La Jornada 11 de noviembre de 1998

Presentará El Divino querella contra el titular de la CNBV por falsificación de firmas

Roberto Garduño Ť Ni las pruebas de los fraudes que presentó hace dos años la Procuraduría General de la República (PGR) en contra de Angel Isidoro Rodríguez Sáez, El Divino, por haber autorizado y ratificado créditos quirografarios y refaccionarios en perjuicio de Banpaís resultaron suficientes para que ahora el ex banquero anuncie que la semana próxima demandará penalmente al presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Eduardo Fernández, por falsificación de firmas.

La reacción de El Divino pretende inculpar al titular de la comisión referida por haber falsificado 26 rúbricas, que a decir de Rodríguez Sáenz sirvieron para inculparlo por un quebranto patrimonial de 34 millones 732 mil 597 pesos.

Trascendió que Rodríguez Sáez ya habría llegado a una acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para rembolsar, en vario pagos, el monto del fraude contra su mismo banco, pero no se dieron a conocer las formas en que habrían de realizarse las aportaciones.

Rodríguez Sáez: una historia negra

Una vez libre en México, sobre El Divino recaen varios hechos que lo vinculan a manejos turbios en Banpaís. Uno de ellos ocurrió en diciembre de 1992, cuando Ramiro Solís Suárez y Fernando Vargas González -entonces funcionarios del citado banco- autorizaron a la empresa Mexival Trading un crédito quirografario por 14 millones 30 mil pesos, sin que se hubieran realizado los estudios de viabilidad económica, plazos de recuperación y clasificación administrativa.

Rodríguez Sáez, que entonces fungía como presidente del Consejo de Administración de Banpaís, ratificó el préstamo aun cuando las irregularidades del caso eran manifiestas y se violaba la Ley de Instituciones de Crédito.

De acuerdo con las investigaciones de la PGR, El Divino conocía la incapacidad económica de Mexival Trading, porque él era el presidente del Consejo de Administración de la misma; tan sólo en aquella ocasión causó a Banpaís un daño patrimonial de 59 millones 686 mil pesos.