Luis González Souza
Carta a Clinton (Segunda y última parte)

Señor Presidente de la Unica Nación con la Autoridad Moral para conducir el Nuevo Orden Mundial (Bush dixit):

En mi anterior carta me permití darle una mala noticia que, obviamente, no aparecerá en los discursos oficiales de estos días: la relación México-EU se encuentra profundamente viciada. Ahí mismo me comprometí a sugerir algunas propuestas que seguramente no escuchará (¿por diplomacia?) en las altas esferas donde usted se moverá durante su gentil visita a México (¿Por qué hasta ahora la visita, si usted mismo dice que nuestro país es de la mayor importancia?).

A decir verdad, más que propuestas son demandas, aunque sé que esta palabra no se acostumbra dirigir a la superpotencia que usted representa. Pero, aunque usted no lo crea, también las naciones pobres, -no necesariamente sus gobernantes- tenemos demandas. Y es hora de que ustedes las conozcan, si en verdad buscamos una vecindad sana, fructífera. Sólo hay espacio aquí para sintetizar algunas.

La creciente brecha de disparidades (económicas, sociales, políticas) entre EU y México es, a nuestro juicio, el vicio mayor en la relación de ambas naciones. El tipo de TLC que acabó firmándose, sólo reproduce y de paso legaliza tal brecha. De no cerrarla hacia arriba, llegará el punto en que comenzará a cerrarse en la peor dirección: México jalando a EU al abismo del atraso, y no al revés. Ya en las propias páginas de Foreign Affairs -usted seguramente sabe- comienza a debatirse la ``tercermundización'' de su país.

Cerrar esa brecha; crear las condiciones para que México se acerque -poco a paoco, pero deveras- al nivel de desarrollo y autodeterminación de EU, es entonces nuestra principal demanda. Reformar el TLC de modo que reemplace al trato nacional por el trato preferencial a México, como su principio rector, sería el mecanismo más idóneo. Mas ello servirá de poco, si su gobierno insiste en violar el tratado (trabas al autotransporte, tomate, chile, escobas, fresa y demás). ¿Es así como se pretende dar vida y credibilidad al Area de Libre Comercio para las Américas? Más bien se exige un estricto apego a la legalidad, incluyendo la anulación de leyes por demás arbitrarias como la Helms-Burton.

A propósito del TLC, lo ideal sería que incorporase de inmediato, un capítulo que por fin regule la migración conforme a un enfoque humanista (el mismo que usted prometió en su libro Putting People First). Si eso es mucho pedir, entonces sólo demandamos que, en cualquier otro instrumento, el gobierno de EU se comprometa a no manipular más el fenómeno migratorio como un ``gran problema'' que, de ese modo, le reditúa pingües ganancias: desde la unilateral regulación del mercado laboral, hasta el chantaje permanente contra México. Demandamos una estrategia democrática, basada en el consenso de ambas naciones, que se orienta a: 1) cerrar la brecha salarial, motor último de la migración, y 2) transformarla, de un problema en una gran oportunidad para el enriquecimiento económico y cultural de nuestras naciones.

Mucho hay que demandar en otros asuntos igualmente álgidos, como la lucha contra el narcotráfico; pero el espacio se acaba. Aquí nuestras demandas pueden resumirse en: 1) encarar, éste sí grave problemas, con una verdadera cooperación, y no con la actual subordinación disfrazada de México; 2) dejar también de manipular esa lucha, gracias a lo cual EU debilita instituciones clave como el Ejército mexicano; avanza en sus empeños intervencionistas y, en todo caso, salvaguarda al inmenso negocio de las drogas. Por cierto, ¿por qué ustedes no meten también de lleno a su ejército en la lucha antidrogas?

Finalmente no le hablo como un egresado de Harvard, sino como un mexicano con dignidad, como lo somos la mayoría en este país. Le hablo como uno de tantos que queremos transformar nuestro nacionalismo, de defensivo en propositivo, mas no extinguirlo. Pero exigimos que ustedes también modernicen su nacionalismo -¡y vaya que lo tienen!- de modo que no insistan en dictarle al mundo cómo comportarse. Eso no tiene nada de democrático. Y, según entiendo, EU aún pretende erigirse en el modelo mundial de la democracia.

Si su visita ayuda a atender demandas como las anteriores, bienvenido. Si sólo sirve para redoblar sus exigencias a México... buen viaje. Pero no lloremos luego el incendio de una vecindad que no fuimos capaces de sanear y hacer fructífera para todos... no sólo para las élites de nuestras naciones.