La Jornada 9 de septiembre de 1998

En cuatro años aumentaron de dos a 100 las unidades de élite del Ejército

Jesús Aranda Ť La modernización del Ejército Mexicano con miras al siglo XXI se fundamenta en la regionalización y descentralización de sus mandos, en la creación de fuerzas especiales capaces de responder de manera inmediata a contingencias del exterior o internas, así como en el trabajo de contraespionaje y la formación sólida de las nuevas y presentes generaciones de militares. De acuerdo con información de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), se incrementó el número de Grupos Aéreos de Fuerzas Especiales (GAFES), y tan sólo en los últimos cuatro años pasaron de dos unidades a un total de 100, con la adición del grupo anfibio creado apenas este año.

La dependencia incluye en su proyecto de modernización el ``orientar con la totalidad de su energía'' acciones que contribuyan a la fortaleza del Estado mexicano.

Para ello, fue impulsado el desarrollo de regiones militares (12 en total), con lo que, dependiendo de las características geográficas, división territorial, militar, despliegue estratégico y necesidades operativas, se logró descentralizar el adiestramiento, funciones tácticas, logísticas y administrativas, que dependen directamente de los comandantes de región en todo el país.

Este proceso de ajuste del Ejército llevó a la creación de dos zonas militares más en el último año (una en Guerrero Negro, Baja California, y otra en Puerto Vallarta, Jalisco) para sumar un total de 41, cuyos comandantes son los responsables de las decisiones operativas, logísticas, de adiestramiento, administrativas y de finanzas, de acuerdo con la problemática que presentan las unidades a su cargo.

De esta manera, se añade en la información de la Sedena, los comandantes de zonas y regiones militares ``materializan la descentralización'' de operaciones mediante la concepción, preparación y conducción de las mismas en las operaciones siguientes:

Operación Azteca; restauración del orden interno; operación frontera; seguridad de instalaciones vitales, así como acciones en auxilio de la población civil.

Soberanía y orden interno

En lo que se refiere a la salvaguarda de la soberanía nacional y el mantenimiento del orden interno, las Fuerzas Especiales juegan un papel creciente y fundamental, ya que cuentan con la movilidad aérea y el personal capacitado para hacerle frente a cualquier contingencia.

En este contexto, destaca el hecho de que en 1994 el Ejército Mexicano contaba con un grupo de GAFES que dependía del alto mando, dos unidades y una compañía de Fuerzas Especiales. Estas últimas están capacitadas para realizar operaciones militares en el desierto, la selva, anfibias, de buceo y aeromóviles.

Para 1995, además de los GAFES, dependientes del alto mando, había otro grupo similar y 10 unidades, las cuales eran subordinadas de las regiones militares.

En 1996 se mantuvo el esquema de GAFES que estaban a las órdenes del alto mando, un grupo adicional y otros 12 en igual número de regiones militares del país, para un total de 14 unidades.

Para 1997, los cuerpos de élite estaban conformados de la manera siguiente: un Grupo de Fuerzas Especiales; GAFES del alto mando, 24 en las regiones militares, 40 en las zonas militares, y un grupo de Fuerzas de Intervención Rápida, para totalizar 66 unidades.

En ese año, la composición de estas fuerzas creció a un grupo de Fuerzas Especiales, GAFES del alto mando, 24 en las regiones militares, 41 en las zonas militares, Fuerzas de Intervención Rápida, GAFES ICE en la Policía Militar; 10 GANFES (anfibios) en regiones militares, 20 en zonas militares; y un Escuadrón de Fuerzas Especiales; lo que da un total de 100 unidades.

De acuerdo con información obtenida en la dependencia, los grupos de anfibios son destinados, en su mayoría, a atacar los cargamentos de droga, los cuales son ``bombardeados'' por aire en las costas del caribe, principalmente.

Otro aspecto importante que desarrolla la Sedena es la educación militar. Es atendida la educación ``integral y armónica'' de los cuadros de mando del instituto armado a través de una ruta profesional con una variedad de ciencias y disciplinas que hace posible el desempeño de tareas ``netamente castrenses'', además de otras ``de aporte social, que benefician a la población''.

Asimismo, se incrementó el número de militares que recibieron cursos en el extranjero en países como Estados Unidos, Rusia, Ucrania, Guatemala, Israel, España, entre otros. En los últimos años han sido preparados un total de 4 mil 173 oficiales en el exterior, de los cuales mil 498 lo hicieron entre 1978 y 1994, y 2 mil 675 de 1995 a mediados de 1998.