La Jornada 4 de octubre de 1997

Zedillo entregó a la viuda de Heberto Castillo la medalla Belisario Domínguez

Andrea Becerril Ť ``Ayer lo encarcelaron, hoy lo premian, estamos más cerca entonces de alcanzar aquello por lo que don Belisario, Heberto y muchos millones de mexicanos luchan en este México de fin de milenio'', señaló María Teresa Juárez de Castillo en la tribuna de la Cámara de Senadores.

Fue la última frase de un discurso emotivo, luego de recibir de manos del presidente Ernesto Zedillo la Medalla de Honor Belisario Domínguez, que de manera póstuma concedió el Senado de la República a Heberto Castillo.


María Teresa Juárez recibe la medalla Belisario Domínguez de parte
del Presidente, concedida en forma
post mortem a Heberto Castillo.
Foto: Francisco Olvera

Sesión solemne en la sede senatorial, con la asistencia del Ejecutivo, su gabinete, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el gobernador de Chiapas, Julio César Ruiz Ferro, y la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD), con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza, además de Porfirio Muñoz Ledo.

Un aplauso de varios minutos rubricó el momento en que el presidente Zedillo puso en manos de la viuda de Heberto Castillo la presea para el luchador social y político perredista fallecido.

Después, Tere Juárez, como todos conocen a la compañera entrañable de Heberto, hizo uso de la tribuna para señalar que el otorgamiento del galardón ennoblece a quien lo recibe y a quien lo da. Tiene, dijo, una virtud adicional, ya que no es frecuente que ese honor recaiga en quien hasta el último suspiro fue rebelde, crítico y opositor.

Desde un costado del presidio, Laura Itzel, Antonio Heberto, Javier y Héctor seguían con emoción el discurso de su madre, acompañados por López Obrador, Jesús Ortega, Amalia García, Armando Quintero y Lázaro Cárdenas Batel.

``Señoras y señores: Hoy una medalla instituida en nombre de un senador es otorgada a la memoria de otro senador. Aquel, cobardemente asesinado por el traidor Victoriano Huerta; éste, víctima de una salud quebrantada por esa entrega cotidiana a las causas más nobles de su patria.

``A Heberto y a don Belisario los aprehendieron en Coyoacán, los dos murieron siendo senadores de la República. Uno nacido en Chiapas y Heberto dando su vida por encontrar paz en ese mismo estado''.

Antes, en esa sesión por el 84 aniversario luctuoso del senador chiapaneco Belisario Domínguez, a nombre del Senado de la República, el legislador del PRI Sami David David expuso que la entrega del galardón a Heberto Castillo ``no es homenaje ritual ni formalismo frío''.

Como senador, Heberto Castillo ``empeñó su prestigio, su voluntad política y su palabra con el propósito común de lograr la paz en Chiapas''.

Sami David dijo también que los actuales son tiempos de una democracia fundada en la tolerancia y el diálogo y que la traicionarían aquellos que pretendieran convertirla, de manera irresponsable, en excusa para la división y la dispersión. Desde una curul, la que ocupó como senador, Porfirio Muñoz Ledo sonreía.

Al final se la sesión solemne el pleno guardó un minuto de silencio en memoria de los miembros de la Orden de la Medalla Belisario Domínguez fallecidos. Después, el presidente Zedillo develó, en compañía de María Teresa Juárez, el nombre de Heberto Castillo, incrito en el Muro de Honor de la Cámara de Senadores.