La Jornada 7 de noviembre de 1997

La agresión en el hogar, una de las raíces de la callejera, dice el Ejecutivo

Rosa Elvira Vargas Ť En México es posible derrumbar las barreras que limitan la unidad para atender las demandas sociales, así como buscar acuerdos sobre las condiciones para acelerar y dar permanencia al crecimiento de la economía nacional, aseguró el presidente Ernesto Zedillo en un acto donde firmó con legisladoras de todos los partidos políticos, una iniciativa de ley sobre violencia intrafamiliar.

Aseguró que las reflexiones y análisis para integrar esa iniciativa forman parte de una nueva época de diálogo tolerante, plural, incluyente y productivo entre los poderes de la República, los partidos políticos y las organizaciones de la sociedad civil.

Muy temprano, en el salón López Mateos de Los Pinos, el Presidente se reunió con un auditorio predominantemente femenino -aunque hubo algunas asistentes como las senadoras Irma Serrano y María Elena Chapa a quienes, contra la costumbre, se les permitió entrar ya iniciada la ceremonia-. El tema de la violencia intrafamiliar las convocó, pues, diría la diputada Alma Vucovich, se trata de un problema generalizado, un mal público y privado ``en el que todos participamos''.

Zedillo, a su vez, se congratuló por el hecho de que Televisa y TV Azteca hayan decidido cancelar, ``de manera voluntaria y unilateral'', sus noticieros Fuera de la ley y Ciudad Desnuda, porque se mantenían en la línea de lo que él define como ``exaltación de la violencia''.

En ese punto, señaló que es responsabilidad del Estado garantizar las libertades, hacer efectivos los derechos y hacer cumplir las obligaciones de los individuos y de los grupos sociales, pero que también es su deber ``intervenir para limitar los desequilibrios que afectan la integridad familiar'' y a toda la sociedad.

Sobre la iniciativa de ley que se envió al Congreso, afirmó que poner un freno a la violencia física y mental que se da en el seno de muchas familias es un imperativo de este tiempo, pues se trata de un fenómeno que, desafortunadamente, cada día es más común en México y en todo el mundo.

No actuar a tiempo es convertirse en cómplices de la reiteración de la violencia, porque los problemas emocionales que se generan, de este modo, en la familia, limitan el desarrollo de los individuos y constriñen el sano desenvolvimiento de la colectividad, destacó.

Para Zedillo, la violencia familiar es uno de los más importantes orígenes de la violencia en las calles. Por ello, dijo que de aprobarse la iniciativa, igualará la legislación mexicana a la de otros países en los que se han aprobado disposiciones en favor de la mujer y de los niños.

Además, con tal precepto se subsana la insuficiente tipificación como delitos de las agresiones físicas y síquicas entre los miembros de la familia.

Se trata, añadió, de reformas legales con una perspectiva integral, pues además de la penalización de las conductas violentas, se proponen medidas para proteger a las víctimas y para crear conciencia entre la población sobre las causas y consecuencias de este fenómeno, así como promover el desarrollo de políticas públicas para prevenir, combatir y erradicar la violencia intrafamiliar.

Entonces y tras reconocer la contribución de las legisladoras, de organizaciones no gubernamentales y de otros grupos sociales en la formulación de la iniciativa, el presidente Zedillo expresó que este esfuerzo demuestra que, cuando existe voluntad de compartir tareas y responsabilidades en un marco de respeto y armonía, se pueden alcanzar consensos en torno a propósitos comunes. ``Necesitamos esos consensos para enfrentar con eficacia los problemas más importantes de la nación y, especialmente, los que más afectan a la población más vulnerable'', dijo.

En la ceremonia también habló la senadora Guadalupe Gómez Maganda, quien aseguró que castigar de manera eficaz a los ejecutores del maltrato doméstico desalentará la impunidad, constituirá una medida efectiva para la prevención de este tipo de conductas y conseguirá hacer de la familia el verdadero espacio donde se preserven los derechos humanos y los valores morales.