La Jornada 11 de noviembre de 1998

De la nada, acumuló en 6 años una fortuna de mil 100 mdd

Roberto González Amador Ť Cuando las autoridades financieras del país decidieron la intervención del Grupo Financiero Cremi-Unión, el 5 de septiembre de 1994, más allá de los quebrantos provocados por Carlos Cabal Peniche, se puso al descubierto la mayor fortuna creada en seis años al amparo de la relación entre el empresario y el ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

De la nada, Cabal Peniche acumuló en ese lapso una fortuna que en 1994 era valuada en mil 100 millones de dólares. Tenía el control de 91 mil 661 hectáreas para producción frutícola en el sureste del país y había adquirido la parte dominante de las acciones de las trasnacionales Del Monte Foods, Del Monte Fresh Produce e Interfruit Brasil. Lo mismo era propietario del equipo de beisbol de Tabasco que de la firma agroindustrial Gigante Verde, y de los hoteles Camino Real y Quinta Real.

La intervención de los negocios bancarios de Cabal Peniche fue la primera operación de rescate a que acudió el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), que en ese tiempo debió absorber pérdidas por 4 mil 650 millones de pesos, una cantidad a la que después se sumaron 700 millones de dólares en autopréstamos del empresario.

Carlos Efraín de Jesús Cabal Peniche, como es su nombre completo, nació en Mérida, Yucatán, hace 42 años. Emergió al mundo empresarial en 1988, cuando tomó las riendas de los quebrados negocios de su padre, Carlos Cabal Mérito.

Ligado a empresarios y políticos de nuevo y viejo cuño, Cabal Peniche -detenido ayer en Melbourne, Australia, mientras se hacía pasar como un italiano dedicado a la venta de quesos- construyó su historia empresarial al amparo de sus relaciones con el poder público.

Propietario de granjas, fincas, aserraderos, hoteles, tractocamiones, buques, restaurantes y empresas de diversos servicios, era, hasta tres meses antes de que se convirtiera en prófugo de la justicia, un verdadero ``mago de los negocios'', que se dejaba guiar por los consejos del sacerdote francés Jacques Charveriat, a quien presentaba como su ``guía espiritual''.

Su estrella para hacer dinero era tan brillante, que durante la celebración anual del Foro Económico Mundial de Davós, Suiza, en 1992, el ex presidente Carlos Salinas lo puso como ejemplo del empresario mexicano exitoso.

Sus negocios en el ramo agrícola los inició con el usufructo de 242.82 hectáreas sembradas de plátano en Tabasco, una entidad que adoptó como propia. Hasta antes de ser acusado por el gobierno de haber cometido fraudes en los bancos Cremi y Unión, controlaba 92 mil 661.23 hectáreas destinadas a la producción de frutas, esto es, 380 veces más que al inicio de su fugaz carrera empresarial.

En 1988 se asoció con Federico de la Madrid Cordero, hijo del ex presidente Miguel de la Madrid, y en esa época comenzó a administrar la platanera San Carlos del Golfo, dedicada a la producción de piña, melón y aguacate, así como a la industrialización de pescados y mariscos que exportaba a Estados Unidos, Canadá, Alemania, Nueva Zelanda y algunas regiones del sureste asiático.

De la Madrid Cordero negó, unos días después de que el gobierno intervino los bancos citados, conocer personalmente a Cabal Peniche o haber tenido relaciones de negocios ni de ninguna índole con el entonces prófugo de la justicia.

El 10 de noviembre de 1991, Cabal adquirió en 878.36 millones de pesos -en ese entonces nuevos pesos- el paquete mayoritario de las acciones del entonces Banco de Cédulas Hipotecarias, que luego cambió su nombre por el de Banco Unión.

Para convertirse en banquero, Cabal Peniche -un hombre sin antecedentes en el medio financiero- reunió en torno suyo a 250 empresarios, entre los que figuraban los ex gobernadores Jorge Salomón Azar, de Campeche; Mario Trujillo, de Tabasco, y David Gustavo Gutiérrez, de Quintana Roo, además de Salvador Neme Castillo, quien en 1994 era gobernador con licencia de Tabasco.

Entre sus socios se encontraba también el ex secretario de Gobernación José Patrocinio González Garrido.

En agosto de 1992, Cabal Peniche reunió en torno del Grupo Empresarial Mexicano a casi 300 empresarios de Tabasco, Chiapas y Sinaloa para comprar la empresa Del Monte Fresh Produce, con sede en Miami, que en ese entonces era considerada la tercera mayor comercializadora de frutas en el mundo. En esa operación contó con el apoyo crediticio de Nacional Financiera y de los socios que desembolsaron 560 millones de dólares.

Un año después adquirió 76 por ciento de las acciones de Cremi, las cuales eran propiedad del tapatío Raymundo Gómez Flores, con lo que al sumar los activos de Unión pasó a controlar lo que en ese entonces era el quinto banco en importancia del sistema financiero mexicano.

En julio de 1994 se hizo propietario de la compañía de alimentos más grande de California, Del Monte Foods, por la que pagó 277 millones de dólares y, a fines de agosto de ese mismo año, creó la Brasil Interfruit, para incursionar en el mercado mundial de plátano.

Su deseo de grandeza se reflejó en la construcción de un edificio de 40 pisos en Villahermosa, Tabasco, al que denominó Cabal.

Su caída comenzó en 1993, en pleno auge del salinismo, cuando el empresario comenzó a desviar recursos de los ahorradores de sus bancos para concederse autopréstamos, en un mecanismo fraudulento que fue descubierto por las autoridades hasta septiembre de 1994, a escasos tres meses de que concluyera la administración de Carlos Salinas de Gortari.

En la noche del 5 de septiembre de 1994, el entonces secretario de Hacienda, Pedro Aspe Armella, anunció la intervención gerencial de todos los intermediarios financieros del Grupo Financiero Cremi-Unión, al tiempo que un juez federal giraba una orden de aprehensión en contra de Cabal Peniche.

Según la versión dada a conocer esa noche por Pedro Aspe, el ya entonces prófugo de la justicia había realizado operaciones en Banco Unión que contravenían ``gravemente'' las disposiciones legales.

La decisión gubernamental, que fue hecha pública después de haber sido informada a los presidentes de los bancos nacionales durante una reunión privada con el titular de Hacienda, ocurrió luego de que las autoridades comprobaron que el Banco Unión había otorgado préstamos a diversas empresas que no contaban con el capital necesario para pagar los créditos.

De acuerdo con informes oficiales, Cabal obtuvo por medio de autopréstamos por lo menos 700 millones de dólares.

Pero además de incrementar su fortuna hasta reunir mil 100 millones de dólares, Cabal supo agradecer al poder público los beneficios que su amistad con los hombres poderosos del sexenio pasado le redituaba.

Recientes denuncias hechas por el PRD aseguran que Cabal Peniche constituyó fideicomisos para financiar las campañas electorales del actual gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo, e incluso la del presidente Ernesto Zedillo, en 1994.

Cabal Peniche es el tercer banquero mexicano que es detenido por la justicia para ser juzgado por haber cometido quebrantos a las instituciones financieras que presidían. Los anteriores fueron Angel Isidoro Rodríguez -apresado en España, extraditado a México y actualmente en libertad-, quien no ha renegado de sus ligas con el gobierno y el PRI, y Jorge Lankenau Rocha.