Joan Miró es trágico, enfrenta el caos y domina la violencia
Merry Mac Masters Ť Que un museo esté dispuesto a prestar la totalidad de su acervo de un maestro del siglo XX, no es cosa de todos los días. Se dio la circunstancia que el Musée National d'art Moderne (MNAM), que forma parte del Centre Georges Pompidou, estaba por cerrar sus puertas para su remodelación y esto fue lo que dio luz verde para que el Centro Cultural/Arte Contemporáneo haya podido gestionar el préstamo de la colección de obra de Joan Miró (1893-1983).
Si la mayoría de las personas tienen la imagen de un Miró simpático, divertido, con sus fantasías y sus cosas infantiles, no es que el acervo del Pompidou lo niegue. Sin embargo, la manera en que está conformado obligó a los comisarios de la muestra, Pierre Schneider, por el CC/AC, y Agns de la Beaumelle, por el MNAM, a mirar al artista con otros ojos. Si el mismo pintor decía ser ``un catalán trágico'', para la mancuerna curatorial Miró ``siempre estaba al margen del caos, al que se encaraba, no para rendirse, sino para superarlo''.
Schneider platica cómo la muestra Joan Miró. La colección del Centro Georges Pompidou, París fue tomando forma: ``Hace unos cinco o seis años el MNAM había colgado por unas semanas en sus paredes la totalidad de su acervo de Miró, lo cual vimos Robert Littman (director del CC/AC) y yo. Para entonces su colección se había vuelto más importante que hace diez años. De pronto nos dimos cuenta que éste era uno de los más grandes conjuntos de arte de Miró (sólo superado por el del Museo de Arte Moderno de Nueva York). Ya circulaba el rumor de que el Pompidou cerraría por reparación, así que tal vez se desprenderían temporalmente de su obra. Ante la posibilidad de un préstamo pensamos qué íbamos a querer.
Crear con libertad y luchar por la vida
``La elección siempre está entre una selección de obras maestras o la totalidad de la producción del artista. Y lo que se recibe es una noción superficial, porque ningún museo está dispuesto a prestar la totalidad de su acervo de un maestro del siglo XX. Hicimos el intento porque Miró lo valía. Además, como teníamos más de diez años de recibir préstamos del Pompidou y que gracias a los mismos el status del CC/AC, en cuanto a la seguridad y el interés por el trabajo que allí se realizaba, se había vuelto interesante para los museos de Europa y en el mundo, pensamos que nos concederían el préstamo como consecuencia.''
A decir de De la Beaumelle, encargada de la colección surrealista del MNAM, la historia de la de Miró se remonta a los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando el pintor catalán les hizo un primer ``obsequio''. Luego adquirieron otras piezas. También les benefició una ley francesa que permite que uno pague sus impuestos de herencia con obras de arte --si el Estado está de acuerdo con la proposición. Además, antes de fallecer Miró les hizo un ``gran regalo'' de 80 dibujos. Gracias a estas circunstancias el MNAM posee obra desde 1922 hasta su muerte. Anota la conservadora que ésta será la única vez que el conjunto Miró salga del museo, porque como forma parte de la colección permanente, al reabrirse el recinto en 1999 estará colgada en sus paredes. Incluso, más o menos de la misma manera que en el CC/AC, es decir, cronológicamente.
--¿En qué se destaca la colección Miró del MNAM?
Agns de la Beaumelle: tenemos muchas pinturas, unas 20, y algunas piezas excepcionales como es el objeto realista, El objeto del poniente, de 1936, que es fuerte y pesado. También el conjunto de los tres óleos Azul I, II y III, de 1961. (Miden 270 x 355 cm los primeros dos y 268 x 349 el tercero. Schneider se refiere a ellos como ``la coronación en muchos sentidos'' de la carrera de Miró). Con ellos, él llegó al último punto de su pintura. Son los signos más monumentales y más controlados de su arte.
Aparte de los tres ``azules'', otro atractivo viene a ser Interior (La granjera o la masovera) de1922-23, que alguna vez fue de Marcel Duchamp, y que hace poco entró a la colección del MNAM. Aunque pertenece al periodo realista de Miró, para Schneider en ello se advierte su futuro cambio hacia una ``especie de abstracción''. De la Beaumelle recuerda el gran conjunto de ``pinturas de sueños'', las más importantes son La siesta y La suma, ambas de 1925. En estas obras, acota Schneider, el trasfondo vacío actúa como una especie de matriz para la línea que a veces se convierte en una figura, a veces en escritura. Ciertamente, continúa, son las pinturas de mayor libertad ejecutadas durante el siglo XX y refrendan la ``libertad sin igual de Miró'' que Giacometti mencionó. El mismo pintor donó Personajes y pájaros en la noche (1974), de grandes dimensiones (274.5 x 637 cm), realizado en negro y rojo, y de gran ``violencia''.
Schneider toma la palabra: ``Cuando los pintores trabajan como si fueran hombres jóvenes --pasó lo mismo con Picasso y Matisse-- hasta una edad avanzada, la edad en sí tiene sus síntomas. Una de las cosas que uno ve con sobresaltos en Miró, así como se percibe en Picasso, es una especie de aceleración. Se trata de una lucha en contra del tiempo. Hay una especie de falta de respiración porque uno sabe que está sobre una acera rodante y si esta acera rueda demasiado rápido se bota uno de la banda. Uno siente que tanto el ritmo de producción para Miró como para Picasso se ha vuelto más y más rápido. Hay una urgencia, una tensión, algo dramático. Personajes no se siente nada surreal, es una lucha por la vida. En el lienzo corren por sus vidas. Espero que de esta manera quede claro que la obra tardía de Miró no es sólo la de un pintor viejo tirándose, sino que esto es lo que la edad avanzada tiene que mostrar en términos de pintura... Para mí en este conjunto (de los personajes) que sigue a los tres `azules', que son toda serenidad, Miró se sumerge de nuevo en ese infierno que significa ver su propia vida acabar. Para mí este es el significado de la parte final de la colección''.
Un catalán trágico
Las 77 obras en cuestión han sido complementadas con piezas provenientes de otros coleccionistas en contacto cercano con el CC/AC, el Pompidou y el propio Miró. Ocho vienen de Jacques y Natasha Gelman cuya colección, dice Schneider, fue la que enganchó al fundador del CC/AC (Emilio Azcárraga Milmo) en su interés por el arte. Paule y Adrien Maeght fueron dealers de Miró después de la Segunda Guerra Mundial; de su colección viene Pintura (Azul), de 1925. Otras tres son del acervo de Pierre Matisse, gran prestamista de obras para las pasadas exposiciones del CC/AC, además de amigo y marchand de Miró.
Hubiera sido posible conseguir más piezas que las 89 que aquí se exhiben, pero Schneider pregunta, ``¿cuántas obras puede ver un espectador normal?, ¿20 pinturas, dos docenas? Después quiere descansar. La moda actual es hacer blockbusters (el conjunto total de producción) que son un dolor en el cuello. Convierten la experiencia en información''.
La muestra tiene una espina dorsal de ``azul''. Schneider, consejero artístico del CC/AC, explica: ``Me estoy refiriendo a estas visiones nocturnas. Todo mundo piensa en Miró como un pintor chistoso y bonito. El mismo dijo, y esta exposición lo demuestra, `soy un catalán trágico'. Toda exhibición encierra una elección que en este caso fue determinada por lo que contiene la colección en sí y lo que nosotros (como curadores) pensamos es importante mostrar de Miró en 1998... Si por un lado está su interés por los materiales y la realidad de los objetos trabajados, por el otro está el aspecto espiritual y este deseo por el espacio infinito. Hay unas cuantas piezas de las llamadas bonitas, pero para nosotros lo importante es la violencia inherente en su trabajo. En eso Miró es elegante. Domina la violencia, no es su víctima. Sin embargo, siempre está en el margen. Siempre se encara al caos, pero no para rendirse, sino para superarlo''.
(Joan Miró. La colección del Centro Cultural Georges Pompidou, París será abierta hoy, a las 19 horas, en el Centro Cultural/Arte Contemporáneo, Campos Elíseos y Jorge Eliot, Polanco.)