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Autosuficiencia y política industrial para México
E

n el mundo existen dos modelos económicos, y no son comunismo y capitalismo. Existe el sistema que siguen los países cuya moneda tiene estatus de reserva y el modelo que siguen todos los demás. Esto podría parecer una insignificante diferencia, pero viene acompañado de una serie de consideraciones y de situaciones estructurales que obligan a los países a configurar sus economías de cierta manera. Aquellos que tienen moneda con estatus de reserva pueden manejar niveles de endeudamiento y déficits mucho mayores y al mismo tiempo pueden tener una balanza comercial negativa y su moneda puede fortalecerse. Aquellos que no tienen una moneda con ese estatus deben preocuparse por mantener niveles de endeudamiento bajo, gasto público y presupuestos balanceados, de lo contrario, su moneda se verá depreciada. Los ejemplos son claros: naciones de la Unión Europea, Japón y EU tienen deudas muy por encima de 100 por ciento de su PIB; en otros países, niveles superiores a 60 por ciento ya serían preocupantes.

¿Qué significa que una moneda sea de reserva? Significa que esa moneda es mantenida por bancos centrales de varios países en sus reservas y se usan para hacer pagos internacionales, pago de deuda, etcétera. El mejor ejemplo de esto es el dólar de Estados Unidos. En el comercio internacional, el dólar se usa de manera cotidiana, para liquidar transacciones entre países y/o empresas cuyas monedas de origen son distintas al dólar. Esto aumenta la demanda por dólares y lo vuelve la moneda más universal de todas. Como consecuencia, EU ha podido jugar algo totalmente diferente, literalmente imprime dinero de la nada y lo intercambia por bienes y servicios en el mundo. La dependencia y la necesidad global de dólares permite que EU haga eso y exporte gran parte de la inflación. Lo mismo pasa con Europa. El euro es la segunda moneda más usada como reserva en el orbe. La importancia de este estatus se vio recientemente durante la crisis energética europea. Pakistán simplemente no pudo competir con la impresora de dinero europea y así perdió gran cantidad de energéticos (gas y gasolinas), fertilizantes y alimentos. Pakistán en esta espiral terminó por agotar sus reservas internacionales y se vio totalmente aislada de los mercados internacionales.

Así, los países sin moneda de reserva deben estructurar su economía de tal manera que les permita obtener divisas, es decir, deben generar actividades que ingresen, constantemente, monedas de reserva. Turismo y exportaciones son dos ejemplos. Con dichas monedas que ingresen al país, puede salir a comprar todo lo que la nación requiera y no produzca. Es aquí donde la autosuficiencia energética y alimentaria cobran relevancia. Éstas son industrias esenciales, base de la economía y de vida o muerte. En una crisis como la de 2022 vimos actuar a los gobiernos del mundo. Algunos países, que contaban con un alto grado de autosuficiencia alimentaria, priorizaron su mercado interno y prohibieron la exportación de alimentos; otros, que no tenían autosuficiencia, pero sí moneda de reserva, imprimieron dinero hasta más no poder y ganaron la partida a los que no tenían ninguna de las dos.

Pese a las limitantes de carecer de una moneda de reserva, hay países que han tenido modelos de desarrollo exitosos; por ejemplo, Taiwán y Corea del Sur. Ambos lograron implementar un modelo económico exitoso. México ha sido víctima de un modelo implementado en los 90, donde la principal ventaja era la mano de obra barata, nos volvimos únicamente maquiladores y armadores.

Al contrario de lo pregonado en México, Taiwán y Sudcorea optaron por un modelo con base en exportaciones de alto valor agregado. Esto no es casualidad. México siguió el dogma de dejar todo a la infinita sabiduría del libre mercado; derivado de eso, el mercado escogió pagar salarios bajos, en partes de la industria que no requieren grandes inversiones (armado y maquilado) y dejar las partes de mayor valor agregado (desarrollo, diseño y fabricación de nuevas tecnologías) a otros países. Taiwán y Sudcorea implementaron políticas industriales exitosas en las cuales sus gobiernos participaron activamente en la planeación y definición de los sectores e innovación necesaria para el éxito de sus economías. No hay mejor muestra de este éxito que TSMC, firma taiwanesa líder mundial en chips y semiconductores. TSMC nació a raíz de un mandato para innovar implementado desde el gobierno.

Eso debemos hacer en México y por eso es tan importante continuar por este camino. La autosuficiencia alimentaria y energética son cuestiones de estabilidad, seguridad y competitividad nacionales. La política industrial garantizará que México defina un rumbo y podamos capturar partes de las cadenas productivas de mayor valor agregado, es decir, mayores salarios para los trabajadores y mayor crecimiento económico. Es momento de dejar los dogmas económicos neoliberales atrás.

Twitter: @aloyub