n Actualmente exhibe Testigo silencioso en el MAM; luego, en Oaxaca


El arte contemporáneo es un caos: Sorensen

Merry Mac Masters n Actualmente el arte es un "caos", asegura el escultor danés Jorgen Haugen Sorensen (Copenhague, 1934). Con tantos sucesos, no se puede decir que esto o aquello sea "el arte de nuestro tiempo". En la actualidad "todo pasa". Explica: "Si antes había la escuela francesa y luego el pop art, ahora todo está mezclado. Hay quienes trabajan el antiarte, otros lo figurativo. Ninguna obra es del todo representativa de la época que nos tocó vivir".

En 50 o 100 años, Ƒqué será juzgado como el arte que marcó nuestros años finiseculares? Después de reconocer la "casi" imposibilidad de la respuesta, Haugen Sorensen opina: "En el arte conceptual sólo cuenta la idea, no lo estético ni lo artesanal. Tal vez esto sea lo que faltó, lo que se mira a final de cuentas. Y habrá necesidad de ello. Cuando uno mira el arte antiguo, lo que se busca en las obras maestras es cómo fueron hechas. Una obra maestra lo es por la manera en que fue hecha, no tanto por la idea. Pintar una madona con un niño no es una gran idea, pero el modo en que fueron hechos eso sí es importante".

Ante un panorama tan diverso de manifestaciones, el escultor apunta: "Estoy seguro que va a ser muy chistoso volver a ver la piedra. Es decir, dentro de 100 años resultará agradable ver la piedra trabajada a mano. Y no se va a entender cómo se hizo, porque para entonces todo habrá desaparecido. Es como cuando vemos el arte de los antiguos mexicanos, pensamos, cómo podían haber construido las pirámides, porque todo se hizo a mano".

Haugen Sorensen vino a México para exhibir su más reciente producción escultórica en el Museo de Arte Moderno (MAM), no en una de sus salas, sino en el "corredor", entre el edificio principal y el anexo. Es obra que el artista expuso hace dos años y medio en un "gran parque" de Barcelona, España. La muestra está constituida de 15 piezas "abstractas", de reducido formato, realizadas en granito, que tienden a lo arquitectónico al ser construidas por partes, "como una casa".

El artista ha trabajado diferentes materiales. Incluso, de adolescente consiguió trabajo en una fábrica de cerámica comercial que le sirvió de marco para hacer sus primeras esculturas.

El expositor se crió durante los "horrores" de la ocupación alemana en Dinamarca, consigna Peter Murray en un texto incluido en el catálogo de la muestra del MAM. El director ejecutivo del Parque de Escultura de Yorkshire, Inglaterra, relata que cuando la madre del pequeño Jorgen salía a trabajar, cerraba las persianas, lo que hacía que la noche llegara temprano, dado que debía dejar en casa a dos niños sin atención (el padre se había marchado a trabajar a Alemania y jamás volvió). Entonces, "en tan extraña existencia, y con los materiales que su madre les dejaba para mantenerlos ocupados, Jorgen y su hermano Arne realizaron incontables dibujos y pinturas para crear su visión personal de sonidos y recuerdos". Arne ahora es un consumado pintor.

De Dinamarca se marchó Haugen Sorensen cuando tenía apenas 20 años para "jamás" regresar a vivir, aunque ha realizado múltiples proyectos para su país natal. Actualmente prepara un encargo para una gran plaza en Copenhague. Primero, gracias a una beca, viajó a París donde vivió diez años. En un principio trabajó en bronce. En 1958 representó a Dinamarca en la Bienal de Venecia. Un lustro después, al participar en la Bienal de París, se le otorgó el Premio de la Crítica.

Murray escribe que el primer involucramiento del artista con la piedra fue con el mármol de Verona, porque era "muy fácil y muy agradable de trabajar", como acota el entrevistado. En 1975 se establece en Pietrasanta, Italia, en la región de Carrara (en la actualidad también tiene una casa en Portugal, junto a una cantera de granito). Primeramente mezcló el bronce con la piedra. Sus obras, aparte de "grandes", también eran "espaciosas". Después de años de trabajar así, se inclinó hacia el objeto "solo", a la manera de la mencionada casa construida. Ahora ha vuelto al barro.

En relación con las "características" de su producción, comenta: "Hago tantas cosas tan diferentes, desde lo figurativo hasta lo abstracto, aunque también los mezclo. Es cuestión de la capacidad de hacer lo que uno desea y tener que hacerlo. Me da la impresión que muchos artistas se atoran con su propio estilo, que acaba matándolos. Hay que romper el estilo todo el tiempo. Así es como dentro del mismo estilo se encuentra la libertad".

(La exposición Testigo silencioso, de Jorgen Haugen Sorenson, se exhibe en el Museo de Arte Moderno, Paseo de la Reforma y Gandhi. Para el 14 de mayo la muestra pasará al Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca).