La Jornada 4 de diciembre de 1997

Convoca Zedillo a una cruzada contra el crimen y la impunidad

Rosa Elvira Vargas Ť Frente a la insuficiencia de las medidas institucionales y de las acciones públicas para enfrentar el problema de la inseguridad en el país, el presidente Ernesto Zedillo anunció anoche un nuevo programa de ocho puntos para combatir la delincuencia y la impunidad, mismo que incluye diversas reformas constitucionales. Además, el Ejecutivo advirtió que cada medida y actitud individual y colectiva que no se tome ya, hará que mañana se necesiten ``acciones mucho más enérgicas, rigurosas y costosas para todos''.

En un mensaje en cuya elaboración trabajó desde principios de semana, el Presidente partió de admitir que la magnitud y complejidad del problema de la inseguridad pública ha sido francamente mayor que los esfuerzos realizados, y dijo que todos ``debemos decir ¡ya basta!'' y hacer la tarea necesaria para recobrar la confianza en la ley, la credibilidad en las instituciones y la certidumbre de que ``el que la hace, la paga''.

Cruzada nacional

Llamó a emprender una cruzada nacional contra la delincuencia y la impunidad, y pidió asumir una actitud de ``cero tolerancia'' frente a quien comete un ilícito por menor que sea, y ante quien no respete el derecho de los demás. La ciudadanía, admitió, tiene toda la razón en sentirse agraviada, intranquila e insatisfecha.

De este modo, las acciones anunciadas por el Ejecutivo comprenden: reformas constitucionales para dificultar que un delincuente evada la justicia; para impedir que cuando algún presunto responsable huya, se suspendan los procesos correspondientes; tener un régimen explícito para un manejo más transparente de los bienes asegurados y decomisados a delincuentes, y que aquéllos no puedan ser transferidos a familiares o terceros.

Esa primera medida incluye reformas legales para hacer más severas las penas por posesión, portación y acopio de armas de fuego prohibidas, y el establecimiento del Registro Nacional de Vehículos como vía para combatir el robo, tráfico y comercialización de automotores robados e ilegales.

Como segundo punto, el plan anuncia la creación, dentro de la Secretaría de Gobernación, de una área especializada técnica y operativa para aplicar y verificar el cumplimiento de las políticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Asimismo, se establecerá formalmente el Gabinete de Seguridad Pública, el cual deberá sesionar al menos dos veces por mes.

Zedillo incluyó una convocatoria al Congreso de la Unión, los gobiernos estatales, las comisiones de derechos humanos, los medios de comunicación y las organizaciones sociales para emprender ``cuanto antes'' una cruzada nacional contra el crimen y la violencia; anunció además que invitará al jefe de gobierno del Distrito Federal y al gobernador mexiquense para establecer una alianza de combate a la delincuencia en la zona metropolitana.

En otro punto, establece que hará extensivo ese llamado a los gobernadores cuyos estados registren altos índices delictivos. Se incluyen también reformas para poner un coto a los policías que, habiendo sido cesados, aprovechan ``fisuras de la ley'' para ser reinstalados. Finalmente, señaló que giró instrucciones a la PGR para acelerar la restructuración de esa dependencia, así como la dignificación y el fortalecimiento del Ministerio Público.

El mandatario destacó que todas las medidas se asumirán ``sin menoscabo'' de los derechos humanos, pero que se debe admitir que el combate a la delincuencia exige mayor rigor, una justicia mucho más eficaz y expedita y castigos verdaderamente acordes con la gravedad de los delitos. Afirmó que todo mundo debe estar consciente de que cada ilícito que no se denuncie o quede impune, cada delincuente que se salga con la suya, alienta nuevos crímenes. Hoy, dijo, debe velarse ``mucho más que hasta ahora'' por las víctimas, por su patrimonio y por el derecho transgredido.

``A quienes no denunciemos o no castiguemos hoy, bien pueden ser quienes mañana atenten contra nuestra vida, nuestra familia o nuestro patrimonio. Del mismo modo, cada medida rigurosa que no tomemos y apliquemos cabalmente hoy, hará necesaria una medida más drástica mañana'', afirmó.

Cinco elementos son fundamentales en cualquier parte del mundo, indicó, para ganar la batalla contra la delincuencia y el crimen: buenas y rigurosas leyes que no solapen a los delincuentes ni alienten la reincidencia; transformación profunda de las instituciones y la capacitación de sus hombres; inversión juiciosa de mayores recursos económicos; movilización de toda la sociedad para crear y procurar una cultura de apego al derecho, y el despliegue de una actitud social que no consienta ni tolere ninguna violación a la ley sin que sea castigada.

Al convocar a la ``cero tolerancia'' contra la delincuencia --esquema similar al que opera en grandes ciudades de Estados Unidos-- Zedillo dijo que tal actitud debe comenzar por la intolerancia contra quienes violan la ley, y delinquen ``en las calles y en el barrio, en cada comunidad y en cada ciudad''. Señaló que así como los mexicanos han aprendido a no ser tolerantes con quienes obstruyen el avance democrático, ``aprendamos a no tener ninguna tolerancia con quienes violan la ley, roban, secuestran y matan''.

El Presidente ratificó los apoyos presupuestales que en materia de seguridad pública se ejercieron este año, y dijo que el proyecto de egresos que envió a la Cámara de Diputados prevé un incremento real de 27 por ciento.

También se refirió a la corrupción en los cuerpos policiacos, que ``propicia el crimen, fomenta la impunidad'' y es el origen de muchas deficiencias y limitaciones en seguridad pública. Este fenómeno, aseguró el Ejecutivo, se combatirá intensa y permanentemente. Para concluir, Zedillo destacó que la seguridad debe atenderse uniendo capacidades, convocando liderazgos, orientando medidas por el interés general y subordinando a éste ``toda consideración individual, de partido o de grupo''.