Política
Ver día anteriorViernes 24 de marzo de 2023Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

En 2022 asesinó a dos jesuitas y a otras dos personas

Confirman estudios de ADN que el cuerpo hallado en Sinaloa era de El Chueco: AMLO
Foto
▲ Entierro en la Tarahumara de los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora, el 27 de junio de 2022.Foto Cuartoscuro
 
Periódico La Jornada
Viernes 24 de marzo de 2023, p. 11

El presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó ayer a primera hora que el estudio de ADN concluyó que el cuerpo encontrado sin vida en un páramo de Choix, Sinaloa, corresponde a José Noriel Portillo Gil, El Chueco, señalado del asesinato de dos sacerdotes jesuitas, un guía de turistas y otra persona en Cerocahui, Chihuahua, hecho que causó conmoción nacional e internacional.

En la mañanera, el mandatario expuso en principio que se necesitaba tener los resultados de la prueba forense, pues si bien una hermana había identificado el cuerpo del líder del grupo delictivo Los Salazar, célula en la sierra Tarahumara del cártel de Sinaloa, se necesitaba certeza.

Minutos después recibió una tarjeta donde se le informó del resultado, y así confirmó que se trataba de El Chueco, quien se mantuvo prófugo de la justicia durante nueve meses, hasta que fue ultimado.

Miren, los estudios confirmaron que es José Noriel Portillo Gil la persona que encontraron muerta en Choix, Sinaloa, una comunidad rural. Me acaban de pasar la información, señaló.

Portillo Gil es acusado de asesinar a sangre fría, el 20 de junio de 2022, a los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora; además de Pedro Mora, guía turístico de la zona, y Paul Osvaldo, jugador de beisbol.

Información de las corporaciones de seguridad señala que la célula criminal que lideraba controla diversas actividades ilícitas en la sierra Tarahumara. Si bien el rastreo de este delincuente se intensificó a partir del asesinato de los jesuitas, era buscado desde 2017 por varios crímenes.

En diversas ocasiones, López Obrador señaló de una posible protección de autoridades locales en favor de Portillo Gil. Días después del asesinato de los sacerdotes declaró que a pesar de que había órdenes de aprehensión en su contra “se movía con toda libertad (…)”.