Masiosare, domingo 25 de octubre de 1998


Elecciones a la tampiqueña


El gobernador contra todos


Alberto Aguirre M.


El anuncio no funcionaría en Sinaloa. Con su perfecto espanglish, Oscar de la Hoya, campeón mundial y verdugo de Julio César Chávez, invita a votar por ``el futuro'', por Tomás Yarrington y el PRI. La cara boxística del desmesurado despliegue de recursos que, según sus adversarios, encabeza el gobernador Manuel Cavazos y que hoy definirá la elección de Tamaulipas: el cálculo opositor es que, en sólo un mes, los candidatos priístas gastaron 87 millones de pesos

Nuevo Laredo, Tamaulipas.- La desalinización de los gobiernos estatales todavía es incompleta.

Explica la idea Andrés Manuel López Obrador: ``En los últimos años, estados como Aguascalientes y Zacatecas expulsaron a herederos del legado político de (Carlos) Salinas de Gortari. Tamaulipas se había quedado rezagado... pero ahora estamos muy cerca de limpiarlo. La gente está harta del PRI, del gobernador y de que quieran imponer a un alumno de esa escuela''.

El dirigente nacional perredista resume las últimas ocho semanas tamaulipecas, la áspera contienda por la gubernatura que ocurre lejos de la atención nacional y confronta a tres protagonistas:

Tomás Yarrington, un joven tecnócrata, ``heredero de sali-cavacismo'', es el candidato del PRI. Con él juegan Gustavo Cárdenas Gutiérrez, por el PAN, y Joaquín Hernández Correa, por el PRD, quien usufructa el capital político de su padre, el mítico líder petrolero La Quina.

Hoy se resuelve el crucigrama tamaulipeco (más de un millón 650 mil electores elegirán gobernador, 19 diputados y 43 alcaldes). El resultado, auguran propios y extraños, sería favorable al PRI por la gubernatura -a pesar de los estrechos márgenes-, mas no así en los demás cargos en disputa.

Con una participación electoral superior a 65%, en Tamaulipas las tendencias señalan que prevalecerá un comportamiento favorable a la oposición en los cinco municipios con mayor población.

Los candidatos

Los siete partidos que tienen registro estatal presentaron candidatos a la gubernatura de Tamaulipas. Pero sólo PAN, PRI y PRD tienen posibilidades de triunfo.

Cada aspirante debió batallar para ser nominado.

Desde que inició el sexenio de Manuel Cavazos Lerma, Gustavo Cárdenas Gutiérrez se perfiló como el candidato del PAN. En la elección de 1992 -en la que su padre, el empresario radiofónico Jorge Cárdenas compitió contra Cavazos, postulado por una coalición conformada por PAN y PRD- fue electo alcalde de Ciudad Victoria, la capital del estado.

En torno de él se agruparon panistas ``tradicionales'' y los nuevos cuadros, opuestos a las últimas dos dirigencias estatales, en manos de panistas de Reynosa.

Cárdenas dejó en el camino a los alcaldes de Matamoros, Roberto Sampayo, y de Tampico, Diego Alonso Hinojosa. Les ganó de calle.

Cavazos quiso evitar a toda costa que Gustavo fuera el candidato, porque sabía que su popularidad -como alcalde de Victoria peleó de forma constante con el gobernador- ``estaba por las nubes'', dice Roberto Salinas, dirigente local del PAN.

Yarrigton le ganó la candidatura al senador Marco Antonio Bernal, a Oscar Lluebert, alcalde de Reynosa, y a Antonio Sánchez Gochicoa, subsecretario de Sedeso, en una contienda impugnada por el ex negociador para la paz en Chiapas.

``Treparon a un candidato en el caballito del presupuesto y así no se puede'', se quejó. Pero finalmente se impuso la disciplina.

Joaquín Hernández Correa derrotó a su compañero de bancada, Juan Antonio Guajardo, y a Antonio Martínez Torres.

Tampoco salió limpio. Guajardo impugnó el proceso: acusó a la dirigencia nacional del PRD de haberlo manipulado.

En la elección de 1997 Hernández Correa otorgó 60 mil votos al PRD en la zona petrolera. Nadie de los 300 diputados de mayoría, excepto Lázaro Cárdenas Batel, obtuvo más votos en todo el país.

Cavazos, ¿con Yarrington?

Los dirigentes de la oposición tamaulipeca coinciden: el gobernador Cavazos Lerma es autoritario, represor y proclive al espionaje y la intriga. Puede ser, como dicen los priístas locales, un asunto de ``percepción torcida''. Lo cierto es que durante el sexenio el ex colaborador de Carlos Salinas ha mostrado pocas artes.

En dos relevos municipales que le ha tocado manejar ha perdido de forma contundente.

En 1995, sus candidatos a las alcaldías más importantes cayeron de manera estrepitosa. En la capital perdió César Castro -yerno de Fidel Velázquez. También fueron derrotados dos de sus más cercanos colaboradores: en Matamoros, Homar Zamorano, su ex secretario particular, y en Altamira, Sergio Carrillo, ex director del Coplade.

Zamorano y Carrillo repiten como candidatos del PRI, nuevamente con la bendición de Cavazos. Como ellos, otros 26 ex funcionarios de la administración estatal dejaron sus puestos para postularse.

Aquí se dice que el gobernador reconoce a sus amigos, pero no respeta lealtades políticas. Ejemplos abundan: Zamorano y Cavazos comparten su origen campesino y un añeja amistad. Otro de sus ex secretarios, Javier Villarreal, es candidato en Ciudad Mante.

En la selección interna de candidatos a las alcaldías por el PRI, Cavazos chocó con su partido... y perdió.

Ahora que el presidente Ernesto Zedillo ``se cortó el dedo'', Cavazos quiso perpetuar su influencia en la entidad a través de Tomás Yarrington.

Aquí no se recuerda que el ahora candidato priísta haya desarrollado una carrera política en la entidad. Y es que siempre trabajó en el gobierno federal. Parte importante de su carrera la hizo al lado del ahora gobernador de Coahuila, Rogelio Montemayor Seguy, en el INEGI y en la extinta Secretaría de Programación.

Allí se vinculó con Cavazos, a cuyo lado ha desarrollado una carrera meteórica. Sucesivamente ha sido diputado federal, alcalde de Matamoros, presidente del PRI estatal (encargado de las elecciones en 1997), secretario de Hacienda y candidato a gobernador.

Apenas ocho meses estuvo como funcionario estatal. Sus adversarios acusan que en ese lapso entregó recursos y estableció un programa de microcréditos a empresarios sólo para construir su candidatura.

A la tampiqueña

En el arranque, el PRI y el PAN llenaron de publicidad estática las calles de las principales ciudades.

Gustavo mostró un activismo denodado. Se le veía lo mismo en comunidades rurales del interior, que en las colonias populares, entregando obsequios y ofreciendo dinero para solucionar los problemas.

Pero esas primeras semanas también fueron tortuosas para Cárdenas. En los medios locales se supo del juicio mercantil que enfrenta en Sonora y que lo responsabiliza de un fraude por tres millones de dólares. ``Es el costo que tuve que pagar por enfrentar al sistema'', dice.

Los ataques enfriaron su campaña.

``Cuando el discurso rijoso se le acabó, se quedó sin nada... y nos abrió el paso'', recuerda Martínez Torres, ahora coordinador de la campaña de La Quinita.

El ahora perredista dice que el PRI también se equivocó: ``Quisieron hacer impopular a Gustavo, le cargaron la mano y obtuvieron el resultado inverso: le dieron la posibilidad de publicitarse como un mártir y su imagen se fue a las nubes''.

Víctima de su propio juego, el PRI teminó demandando a Cárdenas Gutiérrez por difamación y calumnias, pues acusó al gobernador Cavazos de ser el responsable del incremento de los índices de violencia y del narcotráfico, lo cual hace ``suponer un maridaje entre narcos y el gobierno actual''.

Un millón de calcomanías

El 15 de julio, cuando apenas habían transcurrido dos semanas de las campañas, el Centro de Estudios de Opinión de la Universidad de Guadalajara difundió los resultados de una encuesta sobre la preferencia electoral de los tamaulipecos:

Tomás, 56.9%; Joaquín, 14.7%, y Gustavo, 13.3%.

En los tres meses siguientes, aparecieron por lo menos media docena de sondeos que no reportan variación alguna, salvo en los porcentajes para los candidatos de la oposición.

¿Tan exitosa ha sido la campaña de Yarrington?

``Las encuestas son el reflejo de lo que ha gastado el PRI en su campaña'', ataja Roberto Salinas. Por sugerencia suya, el PAN contrató al auditor Carlos Javier Lara Torres para elaborar una ``pericial contable'' de la campaña de Yarrington.

Del reporte de Lara Torres (sólo de septiembre), se desprende que el PRI colocó:

-100 mil pendones

-mil 400 spots en 70 radiodifusoras

-405 promocionales en 25 televisoras

-100 espectaculares

-200 kilómetros de pasacalles

-100 mil camisetas y saleros

-Un millón de calcomanías

-10 mil mandiles

-30 mil gorras

-300 mantas

-Pintas en mil 500 bardas

-Un millón de trípticos

-Un millón y medio de cartas personales.

Todo con un costo de 55 millones 764 mil 500 pesos, cantidad a la cual debe sumarse 31 millones 260 mil pesos de gastos de operación y logística (nómina, brigadistas, combustibles, movilizaciones). En total, 87 millones de pesos.

Para estas fechas, según Roberto Salinas, la cifra se habría triplicado. El perredista López Obrador afirmó que el PRI había gastado más de 300 millones de pesos, a los que deben sumarse las obras ``clientelares'' del gobierno de Cavazos.

Además de la promoción de Yarrington, coinciden las dirigencias locales del PAN y del PRD, la inversión del PRI ha incluido despensas, láminas y materiales de construcción, los cuales entregan a quienes a cambio dan su credencial de elector.

Los desmesurados gastos no han hecho a los candidatos priístas más populares.

A mediados de septiembre, Yarrington se quiso lucir durante un juego de béisbol de los Correcaminos. Pero cuando lo anunciaron por el sonido local los casi 20 mil asistentes lo abuchearon. El candidato fue sacado del lugar por su equipo de seguridad.

Hace dos semanas su equipo tuvo que cortar una gira por la zona popular de Ciudad Victoria, cuando la gente coreó ``Gustavo, Gustavo, Gustavo...'', al verlo llegar.

El capítulo Tamaulipas

En 1995 el PRI ganó 33 de las 43 presidencias municipales, pero perdió en cinco de los diez municipios más poblados. Con el PAN perdió en Matamoros y Tampico, con el PRD en Ciudad Madero y Río Bravo, y con el Partido Cardenista, en Altamira.

En esa elección el PRI y la oposición obtuvieron el mismo número de votos.

Para esta elección de gobernador sonaba lógica la idea de una alianza PAN-PRD. Había el antecedente de los pasados comicios, en la cuales ambos partidos postularon al ex parmista Jorge Cárdenas para competir con Cavazos Lerma y que resultó una experiencia fallida, porque apenas obtuvo 25% de los votos válidos.

Grupos locales de ambos partidos buscaron la alianza. Curiosamente, Porfirio Muñoz Ledo -que en Tamaulipas tiene el control de los viejos grupos comunistas- no autorizó a la dirigencia estatal asociarse con los Cárdenas.

Después de las elecciones federales, en las que alcanzó 26% de los votos, el PRD decidió irse solo.

Al final de las campañas existieron esfuerzos para jalar juntos.

El martes 13, en Reynosa, Felipe Calderón lanzó un exhorto público al PRD para ``darle utilidad al voto por la oposición, en el entendido que el único candidato que le puede ganar al PRI es Gustavo...''

Tras el pleito entre sus líderes nacionales, panistas y perredistas tamaulipecos vieron esfumarse las posibilidades de un frente común.

Según las cuentas del PAN, el PRD obtendrá sólo un décimo de los votos. Una porción que quizá les haga falta, porque en ese mismo rango ubican la diferencia con el PRI.

Ese escenario ubica a La Quinita como el fiel de la balanza.

Imagen populachera

Después del 25 de octubre, en Tamaulipas se extinguirán los dinosaurios salinistas, promete Gustavo Cárdenas, quien respalda su aseveración en encuestas elaboradas por el PAN, que lo ubican 10 puntos arriba.

El panista se posicionó en las últimas semanas de tal manera que prácticamente "empató" con Yarrington en las preferencias, gracias a su estrategia mercadológica.

Como en otros estados, el PAN creó aquí un candidato populachero. El joven Cárdenas cambió su peinado y su gusto por las camisas blancas. Se vistió de azul y de mezcilla. Nació el ``golpeador verbal'' de Cavazos y el PRI.

Empezó a decir en sus mítines que Cavazos había echado a andar una estrategia salinas-cordova-cavacista para que la sociedad no vote libremente.

-¿Qué actitud asumiría si pierde?

-Lejos de arredrarnos o intimidarnos, vamos a seguir luchando por que se democratice realmente a nuestro estado. Sabremos perder, si perdemos limpiamente. No me voy a rajar. Estaremos al pie de la defensa del voto los tamaulipecos.

***

En perfecto espanglish, Oscar de la Hoya, el campeón mundial superwelter que derrotó a Julio César Chávez, aparece en uno de los spots televisivos. En ellos, invita a los tamaulipecos a votar por ``el futuro'', por Tomas Yarrington y por el PRI.

Esta es una de las líneas de ``vanguardia'' que los estrategas contratados por el candidato priísta en la ciudad de México le recomendaron. En su equipo no aparecen líderes locales, al menos en las áreas de planeación: con él están Jimmy Taylor, quien llegó a México contratado por la consultora Burson-Mastieller, y los mexicanos Eduardo García Murillo y Gisela Ruback, coordinadora de los seminarios de mercadotecnia política del ITAM.

Para los cierres de la campaña, el PRI llevará a los siete principales centro poblacionales a conjuntos de música grupera: Los Tigrillos, Intocable, Pesado, Los Cardenales, Los Cadetes de Linares, Los Invasores, Ramón Ayala y Los Palominos, Los Traileros y Vaivén del Amor.

Mientras los priístas se preparan para la fiesta, en todo el estado trabajan ``policías antimapaches'' del PAN y del PRD. Ya se anotaron éxitos: descubrieron dos cargamentos de despensas que el PRI pretendía repartir entre votantes de Altamira y Nuevo Padilla.

Entre los ``cazamapaches'' del PRD se encuentra un grupo de enviados del gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal.

Con su candidato a modo ya enfilado hacia la gubernatura, Manuel Cavazos Lerma ha recibido ofrecimientos del Tec de Monterrey y del ITAM para impartir cátedras.



El hijo de La Quina en campaña

Allá ellos

Ciudad Mante. Han pasado casi diez años y aquí no pueden olvidar a La Quina. El acto de campaña de su hijo, el diputado Joaquín Hernández Correa, se convierte en una evocación del legado del líder petrolero.

Lo mismo pasa en Aztecas, Nueva Polonia y Plan de Ayala, comunidad donde el candidato del PRD recibe un reconocimiento... para que lo entregue a su padre.

¿Resurge el quinismo?

El candidato responde:

``A mi padre le tomó más de 40 años. Es cierto, esta campaña ha sido de muchísimo agradecimiento de la genteÉ todo eso lo he venido recogiendo. Obviamente es un capital político importante''.

Un capital que no ha rendido buenos dividendos. Un informe del delegado del PRD en Tamaulipas, Manuel Ortega, detalla el drama: las primeras semanas se mantuvo ``replegado'' y ``no logró subirse al ring'' electoral; el CEN le negó apoyos ``por diversos cuestionamientos'' y debió enfrentar el boicoteo de los perredistas que ocupan formalmente la directiva estatal.

A unos días de la elección, La Quinita invoca a su padre.

``Sé que tengo dos oportunidades claras de ganar: una radica en el hartazgo social hacia el gobierno de Cavazos. La otra tiene fundamento en el trabajo social de mi padre''.

Afirma que como gobernador, imitaría el estilo de La Quina, que ``le dijo al gobierno cómo se deben hacer las cosas sin que lo entendieran''.

Pero se le ve desesperado ante la avalancha de recursos que el PRI y el gobierno estatal esparcieron. ``Le apostamos a que la gente no se deje. ¿Qué va a ocasionar que voten por el PRI? Que siga la corrupción, la miseria, el desempleo. Pero si ellos no aprendieron de lo que les enseñó mi padre y quieren seguir igual, allá ellos''.



De pronóstico reservado

Matamoros, Reynosa, Tampico y Nuevo Laredo, los cuatro centros urbanos más importantes, concentran 59.8% de los electores. En otros siete municipios con poblaciones medias -Ciudad Victoria, Altamira, Ciudad Madero, San Fernando, Río Bravo, Valle Hermoso y Ciudad Mante- está 21% más.

En estos lugares, por lo menos desde hace diez años, los electores tamaulipecos votan distinto por gobernador, alcalde y diputados locales. Un voto diferenciado que tiene su primigenia cuando en 1974 Carlos Cantú Rosas ganó la alcaldía de Nuevo Laredo por el PARM.

Los escenarios que han construido los estrategas electorales de los partidos coinciden:

En el último mes se ``cerró'' la disputa por la gubernatura y se forjó un imprevisto escenario ``de alta competencia''. El PRI en la primera etapa de las campañas; el PAN se acercó y luego sufrió un desplome, y el PRD pudo reponerse de sus errores.

En los municipios fronterizos -Nuevo Laredo, Matamoros, Reynosa y Río Bravo- la pelea está ``alineada''. Y los candidatos de la oposición llevan la delantera.

En la zona sur, el PRD -arropado en el quinismo- mantendrá el control.

En la mitad de los distritos electorales en disputa (19) el PRI corre el riesgo de perder.

En las demás regiones del estado -centro, las costas, la zona cañera y las regiones serranas-, la batalla es entre PRI y PRD.

El PAN dice aventajar al PRI en 22 de los 43 municipios, y en nueve de los 19 distritos de mayoría. Su expectativa es ganar en Tampico, Ciudad Victoria, Matamoros, Reynosa, Valle Hermoso y Miguel Alemán. El PRD asegura que se llevará 15 municipios, entre ellos Ciudad Madero, Río Bravo, Soto la Marina y Altamira.

Los escenarios de ``alta competencia electoral'' -con las tendencias ``alineadas'' (parejas) entre el PRI, el PAN y el PRD- se presentan en Nuevo Laredo, Reynosa, Ciudad Victoria, Tampico, San Fernando, Ciudad Mante y Matamoros.

Los operadores electorales coinciden también en que la cifra mágica es 400 mil votos. Quien los obtenga tendrá asegurada la gubernatura sin impugnaciones. Un rango menor pondría en peligro la legitimidad de la elección, quien quiera que gane. Los priístas creen que si Yarrington gana con una diferencia mayor de 40 mil votos, la entidad quedaría libre de un conflicto poselectoral.



Los tropiezos de Cavazos

El gobernador Manuel Cavazos Lerma no pudo quedarse con todo. Enfrentado al PRD y al PAN, también tuvo dificultades con su propio partido, en su afán de imponer candidatos que le fueran afines.

En Ciudad Victoria iba con Enrique Garza Tamez, pero los Cárdenas hicieron candidato al hijo del exgobernador echeverrista. En Tampico, el gobernador impulsó a Antonio Braña, excoordinador estatal del Coplade, pero los petroleros fueron con Francisco Rábago, impulsor de la fallida candidatura de Bernal.

En Ciudad Madero, Cazavos iba con Guadalupe González Galván -el notario que dio fe de los hechos por los que se encarceló a La Quina en 1989- pero los petroleros no lo dejaron e hicieron candidato a Lázaro Mata, líder del gremio.

En Nuevo Laredo, se perfilaba el agente aduanal Arnulfo Tejeda Lara con el aval del gobernador, pero Yarrington intervino a favor del empresario Horacio Garza Garza. En Reynosa, Oscar Alexander perdió con Luis Gerardo Higareda. En Ciudad Miguel Alemán, Raúl Rodríguez Barrera, sobrino de Diódoro Guerra, director del IPN, le tumbó la candidatura a Leobaldo Garza, líder del grupo Lucha Social.

La disputa por las candidaturas locales fue una nueva edición de las pugnas que han tenido Cavazos y el ex gobernador y ex senador Enrique Cárdenas González desde hace seis años.

Informes oficiales refieren que Cavazos Lerma rivalizó con Cárdenas González por el control político de la entidad -aquí, se le responsabiliza de haber vinculado al ex senador en el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu- y que infructuosamente intentó consolidar su propio grupo político, apoyado en otro salinista, Hugo Andrés Araujo de la Torre; en José Guadalupe López Tijerina, de la sección 30 del SNTE; y en Leocadio Mendoza Reyes, secretario general de la Federación de Trabajadores de Tamaulipas, de la CTM.

Un hijo de Cárdenas -Enrique Jr.-, compite por la alcaldía capitalina por el PRI y su sobrino Gustavo, por la gubernatura bajo las siglas del PAN.

Los reportes señalan que Cárdenas González apoya a los dos. Y que ha montado un ``centro de apoyo'', equipado con equipos de radiocomunicación y cómputo, que lo mismo brindará servicio al panista que al perredista.

Su hermano Jorge, perdedor de la elección de 1992 con Cavazos, reapareció en la política local este año. Buscó la candidatura del PAN por Matamoros, pero desistió. Ahora, se le ve en los mítines de su hijo.