Masiosare, domingo 3 de mayo de 1998


Obispos vs


TENTACIONES


Jesusa Cervantes


La historia es vieja. Gabriel se consume en las llamas del purgatorio frente al dilema: su vocación sacerdotal o el amor por Julia. Un culebrón que tuvo éxito en Colombia. Una telenovela, Tentaciones, que ha comenzado a transmitirse por Televisión Azteca. Un motivo para desatar la furia de los jerarcas católicos y de un pequeño grupo de amas de casa contra lo que consideran un atentado a su fe católica.

Tormenta contra las tentaciones.

Desde Guadalajara, el cardenal Juan Sandoval Iñiguez ha anunciado que enviará cartas de protesta a la Secretaría de Gobernación y Tv Azteca porque la producción de la empresa Argos ``atenta contra las buenas costumbres'' y puede generar una idea equivocada del sacerdocio.

Grupos como Pro Vida y la Unión Nacional de Padres de Familia, además de mujeres que se presentan como ``ciudadanas espontáneas'', han comenzado una labor en escuelas y otros sitios públicos para buscar que la telenovela sea cancelada.

Ya le mandaron una carta a Ricardo Salinas Pliego, socio mayoritario de la televisora, donde lo censuran: ``Es fácil ganar raiting fomentando y presentando de la manera más burda temas morbosos e inmorales''.

Epigmenio Ibarra, el productor de la telenovela, se llevó la peor parte. En una carta enviada a Salinas Pliego el miércoles pasado, la señora Guadalupe Rojas de García lo califica como un ``Judas que, a cambio de dinero, vende lo más sagrado y que, como Judas, terminará desesperado, ahorcándose si no respeta su religión''.

Si Mirada de mujer agitó las buenas conciencias, Tentaciones les resulta inadmisible.

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El sacerdote Gabriel Segovia (José Angel Llamas) se enamora de la empresaria Julia Muñoz (Lorena Rojas), quien además es su prima. Gabriel sufre el dilema de escoger entre Dios y Julia, y padece por haberse traicionado a sí mismo y a su vocación.

La historia sucede en el seno de una familia llena de tormentas. El padre de Gabriel ha sido infiel. Su madre es alcohólica. Y encima aparece Martín Farías (Omar Fierro), un hombre rico y poderoso obsesionado con Julia.

Todos los ingredientes, vaya, de un melodrama.

Claro, con asideros en la vida real.

``Sabemos que un sacerdote no es un ángel y que está sujeto a tentaciones, pero de eso a exhibirlo hay un paso muy grande'', sentencia Genaro Alamilla, obispo emérito de Papantla, ex vocero del Episcopado y famoso por su frase de ``me importan el 95% de católicos, los demás me valen''.

Como Sandoval Iñiguez, Alamilla propone la acción directa y sugiere que el cardenal Norberto Rivera proteste contra Tentaciones, que le resulta un atentado a la Iglesia y ``la mayoría nacional, que es de fe católica''.

Pero no todo es plano entre los jerarcas de la Iglesia. Antonio Roqueñí, ex asesor jurídico del cardenal Ernesto Corripio Ahumada, considera adecuado que las dudas que rodean a la carrera sacerdotal se ventilen en los medios. ``Estos casos siempre se han dado en la Iglesia, el celibato causa conflictos personales''.

Roqueñí considera que las protestas provienen de gente de ``moral sumamente estrecha`` y sugiere no hacer un escándalo de una problemática que, presentada ``de manera respetuosa, no afecta, porque es real''.

Aunque los televidentes sean cientos de miles y las mujeres que protestan apenas media docena, el obispo Alamilla sentencia: ``Nadie quiere esos espectáculos que propician el sexo indebido''.

Quizá por eso, previsores, miembros de la arquidiócesis de México visitaron al escritor del melodrama, Bernardo Romero, unos días antes del inicio de la telenovela. Querían saber, dice el autor, ``de qué diablos se trataba Tentaciones''.

A los enviados del cardenal Norberto Rivera, el escritor les explicó que no se pretendía cuestionar al sacerdocio ni a la Iglesia, sino la forma en que se juega con el destino de una persona a la cual no se prepara para ser cura.

A punto de arrancar los más de 200 capítulos, el productor Epigmenio Ibarra buscó intercambiar puntos de vista con gentes de la arquidiócesis.

Mujeres y Pro Vida

Aún no se transmitía el primer capítulo de Tentaciones cuando María Gutiérrez de Vértiz envió una carta a diversos medios de información: una protesta ``enérgica'' por la telenovela que ``se pretende lanzar al aire''.

La señora Gutiérrez de Vértiz advirtió: ``Nos defenderemos con todos los medios a nuestro alcance. El tesoro de nuestro país son sus valores morales y la integridad de sus familias''.

Y lo cumplieron. El lunes 27 ya estaban protestando ante la Secretaría de Gobernación e incluso trataron el drama del padre enamorado con el director de Radio, Televisión y Cinematografía, Carlos Reta.

Antes de acudir a Gobernación, el grupo de mujeres, que en todas sus declaraciones ha asegurado no pertenecer a ninguna organización, solicitó a Pro Vida, que encabeza Jorge Serrano Limón, ``orientación'' para enfrentar el asunto.

José Manuel Cruz, vocero de Pro Vida, explicó que entregaron a las señoras documentación sobre el productor de Tentaciones, Ibarra, donde se habla de su trayectoria y las declaraciones que ha hecho a la prensa, además de un informe sobre Ricardo Salinas Pliego, para que las damas tuvieran argumentos ante las autoridades.

Uno de los documentos entregados a las señoras antiTentaciones recoge la promesa de Salinas Pliego antes de ganar la concesión de Tv Azteca: ``Enaltecer y no atacar los valores nacionales y hacer caso de las protestas y descontento que pudieran provocar sus programas''.

Con esas armas, las mujeres pidieron a Reta la suspensión de Tentaciones porque Salinas Pliego no cumplía su palabra ni la ley, según dijo José Manuel Cruz.

Pro Vida entró también al juego de descalificaciones. El pasado jueves integrantes de la organización y el presidente de la Unión Nacional de Padres de Familia, Ricardo Esponda, participaron en el programa En Voz Alta de Radio Fórmula.

Ahí protestaron ``porque Tentaciones hace escarnio y caricaturiza al sacerdocio por la forma en que presenta su dilema''.

Pro Vida dijo que por el momento no participará en la cruzada nacional de repudio a Tentaciones , pero que si dentro de dos semanas esto no se soluciona, ``iniciaremos un boicot contra la televisora y todos sus anunciantes''.

Si acaso un besito

El escritor de Tentaciones, Bernardo Romero, se muestra sorprendido por la reacción de algunos grupos ``radicales'': ``Lo que el público no ha entendido bien, y espero que lo haga, es que no estoy cuestionando al sacerdote ni a la religión católica''.

El escritor pide el beneficio de la duda y subraya que ``apenas ayer (martes) ella (Julia) descubrió que es sacerdote y son primos, si acaso ha habido un besito; no se ha dicho nada distinto ni se ha hablado del problema del ser humano, pero la gente ya se inventó cosas. Hay que esperar y ver cómo se trata el personaje''.

Cinco capítulos al aire y Romero no cabe en su desconcierto: ``Sabía que México es un país muy religioso pero no pensé que fuera tan radical o que hubiera grupos tan radicales, respetables por supuesto, pero también pienso que no debería estar prohibido cuestionar una profesión de manera respetuosa''.

Tiempo, pide Romero, porque aún no se desarrolla la trama y ya alguna gente ``se inventó la novela completa''.

Y mientras el melodrama sigue su curso, las agrupaciones y mujeres continúan armando algo que Epigmenio Ibarra llama ``la gran cruzada contra Tentaciones''. Una cruzada que va de los ataques en medios de comunicación hasta la distribución de volantes en escuelas particulares donde se denosta la telenovela, a sus creadores y productores.

La inquisicion y la intolerancia

Bucareli, 27 de abril. Una manta: ``No toleraremos más inmoralidades contra nuestras familias''. Y otra: ``Reprobamos la telenovela del Canal 13 (y con letras rojas) Tentaciones''.

``El sacramento del sacerdocio es patrimonio de la Iglesia católica y nadie tiene derecho a utilizarlo con fines de lucro o para elevar sus raitings'', dijo muy molesta Socorro Quijano, una de las manifestantes.

``Si un sacerdote ha caído o está en situación de pecado'', agregó Quijano, ``no es justificación para hacer una apología de las tentaciones del sacerdote en un medio masivo de comunicación y en desprestigio de la figura sacerdotal''.

En su casa del sur de la ciudad, Bernardo Romero refuta: ``¡Ah, no! No estoy cuestionando ni al sacerdote ni a la religión católica. Se está cuestionando que a ningún ser humano se le puede obligar desde niño a caminar por un sendero tan difícil como es la religión''.

Pariente de un obispo, sobrino de sacerdotes, el escritor no se explica el escándalo: ``Conozco tanto cura que ha abandonado la Iglesia, soy amigo de muchos y les tengo respeto, es algo que no se puede negar''.

Epigmenio Ibarra parece más molesto: ``Lo peligroso es que volvamos a tiempos de la inquisición y de la intolerancia'', debido a la acción de grupos que han mostrado una ``impresionante capacidad de despliegue'' en los medios.

Ibarra se queja del silencio cómplice frente a productos deleznables y, en cambio, del escándalo que desata un producto de calidad. ``No hacemos prédica, no pregonamos la moral ni las buenas costumbres, eso le toca a la Iglesia o a la Secretaría de Educación. Nosotros sólo representamos un conflicto: el amor imposible''.

¿Se atenta contra los valores de la sociedad mexicana?

Ibarra sostiene que los que protestan ``creen que los televidentes son retrasados mentales''.

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El grupo de mujeres inconformes por la transmisión de Tentaciones, que en una de sus vertientes encabeza Guadalupe Rojas de García, asegura que la emisión ataca de manera ``directa e irreverentemente a la Iglesia''. Y añade en una carta publicada el pasado día 29: ``Los mexicanos no aceptamos y reprobamos que se mofen de temas tan sublimes, llamando homosexuales a los sacerdotes''.

En los capítulos de Tentaciones que se han transmitido no se ha presentado al sacerdote Gabriel Segovia como homosexual. Ni siquiera se ha sugerido la idea.

Pero unos días antes de que iniciara la campaña de las mujeres espontáneas, el cardenal Norberto Rivera censuró a las feministas, los homosexuales y a ``todas las minorías, contestatarios y descontentos de cualquier ralea''.

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En medio de la tormenta, surgen propuestas sabias. Martha Susana, televidente católica, sugirió en un programa radiofónico que Gabriel (el cura enamorado) desaparezca de la pantalla y que su lugar sea ocupado por ¡un hermano gemelo! Claro, el hermanito no sería sacerdote.



Las damas de blanco atacan de nuevo

Las manifestantes de Bucareli no están solas.

Las mujeres, sostiene en un análisis la investigadora Reneé de la Torre, ``son las que tienen la misión de mantener en lo privado y defender públicamente la estructura familiar, como base y sustento del orden social cristiano''.

Reneé de la Torre reconstruye la ruta de las ``damas de blanco'' (vestidas así para simbolizar la pureza) de Guadalajara, grupo conformado por personajes ligados a organizaciones cristianas.

Encabezadas por Maribell Coll -esposa de César Coll, ex alcalde de Guadalajara y hoy integrante del gabinete del gobernador Alberto Cárdenas-, las ``damas de blanco'' se lanzaron a las calles en marzo de 1993. Su objetivo: los programas de televisión Cristina y Los Simpson.

Con leyendas contra Emilio Azcárraga, las mujeres tapatías encontraron una peculiar manera de protestar cuando destrozaron aparatos de televisión.

``Ritual que recuerda las quemas de publicaciones pornográficas que las juventudes católicas realizaron en los años 50'', recuerda Reneé de la Torre, del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados en Antropología Social (CIESAS).

Hoy, otras damas, muy parecidas a las de blanco, quieren quemar las Tentaciones.