n Asisten actualmente a la institución menos hijos de obreros y campesinos


Exclusión social en la UNAM, desde

hace una década, señala académico

n Rechaza Roberto Rodríguez que el alza de cuotas vaya a afectar más a alumnos de bajos ingresos

Claudia Herrera Beltrán n La exclusión de jóvenes de escasos recursos de las aulas de la UNAM no será ocasionada por el incremento a las cuotas de inscripción sino por procesos anteriores que llevan casi una década, debido a la falta de espacios de educación superior en el Distrito Federal, afirmó el especialista en el tema y presidente del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, Roberto Rodríguez.

El sociólogo explicó que por la concentración de la demanda en la máxima casa de estudios, se ha dado una especie de "discriminación académica" a través del examen de selección, en la que los aspirantes con mejor "capital cultural" y que generalmente tienen más recursos económicos, logran ingresar a la UNAM.

Desde el inicio de esta década, los estudiantes que llegan a la UNAM tienen en promedio ingresos superiores a los cinco y seis salarios mínimos, mientras que en los setenta, la media era de tres a cuatro salarios mínimos, además de que había una mayor proporción de hijos de obreros y campesinos, indicó el también integrante del foro educativo Observatorio Ciudadano.

Autor de la investigación Educación superior y desigualdad social, que próximamente publicará el Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU), describió el perfil de los alumnos que ingresan a la UNAM: provienen de clase media urbana, de familias de asalariados, con ingresos mensuales ligeramente superiores a los de generaciones anteriores, cuyos padres tienen mejores niveles de escolaridad y que en menor proporción (15 por ciento) son hijos de campesinos y obreros.

En contraste, indicó que en la década de los setenta, la proporción de hijos de obreros y campesinos era de 20 por ciento o más y recibían menos de cuatro salarios mínimos en promedio.

"La carencia de oportunidades en educación superior ha llevado a una exclusión que es académica y en consecuencia, social, pero provocada por la saturación de lugares en la UNAM", indicó el investigador y secretario académico de la Coordinación de Humanidades de la UNAM.

Dijo que la "discriminación académica" se ha venido dando en los últimos diez años por el escaso crecimiento de opciones universitarias en el Distrito Federal, ya que desde hace décadas existe el mismo número de instituciones de educación superior sin que la demanda de ingreso se haya incrementado.

Rechazó que la elevación de las cuotas en la UNAM vaya a provocar una mayor exclusión de los jóvenes de bajos ingresos, pues dijo que experiencias de este tipo en otras universidades como la Autónoma de Aguascalientes han demostrado que la actualización de las cuotas no provoca un cambio en el perfil social de los estudiantes.

Consideró que la propuesta del rector Francisco Barnés de Castro de incrementar las cuotas es una forma de ejercicio de la autonomía universitaria y que contribuye a la sobrevivencia de la máxima casa de estudios que en los últimos años se ha enfrentado a dificultades financieras.