La Jornada 10 de octubre de 1996

Diálogo PRI-SG sobre venta de petroquímicas

Las negociaciones para atenuar la oposición del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la venta de las plantas petroquímicas llegaron antenoche a la Secretaría de Gobernación.

Colaboradores de participantes en las pláticas narraron que, a petición del secretario de Energía, Jesús Reyes Heroles, se invitó a los dirigentes priístas Santiago Oñate Laborde y Juan S. Millán.

La idea es que el mando político del gobierno zedillista, en este caso representado por el secretario Emilio Chuayffet Chemor, intervenga a fin de terminar con el rechazo a ultranza que manifestó la 17 Asamblea Nacional del PRI.

Chuayffet intenta destrabar, además, posturas divergentes surgidas porque el gobierno no ha presentado un plan de largo plazo para desarrollar al sector.

El PRI, por su parte, insiste en que se respeten tres aspectos: beneficios económicos reales para el país con la venta de las petroquímicas, respeto a los derechos de los trabajadores y que no se dañen las economías regionales.

A esta reunión seguirán otras, pues no hubo acuerdo. Ambas partes, gobierno y PRI, acordaron continuar las sesiones en busca de consenso, en un plazo que no puede prolongarse muchos meses más.

El conflicto parte de un pronunciamiento, aprobado por unanimidad y con aplausos el sábado 21 de septiembre en la 17 Asamblea Nacional del PRI a propuesta del dirigente petrolero Carlos Romero Deschamps:

``La Asamblea se pronuncia de manera clara y contundente sobre la pretendida enajenación de los activos de la petroquímica secundaria. El PRI se pronuncia por que Pemex conserve el control de sus activos en el sector de la petroquímica y el gobierno impulse acciones y programas para consolidar una industria eficiente y competitiva''.

Esta posición no tuvo buena acogida entre los funcionarios que desde el poder claman por la privatización de parte de los activos de Petróleos Mexicanos, y el gobierno debió empezar negociaciones con el partido del que surgió.

En tres semanas ha habido media docena de reuniones, sin avances ni acercamientos entre las posiciones de las partes. Santiago Oñate aclaró que su partido no actuará inflexiblemente, pero demanda el cumplimiento de las tres garantías antes mencionadas.

Por su parte, Romero Deschamps no abandona la sede priísta y exige que el PRI haga valer el pronunciamiento de su asamblea o por lo menos obligue a un debate de largo alcance para que se atiendan los reclamos de los principales perjudicados, trabajadores y poblaciones regionales.

Adicionalmente, envió una colaboración al periódico del PRI, La República, donde asienta:

``Hemos dejado claro que nuestra inquietud fundamental es la falta de claridad en las ventajas y conveniencias que esta decisión podría traer para el desarrollo nacional.

''Por ello hemos solicitado se establezca un verdadero plan de desarrollo integral, de amplio espectro, realmente estratégico, en el que se contemplen los alcances de lo que representa Pemex incluida, por supuesto, la petroquímica mal llamada secundaria.

''Sería indispensable que este plan valorara con objetividad las interacciones más relevantes de Pemex y su sector petroquímico con el resto de la economía, que se analizaran con suma minuciosidad los impactos entre sectores que representa la actividad de esta empresa.

''Estamos convencidos de que un análisis de este tema, por la trascendencia que representa, no puede ser simplemente económico, pues sus alcances son también sociales, políticos, estratégicos, agrícolas e inclusive de seguridad nacional''. (José Ureña)