El feminismo en la UAM:
una nueva maestría

Eli Bartra


Aunque son muchos los cursos que se han dado ya en México acerca de la mujer y el género, desde marzo de 1988 la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco (UAM-X), ofrece la primera y única maestría en Estudios de la Mujer que existe en el país. Sus antecedentes: el Curso de Actualización en Estudios de la Mujer, iniciado en 1989, y luego la Especialización en Estudios de la Mujer. En el primer año se tendrá la posibilidad de obtener un diploma como especialista, y concluido el segundo, más una tesis, el título de maestría.

Con el área de concentración Mujer y relaciones de género del doctorado en Ciencias Sociales, la UAM-X es en el único lugar en donde se pueden hacer estudios de posgrado sobre la mujer, en todos sus niveles: especialización, maestría y doctorado.

Es importante señalar que si bien los Estudios de la Mujer son resultado del movimiento feminista, no representan su ''brazo académico''. Son dos espacios bien diferenciados, que tienen una lógica y un modo de funcionar distinto. La institución impone una serie de reglas que no existe en el movimiento.

Hay semejanzas: la preparación académica da en las estudiantes, casi indefectiblemente, un abrupto despertar de la conciencia en cuanto a la propia condición social. Pero, a diferencia de lo que se puede dar en un grupo del movimiento, no es posible canalizar su descontento dentro de la propia academia, lo que a veces produce malestar entre las estudiantes por lo que significa estar estudiando la condición de las mujeres, la propia historia, y no siempre poder, en el mismo espacio, emprender la lucha por transformar la inequidad social.

Hasta ahora, son muy pocos los varones que cursan estos estudios, y no es el hecho de estudiar a las mujeres lo que mantiene a los hombres lejos. La ginecología es una especialidad fundamentalmente de hombres. Creo que es justamente el vínculo existente entre el feminismo y los Estudios de la Mujer lo que los mantiene -por ahora- alejados.

Supongo que en la medida en que dichos estudios se vayan legitimando por la vía de la institucionalización, y también en que se integren docentes varones, habrá cada vez más estudiantes hombres.

¿Será que en el futuro los Estudios de la Mujer se convertirán en una ''especialidad'' de los hombres? Tenemos nuevos retos en el horizonte, ¿cómo romper la marginación, la ghettificación de los Estudios de la Mujer? Y si para ello incluimos a los hombres, ¿cómo evitar al mismo tiempo que se adueñen, que se enseñoreen del campo?