La Jornada 28 de agosto de 1996

Atacan la casa del secretario de Lozano

Ciro Pérez Silva, Juan Manuel Venegas y Ricardo Olayo Ť Dos sujetos dispararon ayer contra la casa de Armando Salinas Torre, secretario particular del procurador general Antonio Lozano Gracia, segundos después de que la esposa del primero ingresará a su domicilio en la colonia Las Aguilas, en el Distrito Federal.

El agente federal Adrián Sánchez Montes, escolta de Rosario Salinas, logró repeler el ataque hiriendo a uno de los agresores, quien se refugió en la clínica ocho del IMSS, donde murió pasadas las 19 horas.

En el hospital donde fue atendido se registró con el nombre de Porfirio Alejandro Jiménez Bobadilla. La Procuraduría General de la República (PGR) informó por la noche que otro de los atacantes fue capturado cuando intentaba salir de la ciudad, pero se negó a dar el nombre de esta persona para no afectar el curso de las investigaciones.

Los hechos iniciaron alrededor de las 13:40 horas cuando dos hombres, armados con pistolas 9 milímetros, dispararon contra la casa del funcionario.

En un boletín, la PGR realizó los siguientes comentarios: 1. No se puede calificar como atentado en contra de la esposa de Salinas Torre, puesto que, como se informó, la señora se encontraba dentro del inmueble en el momento de la balacera. 2. Las investigaciones para determinar el móvil de los hechos continúan y será al término de éstas cuando se informe con precisión acerca de estos acontecimientos.

La misma dependencia había informado que momentos antes del ataque, Rosario Salinas llegó a su domicilio en la calle Albúferas 63 de la mencionada colonia. Descendió de la camioneta Suburban en la que se trasladaba e ingresó a su casa, y ``en los instantes'' en que su escolta cerraba la puerta de la cochera empezó el ataque.

Sánchez Montes repelió a balazos la agresión de los dos sujetos que se encontraban en la acera de enfrente. El tiroteo, según los vecinos, se prolongó ``tres o cuatro minutos''.

El agente de la Policía Judicial Federal asignado a la seguridad de la esposa de Salinas Torre recibió tres balazos en el pecho, y aunque su estado de salud es delicado, médicamente se reportó como estable.

Respecto a los agresores, uno de ellos resultó herido pero alcanzó a correr junto con su compañero hacia la calle de Cordillera, donde los esperaba otro sujeto a bordo de un taxi Golf.

El herido fue llevado por sus compañeros a la clínica ocho del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde se registró con el nombre de Porfirio Alejandro Jiménez Bobadilla. Tenía dos balazos en el pecho y abdomen y murió alrededor de las 19 horas de ayer.

La PGR indicó que ``realizará las investigaciones correspondientes'' para determinar el móvil del ataque y localizar a los autores intelectuales. Precisó que Jiménez Bobadilla no pertenecía a la Policía Judicial Federal (PJF).

Salinas Torre y su familia no regresaron a su domicilio. Según se informó no dormirán ahí en los próximos días, ``porque su casa se encuentra en remodelación''. No obstante, desde anoche cerca de 18 agentes federales se apostaron frente a su casa, donde mantendrán custodia ``de manera permanente''.

Los hechos

Un vecino de la calle donde vive el secretario particular de Antonio Lozano Gracia contó a La Jornada que alrededor de las 13:30 horas ``escuché como tres detonaciones, pero no las relacioné con disparos, porque creí que se trataba del camión de gas que surte la colonia y que tiene el motor a destiempo''.

Tal es el ruido que hace el camión gasero que el informante comentó a un amigo con el que conversaba: ``Ya llegó el mugre camión y, mira, ya hasta parece que va echando tiros...''.

Pero ayer no fue el camión. Del sillón donde estaba se levantó y caminó hacia la ventana y entonces empezó a escuchar disparos de verdad. ``Se oyeron ráfagas, como si alguien estuviera accionando una ametralladora y muchos disparos''.

Aceleró los pasos y llegó hasta la ventana: ``Traté de ubicar de dónde salían los disparos y unos momentos después vi que venía corriendo por la calle una persona de complexión delgada, más o menos de 1.75 metros de estatura, y dio vuelta a la izquierda por la calle de Cordillera.

''Detrás de él venía otro hombre más robusto, de la misma estatura y cabello muy cortito. Venía saltando como cangurito y le gritaba al que iba adelante: '!Ya me dieron, ya me dieron, cúbreme!``

Cuando ya había dado la vuelta también hacia Cordillera, por unos topes que están como a siete metros de Albúferas llegó un taxi ecológico modelo Golf, que recogió a los dos que iban corriendo y se dieron a la fuga ``a toda velocidad''.

El vecino relató que ``no habían pasado ni dos minutos'' cuando ``frente a mi casa vi que pasaba una camioneta Suburban color vino. Iba a toda velocidad hacia la calle de Gutiérrez Zamora, conduciendo una señora y a su lado un joven güero, que iba inclinado, agarrándose el pecho...''

La mujer que conducía la Suburban era Rosario Salinas y el joven herido, el agente Adrián Sánchez Montes.

Otra vecina indicó que ``por unos tres o cuatro minutos'' se oyeron los disparos frente a la casa número 63 de Albúferas. Se percató de los hechos porque ``hoy --ayer-- no tuve que ir a recoger a mi hijo a la escuela''.

La tranquila y empedrada calle de Albúferas en pocos minutos se vio rodeada de agentes federales y patrullas de Seguridad Pública del Distrito Federal.

Varias manchas de sangre quedaron como huellas del tiroteo: una en el portón verde de la casa de Salinas Torre, presumiblemente del escolta de la señora Rosario; otras regadas en el empedrado y en algunos autos estacionados a lo largo de Albúferas y Cordillera.

El contexto

El atentado contra la esposa de Salinas Torre se dio a menos de dos semanas de que el procurador Antonio Lozano Gracia ordenara el despido de 737 comandantes, subcomandantes, jefes de grupos y agentes de la Policía Judicial Federal, a los que públicamente señaló como corruptos.

De estos despedidos, alrededor de 40 han hecho uso de su derecho de revocación, a fin de que su caso sea analizado y eventualmente regresar a la corporación.

Tras la medida se informó que varios agentes y comandantes cesados son investigados por su presunta responsabilidad en ilícitos como narcotráfico, robo de autos, abuso de autoridad y tráfico y acopio de armas, entre otros.

Cabe destacar que de manera directa Salinas Torre participó en la integración del expediente para cesar y consignar a un jefe de grupo y un agente federal, quienes, coludidos con el doctor César Zúñiga León, se dedicaba a vender plazas dentro de la PJF.

Zúñiga León, identificándose como ``médico de cabecera'' del procurador Lozano Gracia, vendía plazas dentro de la institución, lo que le permitió obtener un beneficio de aproximadamente 500 mil dólares en los últimos meses.

El vendeplazas prometía ingresos a la Policía Judicial Federal, reingresos y cambios de adscripción y ascensos al personal en activo. Se decía ``muy influyente'' con Lozano.

Con el propósito de lograr sus objetivos, Zúñiga se coludió con Edgardo Aarón Azpeitia y Cuauhtémoc Pavia Castro, quienes se desempeñaron dentro de la PJF como jefe de grupo y agente, respectivamente.

Salinas Torre, abogado de 32 años de edad y diputado con licencia del Partido Acción Nacional (PAN), es una de las personas más cercanas a Lozano Gracia, desde que éste fue nombrado coordinador de la fracción panista en la Cámara de Diputados, antes de aceptar el nombramiento presidencial que lo convirtió en el primer militante de oposición que se integraba a un gabinete federal.

La PGR no se intimida

Por la noche, la PGR dio a conocer un comunicado de prensa en el que reafirma que mantendrá y reforzará el proceso de depuración de la PJF.

Indicó que la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam) lleva a cabo desde el lunes una auditoría integral en las diferentes áreas que conforman la dirección general de la corporación policiaca, con el propósito de verificar que las operaciones realizadas durante la presente gestión se hayan apegado al marco normativo vigente.

La dependencia advirtió que una vez que concluya la auditoría dará a conocer los resultados de la misma, ``por lo que toda información previa que se difunda carecerá de sustento y será responsabilidad exclusiva de quien la publique''.