Ricardo Alemán Alemán
Itinerario político

Sólo buenas intenciones para acabar con la inseguridad
Como si se tratara sólo de un asunto policiaco

La primera versión se conoció a través de las emisiones radiofónicas vespertinas del pasado lunes 11. Los reportes eran confusos y sólo informaban que se había encontrado el cuerpo de una joven asesinada. Ya por la noche se confirmó que se trataba de Paulina Rayek Penhos, de 17 años, quien había salido de la escuela, abordado un microbús y desaparecido.

Esa misma noche muchos padres de familia, madres de jóvenes adolescentes, llegaron al límite de su asombro y, horrorizados, como única medida a su alcance, sólo atinaron a prodigar recomendaciones a sus hijas para prevenir un ataque como el ocurrido. La barbarie mostrada en el asesinato de Paulina alteró al máximo de su resistencia a todos los sectores de una sociedad agraviada por la crisis económica, por la inseguridad y la ausencia de respuestas gubernamentales concretas.

Paradójicamente, el crimen de la joven, de ascendencia judía, fue perpetrado cuatro días después de que la República ųo casiųreunida instaló el Consejo Nacional de Seguridad Pública. A sólo cuatro días de que gobernadores, secretarios de Estado, incluido el de la Defensa Nacional, procuradores estatales, del Distrito Federal y general de la República conocieron que ``un gran reclamo recorre todo el país: el de mayor seguridad pública''.

Formulado en palabras de Emilio Chuayffet, secretario de Gobernación, el reconocimiento se aproximó al sentimiento social sobre la proliferación del crimen, sobre todo cuando fue acompañado del resultado de una investigación que mostró gráficamente ese sentimiento en todo el territorio nacional: ``Siete de cada diez mexicanos considera que la inseguridad es hoy el motivo principal de angustia en la República''.

Y el secretario de Gobernación remató: ``La vida social de los mexicanos se ha ensombrecido por la inseguridad''.

No pasaron muchos días de la espectacular instalación del Consejo Nacional de Seguridad Pública, de la crudeza del reconocimiento sobre los niveles de violencia e inseguridad, cuando un nuevo golpe, asestado a costa de la vida de Paulina Rayek, empequeñeció no sólo el diagnóstico, sino el anuncio de la instalación del Consejo.No se cuestiona en sí misma la instalación del nuevo instrumento con el que se quiere responder a las promesas presidenciales de seguridad pública. Se critica la lentitud mostrada por las autoridades a uno de los más graves problemas de los mexicanos todos. La falta de una definición sobre un problema que no sólo es policiaco, sino fundamentalmente de origen económico.

Los gobernadores, los secretarios de Estado, incluido el de la Defensa Nacional, los procuradores general de la República y de todas las entidades federativas, en suma, los tres niveles de gobierno, se mostraron preocupados ųel jueves 7 de marzoų, sólo de una parte del problema: el policiaco.

Y anunciaron una burocrática estructura a la que bautizaron como Consejo Nacional de Seguridad Pública, pero no dieron a conocer ųpor lo menos Gobernación negó el textoų la Propuesta de Programa; es decir, no se sabe cómo, quién ųse habla de que podrá intervenir el Ejército Mexicanoų y qué facultades tendrán los operadores encargados de prevenir los delitos y garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Pero más aún, no existe una relación directa entre el delito, la prevención y el origen del mismo. No, nunca se dijo que una de las causas de los alarmantes niveles de robos, asaltos, crímenes, secuestros.... tienen su origen en la crisis económica. Nunca se vinculó el proceso causa-efecto y mucho menos se dijo que las abultadas cifras de desempleo y la desesperación por la sobrevivencia son el germen de muchos de los delitos que han provocado que la vida social de los mexicanos se encuentre ensombrecida por la inseguridad.

Efectivamente existen grandes mafias en delitos como el robo de autos, el secuestro y otros, que han florecido en medio del desorden gubernamental, pero también en este caso hay un origen común.

Por lo pronto, hay indicios de que el asesinato de Paulina pudo haberse tratado de un acto xenofóbico, pero también es alentador que sectores que parecieran vivir al margen de la realidad social también se muestren preocupados por el problema de la inseguridad y la injusticia. ``Yo creo que México está llegando a un punto muy triste en el que casi casi no hay ley''. Sí, adivinó, la declaración fue de Gloria Trevi, de la Gloria.

En el camino

Una disculpa a los lectores: el video sobre Aguas Blancas se difundió el 25 de febrero y Alejandro Burillo regresó a México a mediados de 1995, no de 1994 como se dijo ayer.