artículos periodísticos y trabajos científicos, pero sobre todo de amplias polémicas entre creyentes y no creyentes, la Sábana Santa de Turín o Santo Sudario cumplió recientemente un siglo de ser objeto de investigación científica.

El primer descubrimiento sobre el lienzo de lino, que se supone cubrió el cadáver de Jesucristo hasta su presunta resurreción, es atribuido al abogado italiano Secondo Pía, quien realizó la primera fotografía del "manto sagrado" a finales de 1898: En el negativo fotográfico pudo apreciarse el "verdadero carácter de la figura", que aparece extraña y borrosa cuando se observa al natural.

A partir de ese hallazgo, el camino científico sobre el rubro se ha caracterizado por la aparición de centros y grupos de investigación. Según la página oficial de la Sábana Santa en la Internet ųsupervisada por autoridades del Vaticanoų, sobresalen el Centro Internacional de Sindonología, fundado en Turín en 1959, y el Proyecto de Investigación sobre la Síndone de Turín (STURP, por sus siglas en inglés), creado en 1977 por una asociación de científicos estadunidenses.

La incertidumbre sobre la autenticidad o no del Santo Sudario pareció resolverse a finales de la década pasada, cuando en 1988 tres laboratorios (Oxford, Tucson y Zurigo) sometieron sendas muestras de tela a pruebas de datación con el métodos del radiocarbono (Carbono 14). Los resultados obtenidos marcaban que el tejido fue elaborada en la Edad Media, entre los años 1260 y 1390 d.C.

En apariencia, el misterio se había resuelto, pero las mencionadas pruebas "fueron refutadas" en 1993 por el científico ruso Dimitri Kouznetsov, director de los laboratorios Sedov de Moscú, de acuerdo con un informe de la oficina de prensa del Vaticano.

"Según el experto, los resultados del estudio realizado en 1988, que supuestamente remitieron su datación a la Edad Media, no son 'creíbles'. Para ello se basa en la diferencia de fecha de más de 14 siglos de un pedazo de tela judía (de la época de Jesucristo), antes y después de ser sometida a una situación análoga a la que el análisis de las fibras del Manto de Turín presentan hoy.

"(...) La muestra de lino analizada entonces, señala el científico ruso, presentaba una superconcentración de carbono debido a 'factores externos' que llevaron a los científicos a 'considerar erróneamente la edad de la muestra'. Según Kouznetsov, estos factores se asociarían a un incendio sufrido por el Santo Sudario en Francia en 1521, hecho que con otros habría producido una alta concentración de isótopos de carbón en el Santo Sudario, lo que obviamente origina un error en el resultado de la prueba del carbono 14".

Las investigaciones de Kouznetsov fueron reforzadas casi cuatro años más adelante, previo a que en abril de 1997 fuera destruida por un incendio la Santa Capilla de Chambèry, sitio donde estaba depositaban la Sábana Santa. Dos científicos de la universidad de Turín, Pier Luigi Baima Bollone y Nello Balossino, cerraron un círculo que la NASA no había completado en sus investigaciones de 1979.

Esa oficina estadunidense había descubierto que en el ojo derecho del cadáver se había colocado una moneda con el objeto de cerrar el párpado. Se pudo comprobar que dicha moneda era un lepton, de curso legal en tiempos de Cristo y en la que se podía apreciar la inscripción en griego de Tiberio César. No obstante ese descubrimiento, los científicos se preguntaban por qué sólo aparecía una moneda, cuando lo lógico era cerrar los dos párpados de un cadáver.

La respuesta fue presuntamente satisfecha por Luigi Baima y Nello Balossino, al afirmar que sí existió una moneda sobre el ojo izquierdo. Ambos investigadores aseguraron que con la reconstrucción y ampliación del lienzo por computadora descubrieron el diseño de esa moneda: una copa ritual pagana utilizada en las libaciones, acuñada en el año XVI de Tiberio.

En el transcurso de este siglo, los resultados de las investigaciones realizadas sobre el "manto sagrado", según la página oficial de la Sábana Santa, son: "La imagen no es una pintura y ha sido dejada por el cadáver de un hombre fustigado y crucificado. La elaboración del ordenador ha revelado que ella posee prioridades tridimensionales, que no pertenecen ni a las pinturas ni a las fotografías. Sobre el lienzo se halló polen de flores que han ofrecido fuertes indicios de una presencia de la Sábana no sólo en Europa, sino también en el Medio Oriente. Los análisis han indicado la presencia de sangre humana del tipo AB y no se han detectado huellas de pigmentos colorantes".

No obstante que la discusión sobre si la Sábana Santa de Turín es una reliquia sagrada o un símbolo de fe apunta a continuar indeterminadamente, las ostensiones (exposiciones públicas) que de ella se hicieron en 1978 y el año pasado reunieron a millones de creyentes, con lo que afianza su valor como símbolo de culto. Para el 29 de abril y hasta el 11 de junio del año entrante el manto será exhibido nuevamente.

Con un largo de 4.36 metros y un ancho de 1.10 metros, el Santo Sudario es conservado desde 1578 en la catedral de Turín, cuando llegó de Chambery, antigua capital del ducado de Saboya. Desde la mitad del siglo XIV hay testimonios históricos seguros de él. Desde 1983, es propiedad de la Santa Sede, dejado en herencia por Umberto II de Saboya al Papa.