Opinión
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Ciudad perdida

La tardanza en Morena // El cero a la izquierda del PRD y el PRI// Desesperación en el PAN

E

l asunto de la competencia por el poder en la Ciudad de México, pese a los meses de guerra interna y la desatada entre los partidos políticos, aún no se resuelve, cuando menos no en lo que hace a manifestarse desde las cúpulas por quién los representará.

De Morena ya hemos hablado suficiente, pero de cualquier manera seguimos sin explicarnos por qué no se tienen los resultados de las encuestas, o de qué tamaño son que todavía no se pueden dar; la tardanza tiene una sola explicación: control de daños. Los resultados ya están sobre la mesa.

Para la oposición la cosa no es tan diferente. El PRI y el PRD no tienen remedio. El primero aún cuenta con militancia, una que vergonzosa esconde sus preferencias porque no encuentra nada qué defender, ni siquiera a sus integrantes corruptos a los que antes cuidaban.

En algún momento prefirieron salvar primero a los hombres y a las mujeres que a su partido, y ahora, aun así, muy pocos quieren ser representantes del organismo que no halla lugar en la capital de México. Públicamente poco tiene que ofrecer al país y por eso mismo busca en la elección que viene la posibilidad de sobrevivir en un ambiente que, cuando menos, los acusa de corruptos.

Del PRD poco hay que decir porque muy poco es lo que tiene. Si nos apuran podríamos decir que ese partido no es más que el escudo y sólo eso, pero a golpe de ser atingente podríamos decir que todavía conserva a una decena de militantes.

Así las cosas, también quieren seguir en la lista de los partidos que no significan nada pero que cobran mucho –para lo que representan–, y para eso necesitan alquilar el logo, al son azteca. El fenómeno es que ahora la mínima militancia que alguna vez se dijo de izquierda ahora son panistas de derecha, algunos muy convencidos, empezando por los chuchos, a los que nada les queda de izquierda.

En los dos casos la clave es sobrevivir, dejar al PAN la posibilidad de hacerse de la candidatura sería tanto como desaparecer. Sí, tal vez los números les alcancen para pasar el escollo de la elección, pero si hoy ya no cuentan con el apoyo de mucha gente, sin una personalidad que les dé juego, desaparecerán y sólo conseguirán prolongar la agonía.

El blanquiazul, como es más que sabido, no sólo cuida los intereses políticos del organismo, sino a los militantes envueltos en asuntos de corrupción que podrían terminar en la cárcel si no logran colocar a algunos de los integrantes del llamado cártel inmobiliario en las finales de la carrera por el poder.

Y es que los miembros de la cúpula partidista son los que están embarrados en las acusaciones por corrupción y ellos mismos ocupan los cargos de decisión en ese partido, así que no hay salida, no pueden dejar pasar ni a los amarillos ni a los priístas. La decisión está tomada, el candidato a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México será panista. Eso es lo que se dice ahora.

De pasadita

Y ahora que hablamos del cártel inmobiliario, tenemos que explicar que la fiscal Ernestina Godoy ha despertado un miedo significativo entre los panistas que sienten que de continuar al frente de la FGJ no les daría reposo.

Esa es la verdadera razón por la que los azules intentan bloquear la postulación de Godoy. Eso está más que sobrentendido entre la gente de Morena y de los otros partidos, incluyendo al PRD y al PRI, que apoyan a los azules en nombre de la alianza, pero no de la razón, y eso es para todos muy peligroso, se llama complicidad. Nada más.