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Desde otras ciudades

La lucha diaria de los cartoneros con una Argentina en crisis

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▲ Sobre esta labor el papa Francisco dice: Cuando ustedes reciclan hacen dos cosas: un trabajo ecológico necesario y una producción que fraterniza y da dignidad a este trabajo.Foto Afp
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on paso rápido y seguro, Ayelén Torres recorre las calles de La Matanza, en la provincia de Buenos Aires, y con su amiga Sabrina Sosa recogen cartón y plástico que hábilmente apilan y aprietan en un carro. Esos desechos son el tesoro con el que dan de comer a sus hijos.

La pobreza afecta a 40 por ciento de los argentinos y es tema central de campaña de cara a la segunda vuelta en las elecciones presidenciales en uno de los países más ricos del mundo hace un siglo y que hoy padece una inflación anual de 140 por ciento.

Me siento como una heroína. Hay que tener fuerza y valentía para dedicarse a esto, asegura Ayelén, de 25 años y madre de dos niñas que ha vivido siempre en La Matanza, uno de los más codiciados centros de votación de este país, con un millón de electores.

Sobre los comicios que se disputan el ultraderechista Javier Milei y el ministro de Economía peronista Sergio Massa, ella no tiene mayores expectativas. Gane quien gane igual tendré que levantarme a las 6 de la mañana para ir a cartonear”.

En un par de horas las dos mujeres –vestidas con camiseta o chaleco azul marino que las identifica como parte de la cooperativa– han juntado 76 kilos de material que ahora será clasificado en el centro de reciclado de La Matanza.

El cartón es el pan nuestro de cada día, dice risueña Sabrina, de 29 años, madre de un niño de 7 al que cría sola. Está embarazada de tres meses y quiere seguir trabajando en la cooperativa Construyendo Desde Abajo, a la que ingresó tras la pandemia.

Un mural de Diego Maradona custodia el ingreso al local de 700 metros cuadrados en el que trabajan por turnos unas 120 personas. A pocas cuadras de allí la organización tiene también una guardería infantil.

Ayelén y Sabrina acuden a la planta cinco días a la semana en turnos de cuatro horas para clasificar y empacar. Por esa labor reciben un pago equivalente a la mitad del salario mínimo a través de un auxilio del Ministerio de Desarrollo Social. La cooperativa les brinda el carro, los bolsones y los guantes.

Esto estabilizó mis ingresos. Es la primera vez que tengo un trabajo reconocido. Es un trabajo digno, explica Ayelén, que antes era vendedora ambulante y ahora se siente feliz de ser ejemplo para sus hijas. “Para el Día del Trabajador mi hija mayor en la escuela me dibujó con el carro de cartones y escribió: ‘Mi mamá trabaja en el cuidado del medio ambiente’”, dice con una gran sonrisa.

Los cartoneros, como se les conoce en Argentina, surgieron en 2001, cuando el país vivió la peor crisis económica, social y política de su historia reciente.

Luego, en 2020 y 2021, durante la pandemia, se sumaron muchos más. Hubo todo un sector de la sociedad que no tenía recursos. Muchos que tenían un trabajo garantizado perdieron todo, perdieron derechos, un montón de cosas, evoca Santiago Brítez, cartonero desde principios del siglo y ahora al frente del centro de reciclaje de La Matanza.

Afp