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Desde el otro lado

¿Por qué?

F

ue sorpresivo que Donald Trump superara a Joe Biden en los sondeos de popularidad aparecidos la semana pasada. Es desconcertante que la popularidad de Trump vaya en aumento, no obstante que en los últimos meses ha estado en los tribunales defendiéndose de las acusaciones de sedición, fraude, interferencia en elecciones y ocultamiento de documentos clasificados, entre otros tantos delitos. En el caso de Biden, la incógnita es ¿por qué su popularidad se ha ido a pique, a pesar de que ha logrado que la economía crezca, baje la inflación, el empleo suba y, con sus programas económicos y sociales, dé un respiro a millones de estadunidenses, después de la grave crisis ocasionada por la pandemia?

A juzgar por algunos analistas políticos, hay varios motivos que podrían explicar este fenómeno: el escepticismo, por su avanzada edad para relegirse, razón que es más evidente entre los jóvenes; la caída en el apoyo entre los electores negros y latinos. No obstante los éxitos económicos, los sectores populares continúan siendo marginados de un crecimiento que beneficia a los de más altos ingresos. Los frutos del crecimiento no han llegado aún a los deciles más bajos de la población y la reducción de la inflación es aún insuficiente en algunos rubros. En este sentido, la especulación inmobiliaria y de bienes de consumo necesario, incluido el incremento en el costo de la gasolina, parecen haber sido un impedimento en el bienestar de las clases más necesitadas. Por el momento, los electores le están llamando la atención en torno a la necesidad de que amplíe sus programas de beneficio social y afine su política de comunicación mediante la que se difundan con mayor amplitud y eficiencia sus logros.

Es prematuro augurar qué pasará en los 11 meses que faltan para las elecciones de 2024, pero es indudable que tendrá que hacer un esfuerzo para resarcir su popularidad. Cabe recordar que, a un año de los comicios celebrados en 2008, Obama también estaba en desventaja en las preferencias de los votantes; sin embargo, una campaña en la que movilizó a los negros, los latinos, los jóvenes y a los electores más apáticos en participar electoralmente, llegó a la presidencia. Por lo pronto, en cuatro estados en los que los votantes están igualmente divididos entre demócratas y republicanos, la lucha por el derecho al aborto fue la clave que dio el triunfo a los demócratas y un respiro al presidente Biden.